Trabajar desde un ordenador con un nivel mínimo de concentración y sin interferencias resulta complicado. Internet es una fuente inagotable de distracciones que lleva a perder la noción del tiempo. Incluso cuando se tiene la intención de tomar un descanso rápido leyendo una noticia o viendo un vídeo, el salto incontrolable de una ventana a otra provocará la pérdida de horas de productividad.
Los desarrolladores de aplicaciones han diseñado diferentes herramientas para mitigar estas distracciones y favorecer la concentración, desde temporizadores que permiten saber cuándo es el momento de tomar un descanso, a programas que bloquean ciertos sitios desde el navegador web.
La eficacia de este tipo de herramientas despertó la curiosidad de Eun Kyoung Choe, profesora en la Universidad Estatal de Pensilvania (PSU), en Estados Unidos, por lo que decidió crear la suya. Así, en colaboración con investigadores de Microsoft Research y la Universidad Nacional de Seúl, han creado TimeAware, un software que registra los sitios y aplicaciones web que visita un usuario durante el día en cualquiera de sus dispositivos y calcula en función del tiempo que pasa en cada uno su nivel de productividad.
El equipo utilizó la aplicación en un estudio para comprobar si la forma de presentar esta información al usuario incidía o no en una mejora de su productividad. Por un lado, presentaron los datos de manera positiva, poniendo de relieve la productividad, y por otro de forma negativa, incidiendo en los tiempos muertos. «Tenía curiosidad por saber qué versión sería más útil para animar a la gente a ser más productiva», reconoce Choe en un comunicado de la PSU.
Versión positiva y negativa
La investigadora tiene interés por las herramientas relacionadas con el «autocontrol», aquellas que permiten recoger datos personales para aprender más sobre sí mismos y hacer cambios positivos. Es el caso de monitores de actividad física como Fitbit, que motiva a quien lo prueba para realizar más ejercicio si su rutina se queda corta. No basta con recoger datos, si no darles una utilidad.
En concreto, para crear TimeAware se inspiró en la aplicación RescueTime, un programa similar que registra las páginas web y aplicaciones utilizadas para determinar el grado de productividad de acuerdo con la forma en que se gestiona el tiempo. Sin embargo, a su juicio tenía aspectos que mejorar, como el detalle de la información aportada o el proceso de registro.
«Al no ofrecer demasiado feedback, lo que ocurría es que a menudo no miraba los datos, por lo que no fui capaz de sacarle partido”, lamenta Choe. Por eso decidió crear un sistema con una mejor retroalimentación, de forma que los datos adquirieran una utilidad. Y presentarlos de diferentes formas, para ver cómo podían influir en la gente.
El equipo utilizó la interfaz de RescueTime para crear dos versiones de TimeAware idénticas salvo por la forma en que se visualizan los datos; la versión positiva muestra el porcentaje de tiempo que el usuario es productivo, aportando un listado de los sitios web y aplicaciones más provechosos; mientras la versión negativa hace hincapié en el porcentaje de distracciones, junto con una relación de las herramientas que contribuyen a esa pérdida de tiempo.
Para realizar el estudio se asignó el mismo número de participantes a cada versión. El equipo analizó su comportamiento antes, durante y después de usar la aplicación. Así detectaron que sólo los participantes que utilizaron la versión negativa aumentaron su productividad, mientras el resto se mantuvo igual, algo que no esperaban.
Estrés
De esta forma confirmaron que las herramientas que simplemente aportan datos del estado actual no ayudan, aspecto en el que precisamente se centra la mayoría de ellas. Por otra parte, al valorar la experiencia con TimeAware, los participantes también reconocieron sentirse más estresados con la versión negativa, lo que igualmente demuestra su mayor efectividad.
Antes estos resultados, los investigadores ya piensan en tratar de reducir el nivel de estrés, acotando las notificaciones a ciertos momentos del día, como después del almuerzo o a la salida del trabajo, o bien que sea el usuario quien configure las alarmas, por ejemplo para que suenen únicamente si la productividad cae por debajo del 70 por ciento.
Con todo, a pesar del interés por conseguir una mayor productividad, son conscientes de que nadie puede trabajar al cien por cien todo el tiempo, y que los descansos son necesarios. Pero al menos herramientas como estas pueden servir como punto de partida para corregir malos hábitos.
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