«Cuando existen estimaciones de los flujos demográficos, a menudo están anticuadas e son inconsistentes en gran medida», recuerda el investigador Emilio Zagheni, del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, en Rostock (Alemania). Esto se debe a que los registros oficiales son difíciles de usar por varias razones. Los emigrantes tienden a no registrarse después de trasladarse a un nuevo país o lo hacen mucho después. Además, tampoco hay un acuerdo claro entre las naciones sobre cómo definir a un emigrante.
Por el contrario, «los datos globales de Internet no tienen estos inconvenientes», explica Zagheni en una nota de prensa de dicho Instituto.
«Una persona está allá desde donde envía e-mails», añade Zagheni que, junto a Ingmar Weber, de Yahoo! Research, rastreó los correos electrónicos enviados desde cuentas de Yahoo! en todo el mundo, para deducir la residencia de su remitente. Cada dispositivo que envía correos electrónicos puede ser localizado al menos a nivel de país por un código normalizado a nivel internacional: la dirección IP.
Zagheni y Weber analizaron los países correspondientes a las direcciones IP de un conjunto de mensajes enviados por 43 millones de titulares anónimos de cuentas de Yahoo! entre septiembre de 2009 y junio de 2011.
Además de la fecha y el origen geográfico de cada mensaje, recopilaron el dato de cumpleaños rellenado por el usuario al hacerse la cuenta y su sexo. Aunque estos datos no tiene por qué ser verdaderos, los investigadores chequearon los datos con otros obtenidos por otras vías y vieron que en su gran mayoría eran correctos.
Datos anónimos
Cuando una persona empezaba a enviar e-mails desde una nueva ubicación de forma permanente, se suponía que él o ella había cambiado de residencia. De esta manera, los investigadores pudieron calcular las tasas de migración desde y hacia casi todos los países del mundo.
Sólo se usaron datos anónimos, por lo que la identificación de los individuos era imposible, y no se accedió a información acerca de los destinatarios, el asunto o el contenido del mensaje. Los hallazgos han sido publicados en las actas del congreso ACM Web Science 2012.
Los resultados no sólo demuestran que es posible sacar conclusiones de los e-mails. También revelan características de la migración internacional nunca vistas.
Zagheni y Weber fueron capaces, por ejemplo, de producir una curva de emigración en Estados Unidos por edad y sexo, algo que nunca se había hecho antes. «En Estados Unidos, se recopilan muchas estadisticas sobre las personas que se mudan al país, pero no hay un sistema de registro de las personas que se van de él», cuenta Emilio Zagheni. Uno de los datos más novedosos es que en Estados Unidos la tasa de emigración de hombres es mayor que la de mujeres.
La frontera México-USA
Pero el potencial de las estadísticas de correo electrónico va más allá del cálculo de perfiles macroscópicos de los países. Por ejemplo, los investigadores también estudiaron la movilidad transfronteriza entre México y Estados Unidos.
Los datos revelan, además, la intensidad con que ambos países están integrados demográficamente: la mayoría de las personas que se mudaron de México a los Estados Unidos o bien pasaron un tiempo en USA antes de emigrar definitivamente, o volvieron de visita a México poco después de mudarse a los Estados Unidos.
Por otra parte, los treintañeros tienen la tasa más alta de movilidad a través de la frontera México-Estados Unidos, mientras que los que menos se mueven son los mayores de 50 años.
La cantidad de datos recopilados es tan grande que el error estadístico es prácticamente cero. El único problema es el sesgo de representatividad de los e-mails: aquellos que envían correos electrónicos no son representativos de toda la población.
Para resolver este punto, los científicos diseñaron un modelo matemático que ajusta las deficiencias típicas de las estadísticas de e-mails:. Algunos grupos, como los ancianos, utilizan el correo electrónico menos o nada en absoluto, y por lo tanto no están suficientemente representados. Sin embargo, los investigadores lograron calcular los factores de ajuste para esos grupos chequeando sus datos de correos electrónico con los números de migración de los países europeos, donde los datos oficiales de Eurostat son bastante fiables.
El estudio muestra el perfil por edades de la emigración en Filipinas. Los datos tienen mayor incertidumbre que los de Estados Unidos, puesto que la penetración de Internet en Filipinas es menor, pero dejan claro que la tasa de movilidad femenina es similar a la masculina. Los investigadores atribuyen este punto a la demanda de empleadas domésticas en los países desarrollados.
El efecto de la crisis
En el marco del estudio también se realizó un análisis temporal, que muestra que en Estados Unidos el perfil de la gente que se desplaza por cortos periodos de tiempo es similar al que lo hace de forma definitiva.
Además, dicho análisis revela que en 2010 hubo un gran repunte de la emigración respecto a 2009, y que en 2011 la emigración descendió, aunque seguía por encima de los niveles de 2009. Según los investigadores, se debería a que la crisis de 2008 provocó una caída drástica de los viajes de negocios y el turismo internacional, y que la recuperación económica de 2010 los relanzó. En 2011, la situación volvió a empeorar.
A nivel mundial, desde 2009 ha habido un aumento de la movilidad generalizado, según las datos de los correos electrónicos. En concreto en países como Irlanda, España o Italia, o países en desarrollo. En Australia, Japón, Alemania, Francia y China los datos son más irregulares, y en unos pocos como Suiza y Taiwan, la movilidad ha bajado. En general, ha subido más la emigración femenina.
Sólo la punta del iceberg
«Lo que hemos abordado hasta ahora es sólo la punta del iceberg», recalca Emilio Zagheni. Con un ajuste más fino y rastreando más datos digitales, como los mensajes de Twitter, pueden abordarse cuestiones más complicadas.
Por ejemplo, uno podría hacer un seguimiento de los patrones de movilidad a corto y largo plazo, antes y después de una crisis como la de los reactores japoneses de Fukushima.
Sin lugar a dudas, estos registros digitales dan a los demógrafos la oportunidad de obtener una imagen más precisa de la dinámica de la población en regiones sobre las que hasta ahora sólo se podía conjeturar, señala Zagheni. «Esta investigación tiene su mayor potencial en los países en desarrollo, donde Internet se extiende mucho más rápido que se desarrollan los programas de registro».
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