La interacción entre diferentes redes cerebrales conduce a una intuición artística más efectiva y a dinámicas fascinantes que pueden explicar muchas actuaciones cognitivas, como el aprendizaje, la memoria y diferentes observaciones de la vida real, según un estudio del Centro de Investigación de Neurociencias de Lyon (CRNL), en Francia. Los resultados se publican en la revista Leonardo.
A lo largo de las últimas dos décadas, los estudios en neurociencias han permitido entender que el cerebro humano funciona como un ecosistema, en el cual diferentes procesos neuronales cooperan o compiten, de acuerdo a las necesidades y el contexto. Esa lógica se aprecia también en el circuito neuronal que genera la creatividad artística, ha constatado esta investigación.
«De acuerdo con esta nueva perspectiva del cerebro, podemos comprender mejor cómo somos capaces de percibir, ver y representar el mundo que nos rodea. Una de las funciones clave discutidas en nuestro artículo es el aprendizaje implícito, que está estrechamente relacionado con la intuición”, destaca Dezso Nemeth, uno de los investigadores en declaraciones a la revista Medical Xpress.
Vale recordar que se denomina aprendizaje implícito a la capacidad de aprender sin prestar atención, de manera incidental y en forma inconsciente. Por eso se resalta el papel de la intuición en este tipo de aprendizaje.
Tres redes integradas
Un artículo en caltechletters.org resume algunas de las investigaciones previas sobre este tema. Indica, por ejemplo, que el pensamiento creativo se correlaciona con una mayor actividad dentro de tres redes neuronales diferentes, integradas por regiones cerebrales que interactúan y que están altamente correlacionadas entre sí. A menudo, estas zonas se activan al mismo tiempo para procesos similares.
Hablamos de la Red de Atención Ejecutiva, la Red de Imaginación y la denominada Red Salience. Todas ellas actúan en conjunto para dar lugar a lo que llamamos pensamiento creativo. Su interacción también contribuye en otros procesos relacionados con el aprendizaje o la memoria.
La dinámica de estas redes explica cómo funciona el cerebro de un artista al crear, pero también tiene incidencia en múltiples actividades cotidianas en las que necesitamos ser creativos para resolver distintos problemas y desafíos. Lo conseguimos mediante la competencia y la colaboración entre estas redes.
La tarea de los circuitos prefrontales
La nueva investigación de los científicos franceses vuelve sobre esta idea, profundizando sobre las interacciones que tienen lugar entre las distintas áreas cerebrales implicadas en la creatividad y, al mismo tiempo, en otros procesos como la memoria o el aprendizaje.
En concreto, los especialistas sugirieron en su estudio que los circuitos prefrontales que están relacionados con las funciones ejecutivas, o sea aquellos procesos cognitivos que permiten controlar el comportamiento y concentrarse en una tarea, pueden conducir a una cognición artística más eficaz. Uno de estos procesos es la memoria de trabajo, destinada al almacenamiento temporal de información.
Aunque la nueva investigación presenta una nueva forma de pensar sobre la cognición artística desde un punto de vista neurocientífico, las ideas que proponen son meramente teóricas y se basan en observaciones pasadas.
Por este motivo, el equipo de investigación buscará en el futuro precisar las bases neuronales y cognitivas de los procesos de aprendizaje competitivo en el cerebro, empleando métodos como la estimulación cerebral no invasiva y la medición de la conectividad cerebral funcional.
Referencia
How do competitive neurocognitive processes contribute to artistic cognition?. Kate Schipper et al. Leonardo (2020).DOI:https://doi.org/10.1162/leon_a_02007
Foto: Mark Fletcher-Brown en Unsplash.
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