El coche del futuro nos llevará al sitio que queramos sin que tengamos que conducirlo. Gracias a una cámara vinculada con un ordenador a bordo, llegaremos a cualquier lugar sin molestarnos en usar el volante.
Según el Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS, este coche puede encontrar cualquier camino que ya “conozca”. Investigadores de este centro lo presentaron el pasado marzo en la segunda exposición Carrefour Predit “Transports terrestres Innovations”, celebrada en Lille. Carrefour Predit es un punto de encuentro donde se dan conferencias, muestras y charlas acerca de las actuales investigaciones europeas sobre los transportes terrestres, así como las últimas novedades en este campo.
El coche autosuficiente ha sido creado por el equipo de Michel Dhome, director de investigación de Lasmea, laboratorio electrónico del CNRS, y cuenta con un sistema de circulación urbana que no necesita más que un localizador compuesto con una cámara.
Se trata de un “cibercoche” similar a los que ya se utilizan en los aeropuertos. Estos últimos son vehículos eléctricos que llevan a los pasajeros de un área a otra del aeropuerto, siguiendo los puntos de conexión magnética situados en todo su recorrido.
Salvando los problemas del GPS
En la actualidad, los científicos trabajan en el desarrollo de prototipos capaces de moverse en su entorno con la ayuda de un sistema de GPS (sistema de posición global que sigue los datos enviados por satélites para guiarse) denominado “GPS diferencial”.
El GPS diferencial lo estableció Estados Unidos al lanzar 24 satélites a la atmósfera que emiten información a los pequeños receptores terrestres, de manera que estos satélites nos pueden indicar nuestra posición en cualquier lugar que nos encontremos. Cartógrafos, empresas de transporte, servicios de emergencia y agricultores, entre otros sectores profesionales, se benefician de esta posibilidad tecnológica.
Pero, en el caso de vehículos sin conductor, el GPS entraña algunos problemas. El primero es que aún faltan infraestructuras automovilísticas con las que los coches puedan seguir automáticamente las trayectorias dictadas por un satélite. El segundo, que las señales de los satélites sufren a menudo fallos en el centro de las ciudades.
Por esa razón, el equipo de Dhome trató de encontrar una solución que permitiera a los vehículos urbanos seguir siendo autosuficientes para circular incluso en calles estrechas o con atascos.
Programa Predit
Los investigadores del CNRS, trabajando dentro del programa ministerial francés “Predio”, han desarrollado en los últimos dos años un dispositivo de circulación que utiliza un ordenador de a bordo y una cámara fijada en la parte delantera del coche.
El sistema funciona en tres tiempos. En una primera fase, un conductor real lleva el “cibercoche” mientras la cámara registra una película del recorrido que después tendrá que efectuar el vehículo por sí solo. En una segunda fase, una vez que el coche está parado, el ordenador de abordo procede, durante algunas horas, a revisar todas las imágenes tomadas localizando distintos puntos visualmente significativos de la ruta.
De esta forma, el ordenador genera un mapa de los puntos significativos del recorrido que comparará más tarde con los puntos que la cámara registre en el resto de los viajes. La tercera fase del proceso consiste en el desplazamiento. En este momento, se ponen en práctica los datos obtenidos lo que permite localizar, a tiempo real, el lugar de la trayectoria en el que el coche se encuentra.
Este “cibercoche” es capaz de esta forma de tener información centímetro a centímetro de todo su recorrido, de la misma manera que si llevara un GPS diferencial incorporado. Los investigadores señalan sin embargo que lo ideal sería que ambos sistemas se compaginaran en un prototipo cuya fiabilidad sería absoluta.
Vehículos inteligentes
Las tendencias de evolución del sector apuntan a vehículos inteligentes, tanto en lo que respecta a la seguridad de la circulación como a la comodidad de los conductores. En la década pasada, la parte electrónica de los automóviles no dejó de aumentar, alcanzando en la actualidad al 30% del costo total del vehículo.
Una vez instalados los sistemas como el frenado de urgencia, la inyección electrónica o los airbags, las innovaciones siguientes se centran en ayudas a la circulación, la visión nocturna, regulación de la velocidad y la distancia (ACC, Adaptive Cruise Control) e incluso asistencia para el aparcamiento.
Los nuevos productos que se perfilan en el horizonte son el Stop&Go (conducción automática en embotellamientos para evitar el estrés del conductor), la anticolisión, la adaptación inteligente de la velocidad (ISA), entre otras.
Los vehículos automatizados como el desarrollado por el CNRS forman parte de estos escenarios. Hasta ahora su circulación estaba restringida a entornos cerrados, pero el cibercoche de Lasmea sugiere que esta limitación está a punto de ser franqueada.
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