El demógrafo del Birkbeck College de la Universidad de Londres, Eric Kaufmann publicó en 2009 un libro en el que, bajo el título «Shall the religious inherit the earth?» (¿Heredarán los religiosos la Tierra?), analizaba el futuro de la religiosidad en Estados Unidos.
En él, el investigador concluía que la inmigración de individuos religiosos y con un alto grado de fertilidad al país, acabaría en el futuro con la tendencia al secularismo.
Recientemente, Kaufmann ha realizado un análisis similar en 10 países de Europa, a partir de datos de la European Values Surveys y de la European Social Survey correspondientes al periodo 1998-2008.
Los resultados obtenidos, que establecen tendencias básicas sobre creencias e implicación religiosas, han aparecido publicados en la revista Sociology of Religion.
La investigación revela, por un lado, que la religión ha decaído en nuestro continente, en el caso del norte de Europa a partir de la Segunda Guerra Mundial y, sólo en las últimas décadas, también en los países católicos.
Otros datos
Concretamente, en los países protestantes del norte europeo, la secularización parece haber alcanzado su máximo, con alrededor de tan sólo un 5% de asistentes regulares a las iglesias y de un 40-50% de personas que se consideran a sí mismas como religiosas, publica Epiphenom.
Estos porcentajes sugieren que existe una dinámica de “creencia sin pertenencia” (a grupos religiosos específicos) en un amplio sector de la población de estos países, escriben Kaufmann y sus colaboradores en Sociology of Religion.
Por otro lado, los investigadores señalan que su estudio presenta evidencias de la existencia de un declive generacional, tanto en la participación como en las creencias religiosas en las 10 sociedades del occidente europeo analizadas.
La situación no es, sin embargo, igual en todos los países.
En los países católicos, como Irlanda o España, esta tendencia presenta una bifurcación: en estas sociedades coexisten al mismo tiempo una religiosidad alta y un declive religioso que avanza rápidamente.
Por el contrario, en Francia y en la mayoría de los países protestantes, donde el declive religioso penetró mucho antes, la propensión a dejar la religión es más baja ahora que en décadas pasadas.
Factores influyentes en el futuro
De cara al futuro, según Kaufmann, diversos aspectos influirán en la situación religiosa de Europa. Uno de los más importantes será el de la fertilidad.
Por un lado las personas religiosas presentan tasas de fertilidad más altas pero, por otro, los jóvenes europeos son mucho más propensos a ser no-religiosos, y también son los que presentan un potencial de procreación mayor.
A este respecto, Kaufmann analizó Austria y Suiza por ser los países europeos con mejores datos sobre el tema. En ellos, las personas no-religiosas presentaban una tasa de fertilidad de alrededor de 1, los protestantes, de 1,3; los católicos, de 1,4; y los musulmanes, de 2,4.
Otro factor condicionante del futuro de la religiosidad europea será el de los cambios religiosos. En este sentido, los musulmanes son los individuos religiosos más resistentes a abandonar la religión que profesan.
De cualquier modo, Kaufmann y sus colaboradores señalan que Europa no se encuentra frente “al final de su declive religioso” sino que éste “continuará con fuerza”, especialmente en la Europa católica.
Otros factores que podrían matizar esta situación serán ciertos “cambios geopolíticos importantes que podrían aliviar la tensión entre musulmanes y otros europeos, lo que propiciaría la liberalización de conversiones teológicas y, a su vez, el incremento de la tasa de apostasía musulmana”, escriben los autores del estudio.
Por otra parte, la inmigración podría llegar a estar étnicamente controlada, como ya sucede en Japón o Singapur, debido al surgimiento de nacionalismos étnicos, lo que provocaría la ralentización del crecimiento demográfico de los grupos religiosos.
Asimismo, un resurgimiento del estilo de vida familiar podría estrechar la brecha de fertilidad existente entre los individuos seculares y los individuos religiosos.
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