El 12 de marzo de 1989, Sir Tim Berners-Lee escribió un artículo proponiendo un sistema de “gestión de la información” que se convirtió en la estructura para lo que sería la Web.
El código de su sistema se liberó de forma gratuita el día de Navidad de 1990, convirtiéndose en uno de los mayores hitos en la historia de las comunicaciones humanas.
Veinticinco años después, Internet juega un papel fundamental en nuestras vidas. Pero, ¿seguirá ejerciendo ese rol dentro de 10 años? El Centro de Investigación Pew de Washington, Estados Unidos, ha querido conocer la visión de 2.558 expertos sobre el futuro de la Web estos días, en que se conmemora su aniversario.
La mayoría de ellos cree que el aumento de la conectividad tendrá consecuencias positivas, pero no descartan nuevas amenazas a las libertades civiles.
Tesis más esperanzadoras
— El acceso a Internet se realizará sin esfuerzo y estará tan arraigado en nuestras vidas como la electricidad. La red se generalizará, pero será menos explícita y visible. Internet dejará de utilizarse para compartir vídeos de gatos para pasar a integrarse en todo lo que hacemos. Del “voy a conectarme” a “estar en línea permanentemente” y simplemente limitarnos a mirar.
— La difusión de Internet mejorará la conectividad global que fomente más relaciones planetarias y menos ignorancia.
— El Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, y el Big Data harán que la gente sea más consciente de su mundo y de sus actos.
— La realidad aumentada y los dispositivos portátiles monitorearán la vida cotidiana, especialmente vinculada a la salud personal. Con el control diario, se podrían llegar a detectar los riesgos de padecer enfermedades, no sólo diagnosticar las que ya se tengan.
— La tecnología será el vehículo de la acción política y fomentará revoluciones como las que emergieron en la llamada Primavera Árabe. La conciencia de las desigualdades llevará al levantamiento de los pueblos contra gobiernos corruptos para exigir sus derechos.
— “Ubernet” reducirá el significado de las fronteras y surgirán nuevas “naciones” de los que comparten intereses. El poder de los Estados-nación sobre la población disminuirá.
— Internet se convertirá en “los Internets”. La red se fragmentará en canales independientes para luchar contra los problemas de seguridad y velar por la privacidad de sus usuarios.
— Acceso universal a todo el conocimiento humano. La educación se extenderá y fomentará la aparición de más oportunidades con menos dinero gastado en bienes raíces y maestros.
Tesis menos esperanzadoras
— El planeta se polarizará entre los que tienen y los que no, lo que puede derivar en serios conflictos. Los medios sociales amplificarán los sentimientos de pérdida e injusticia.
— En Internet también afloran las peores actividades. Desde el ciberacoso al ciberterrorismo, pasando por el crimen organizado y las estafas online. Además surgirán nuevas adicciones y nuestra privacidad estará más en peligro que nunca.
— Al contrario de lo que opinan los defensores de “Ubernet”, los gobiernos serán mucho más eficaces en el uso de Internet como instrumento de control político y social.
— Los cambios que conlleva la proliferación de Internet serán tantos que el mundo no podrá responder con rapidez a los desafíos que se presentan, tales como el surgimiento del estado virtual, la diplomacia digital, ciberconflictos, etc. Además, modificaremos nuestra comprensión del ser humano, el ser social y político.
Lo fundamental es tomar buenas decisiones hoy. Aprovechar las enormes oportunidades de la red, identificando indicadores clave y amplificando las señales del cambio que nos ayudan a garantizar que nuestras decisiones son lo suficientemente flexibles para adaptarse a ellos. Porque “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo”.
Este artículo se publicó originalmente en Media-Tics. Se reproduce con autorización.
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