Invertebrados marinos como pulpos, calamares, camarones y cangrejos de río, son capaces de sentir dolor, hambre, alegría y emoción, entre otras expresiones de sensibilidad, según un informe de la London School of Economics and Political Science, que puede cambiar la forma en que se trata a estos animales tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo.
La investigación se basó en más de 300 estudios científicos para evaluar la evidencia de sensibilidad en dos grupos de animales invertebrados: los moluscos cefalópodos o, para abreviar, los cefalópodos (incluidos los octópodos, calamares y sepias) y los crustáceos decápodos o, para abreviar, decápodos (incluidos cangrejos, langostas y cangrejos de río).
También evaluó las posibles implicaciones para el bienestar de las prácticas comerciales actuales que involucran a estos animales, según se explica en el informe.
El informe concluye que estos invertebrados tienen «un sistema nervioso central complejo, uno de los sellos clave de la sensibilidad», y que son capaces de experimentar «sensaciones de dolor, placer, hambre, sed, calidez, alegría, comodidad y excitación».
Tema relacionado: Los peces pueden sentir dolor
Ocho criterios clave
El equipo consideró ocho criterios diferentes para la sensibilidad, entendida como la capacidad de un organismo para experimentar sentimientos, algo más que simplemente sentir una sensación de dolor.
Para los investigadores, la sensibilidad está relacionada con la capacidad de experimentar alegría, emoción y angustia, según se establece en este informe.
Entre los criterios para determinar la presencia de sensibilidad en estos animales, el informe incluyó la presencia de receptores del dolor y funciones cerebrales integradoras, la capacidad de aprendizaje asociativo (en oposición a la habituación y la sensibilización), y tácticas flexibles de autoprotección utilizadas en respuesta a lesiones y amenazas, según se explica en el informe.
El informe estableció un nivel de confianza para cada uno de los ocho criterios, que va desde la falta de confianza hasta la confianza muy alta.
«En nuestro esquema, una confianza alta o muy alta de que un animal satisface siete o más de los criterios equivale a una evidencia muy fuerte de sensibilidad», afirma el informe.
Pulpos a la cabeza
«Una confianza alta o muy alta de que un animal satisface cinco o más criterios equivale a una fuerte evidencia de sensibilidad, y una confianza alta o muy alta de que un animal satisface tres o más criterios equivale a una evidencia sustancial de sensibilidad», añade.
La estimación más alta de la sensibilidad se observó en los pulpos, con una confianza alta o muy alta en siete de los ocho criterios, seguidos de los calamares, con una confianza muy alta en dos de los ocho criterios.
La calificación de sensibilidad más baja se observó en los camarones, gambas y quisquillas, y en los nautiloides, una subclase de cefalópodos: ambos muestran solo un nivel de confianza muy alta en uno de los ocho criterios, según se aprecia en los resultados del informe.
Impacto social
Los resultados de esta investigación han impactado al estamento político británico, cuyo gobierno había encargado este informe en el marco de su proyecto de Ley de Bienestar Animal.
El proyecto reconocía a los vertebrados como seres sensibles, pero como la legislación estaba incompleta, el gobierno encargó a la London School of Economics que determinara también el grado de sensibilidad de los invertebrados, para valorar si procederían más protecciones a estos animales.
La London School of Economics considera en un comunicado que los pulpos, cangrejos y langostas recibirán una mayor protección en la Ley de Bienestar Animal del Reino Unido.
Añade que su informe demuestra que existe una fuerte evidencia científica de que estos animales sin columna vertebral tienen la capacidad de experimentar dolor, angustia o daño.
Gran inconsistencia
El Dr. Jonathan Birch, profesor asociado del Centro de Filosofía de las Ciencias Naturales y Sociales de la LSE e investigador principal del proyecto Foundations of Animal Sentience, señala que los moluscos cefalópodos y los crustáceos decápodos deben considerarse sensibles y, por lo tanto, deben incluirse en el ámbito de la Ley del Bienestar Animal.
“La enmienda también ayudará a eliminar una gran inconsistencia: los pulpos y otros cefalópodos han estado protegidos en la ciencia durante años, pero no han recibido ninguna protección fuera de la ciencia hasta ahora. Una forma en que el Reino Unido puede liderar el bienestar animal es protegiendo a estos animales invertebrados, algo que los humanos a menudo han ignorado por completo».
El informe también evaluó las posibles implicaciones para el bienestar de las prácticas comerciales actuales que involucran a estos animales.
Entre otras medidas, recomienda no cortar las uñas y evitar la ablación del pedúnculo ocular, así como impedir la venta de crustáceos decápodos vivos a manipuladores no capacitados y no expertos, y prohibir métodos extremos de matanza, como la ebullición en vivo sin aturdimiento.
También incluye sugerencias sobre las mejores prácticas de transporte, aturdimiento y sacrificio.
Pocos cambios
El gobierno del Reino Unido ha confirmado que el alcance del proyecto de ley de bienestar animal se extenderá a todos los crustáceos decápodos y moluscos cefalópodos.
El ministro de Bienestar Animal, Lord Goldsmith, puntualizó: «la ciencia ahora es clara en el sentido de que los crustáceos y moluscos pueden sentir dolor y, por lo tanto, es justo que estén cubiertos por esta legislación vital».
Sin embargo, en un comunicado, el gobierno británico señala también que los resultados del informe no afectarán a ninguna legislación existente o prácticas de la industria como la pesca. Tampoco habrá impacto directo en la pesca de mariscos o en la industria de restaurantes.
Solo considera que el informe está diseñado para garantizar que el bienestar animal se considere adecuadamente en la toma de decisiones futuras.
Referencia
Review of the Evidence of Sentience in Cephalopod Molluscs and Decapod Crustaceans. Jonathan Birch et al. London School of Economics and Political Science, November 2021.
Hacer un comentario