Un enfoque en las actividades simétricas -y la tecnología inteligente- puede ser crucial para la creación de aplicaciones que permitan a las personas negociar transacciones con su tiempo, en lugar de su dinero, de acuerdo con investigadores de la Universidad Penn State (Philadelphia, EE.UU.).
En un estudio, los participantes utilizaron una aplicación móvil llamada WithShare para hacer solicitudes de voluntarios y para participar como tales en actividades que coincidieran con sus intereses y aficiones.
Este tipo de aplicación de banco de tiempo podría ayudar a superar algunas de las limitaciones de los bancos de tiempo tradicionales, un servicio que valora las acciones según el tiempo que se necesita para producirlas, en lugar de en el dinero, de acuerdo con John M. Carroll, profesor de Ciencias y Tecnología de la Información de la Universidad Estatal de Pensilvania.
«WithShare es, en cierto modo, un banco de tiempo sin el tiempo», dice Carroll en la información de Penn State. «Estamos agilizando las interacciones para que la gente coproduzca servicios de forma recíproca y directa.»
En los bancos de tiempo tradicionales, un miembro puede proporcionar ayuda -instalar baldosas, por ejemplo- y ganar créditos que pueden ser utilizados para pagar otros servicios -por ejemplo, clases de violín- de otro miembro. Sin embargo, en estos intercambios la gente tiende a estar más dispuesta a ahorrar los créditos bancarios que ganan ayudando a otros miembros de la bolsa que a transformar esos créditos en servicios.
«La gente tiende a ser tímida al solicitar servicios en los bancos de tiempo», dice Carroll. «WithShare hace hincapié en las actividades simétricas, en la que quien solicita puede proponer un proyecto conjunto. Estás diciendo: «Voy a salir a comer, ¿alguien quiere unirse a mí?»
Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en IEEE Computer, sugieren que las transacciones simples y simétricas encajan mejor en el modelo banco de tiempo. Por ejemplo, WithShare permitió a varios estudiantes enviar invitaciones a otros miembros de la bolsa para compartir el almuerzo en un determinado restaurante o ir de paseo.
«La idea apunta de hecho actividades en el momento, con poca necesidad de de coordinación», dice Benjamin V. Hanrahan, investigador asociado de ciencias y tecnología de la información que trabajó con Carroll. «La experiencia y el beneficio para los participantes mejoran si participan en una actividad con otra persona.»
Nomenclatura
Para enfatizar esta diferencia, WithShare evita la etiqueta proveedor de receptores y en su lugar utiliza la de roles recíprocos.´»En lugar de proveedores y receptores, los rebautizamos como iniciador y unidor«, dice Hanrahan.
WithShare también incluye tecnología inteligente para ayudar a los miembros a encontrar actividades interesantes. La aplicación realiza un seguimiento de la ubicación, las transacciones y las actividades de sus miembros. También incluye software que ofrece a los usuarios recomendaciones de actividades basadas en las interacciones previas de los usuarios.
Los modelos que fomentan los intercambios sociales, como los bancos de tiempo y la coproducción, ofrecen varias ventajas sobre los intercambios monetarios. Por ejemplo, el paso de muchos departamentos de policía de las patrullas a pie a las patrullas en coche puede haber sido más eficiente monetariamente, pero tiene un coste social. En muchos casos, la seguridad en la calle disminuye cuando se produce ese cambio, según los investigadores.
«La policía necesita cooperar con las personas a las que vigila; si no lo hacen, no saben lo que está pasando realmente», dice Carroll. «Una gran cantidad de inteligencia viene de gratis si tienen una relación de coproducción con la comunidad.»
El estudio
Aproximadamente 40 estudiantes participaron en el estudio. Utilizaron la aplicación para publicar las actividades que estaban planeando, así como indicar su interés en las actividades publicadas por otros miembros. Las solicitudes caducaban a las 24 horas.
Las investigaciones futuras en torno a WithShare incluirán un despliegue más amplio de la aplicación en otoño y ampliar el número de miembros de la bolsa.
Jiawei Chen, estudiante de doctorado, y Chien Wen, investigador post-doctoral, también trabajaron con Carroll y Hanrahan. La Fundación Nacional para la Ciencia apoyó el trabajo.
Origen
El primer banco de tiempo moderno lo inició en Japón Teruko Mizushima en 1973, con la idea de que los participantes pudieran ganar créditos de tiempo para gastarlos en cualquier momento de su vida. La idea era que los utilizaran especialmente en la vejez, cuando más podían necesitarlos. Mizushima ya preveía los problemas emergentes de una sociedad envejecida como la de hoy en día.
En la década de 1990 el movimiento se inició en los EE.UU., con Edgar Cahn como pionero, y en el Reino Unido, con Martin Simon de Timebanking UK.
Referencia bibliográfica:
John M. Carroll, Jiawei Chen, Chien Wen Tina Yuan, Benjamin V. Hanrahan: In Search of Coproduction: Smart Services as Reciprocal Activities. Computer (2016). DOI: 10.1109/MC.2016.194.
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