Tendencias21
Crean un microchip que replica al cerebro humano

Crean un microchip que replica al cerebro humano

Un chip 100 veces más pequeño que el diámetro de un cabello humano es capaz de replicar la actividad de un cerebro biológico con el mismo voltaje neurológico.

Hace 30 años, investigadores de la Universidad de Massachussets en Amherst descubrieron en el río Potomac una protobacteria llamada Geobacter que podía producir nanocables de proteínas conductoras de electricidad.

El año pasado, esos investigadores desarrollaron un dispositivo que utiliza una proteína natural producida por un microbio perteneciente a la familia Geobacter, para generar electricidad a partir de la humedad del aire.

En la tercera fase de este proceso innovador, otro grupo de investigadores de la misma universidad ha utilizado esos mismos cables de proteínas para obtener un transistor de memoria o dispositivo de memoria neuromórfica.

El dispositivo funciona de manera extremadamente eficiente con muy poca potencia, como lo hacen los cerebros, para transportar señales entre las neuronas, según explican los investigadores en un artículo publicado en Nature Communications.

Computación neuromórfica

Este resultado viene a impulsar especialmente la así llamada computación neuromórfica, que pretende crear chips que funcionen como lo hace el cerebro humano.

Los sistemas neuromórficos replican a nivel de hardware la forma en que las neuronas se organizan, comunican y aprenden.

La finalidad es conseguir un modelo de computación programable que permita dispositivos electrónicos inteligentes.

Uno de los mayores obstáculos para la computación neuromórfica es que la mayoría de los ordenadores convencionales consumen más de 1 voltio en cada una de sus operaciones.

El cerebro humano, sin embargo, es mucho más eficiente con menos consumo de energía: envía señales entre neuronas consumiendo solo 80 milivoltios, mucho menos que los dispositivos neuromórficos actuales.

Primer paso

Esta proeza ha sido posible gracias a la utilización de nanocables de proteínas desarrollados en la citada universidad a partir de la bacteria Geobacter, destacan los investigadores en un comunicado.

Añaden que es la primera vez que un dispositivo de estas características puede funcionar al mismo nivel de voltaje que el cerebro.

También que los nanocables de proteínas conductores de electricidad de Geobacter ofrecen muchas ventajas sobre los caros nanocables de silicio (SiNWs), que requieren productos químicos tóxicos y procesos de alta energía para conseguir resultados.

Los nanocables de proteínas también son más estables en agua o fluidos corporales, una característica importante para eventuales aplicaciones biomédicas futuras.

Contexto

Hay que tener en cuenta que conseguir un dispositivo que imite las conexiones neuronales requiere replicar la misma proeza que realizan las neuronas para conseguir las sinapsis.

El impulso eléctrico que permite a las neuronas comunicarse y activar el sistema nervioso recorre su trayectoria a través del cableado neuronal, que no es continuo.

Cada cable en determinado momento se corta y deja un espacio entre neuronas que el impulso eléctrico debe resolver saltando al vacío y alcanzando el otro extremo neuronal.

Ese salto al vacío, conocido como sinapsis, tiene un umbral de consumo energético de 80 milivoltios, que es la barrera conseguida con el nuevo dispositivo: ha replicado el voltaje neurológico para conseguir las sinapsis.

Metodología

Los investigadores han tenido la habilidad de cortar los nanocables de las bacterias para utilizar solamente la proteína conductora de electricidad.

Es una de las explicaciones del reducido consumo energético del dispositivo.

Los investigadores se han valido también de un hilo de metal que sirve de alimento a las bacterias del nanocable de proteínas.

Los nanocables bacterianos reducen químicamente los metales para obtener su energía de la misma manera que nosotros respiramos oxígeno, señalan los investigadores.

Los nanocables de proteínas (en verde) recolectados del microbio Geobacter (en naranja) facilitan el funcionamiento del dispositivo de memoria electrónica (color plata) con voltajes biológicos, emulando los componentes neuronales (uniones azules) en un cerebro. Foto cortesía de UMass Amherst / Yao lab.

Y además aprende

No es sin embargo la única ventaja del dispositivo, 100 veces más pequeño que el diámetro de un cabello humano: también es capaz de aprender.

A medida que los pulsos eléctricos crean cambios en los filamentos metálicos, se crean nuevas ramificaciones y conexiones en el pequeño dispositivo.

Se produce entonces un efecto similar al aprendizaje (nuevas conexiones) que ocurre en un cerebro real.

Los investigadores pueden modular la conductividad, o la plasticidad de la sinapsis del nanocable, para que pueda emular componentes biológicos y conseguir una computación inspirada en el cerebro.

En comparación con una computadora convencional, este dispositivo tiene una capacidad de aprendizaje que no está basada en software, concluyen.

Proyecciones

El trabajo está lejos de haber concluido. Los investigadores se proponen explorar completamente la química, la biología y la electrónica de los nanocables de proteínas en estos dispositivos.

Quieren conseguir posibles aplicaciones, que podrían incluir un dispositivo para monitorizar la frecuencia cardíaca.

El propósito final es que un día este dispositivo pueda hablar con neuronas reales en sistemas biológicos y resolver problemas de salud.

Es decir, conseguir ordenadores tan eficientes como el cerebro biológico.

De momento, han diluido considerablemente la frontera que separa la electrónica de los sistemas biológicos.

Referencia

Bioinspired bio-voltage memristors. Tianda Fu et al. Nature Communications, volume 11, Article number: 1861 (2020). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-020-15759-y
 

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Detectan extraños pulsos de radio procedentes de un magnetar que desconciertan a los científicos 10 abril, 2024
    Los astrónomos han detectado señales de radio inusuales procedentes de XTE J1810-197, un radiomagnetar o estrella de neutrones ultramagnética situada a 8.100 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Sagitario. Los resultados son inesperados y sin precedentes: a diferencia de las señales de radio que se han detectado en otros magnetares, […]
    Pablo Javier Piacente
  • La IA podría ser el límite para todas las civilizaciones avanzadas en el Universo 10 abril, 2024
    Un nuevo estudio sugiere que el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) hacia una Superinteligencia Artificial (ASI) podría explicar por qué no hemos detectado aún otras civilizaciones avanzadas en el cosmos, a pesar de la alta probabilidad de su existencia: en vez de supernovas, plagas, guerras nucleares o eventos climáticos extremos que hayan sido un […]
    Pablo Javier Piacente
  • Higgs ha podido dejar abierta la puerta a la Nueva Física 10 abril, 2024
    La muerte de Peter Higgs, que pasará a la historia como el descubridor del bosón que explica cómo se forma la materia, deja un legado en la historia de la física que todavía puede aportar algo más trascendente: la prueba definitiva de una Nueva Física más allá del Modelo Estándar.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Descubren neuronas "zombis" en el cerebro, que serían claves en el proceso de aprendizaje 9 abril, 2024
    Las neuronas "zombis" son unidades vivas pero funcionalmente alteradas, que parecen "dormidas" en determinadas situaciones: los investigadores han revelado que cumplen un papel fundamental en el cerebelo, concretamente en aspectos relativos a la forma en la cual aprendemos.
    Pablo Javier Piacente
  • La Luna se invirtió por completo hace más de 4 mil millones de años 9 abril, 2024
    Hace unos 4.220 millones de años, poco después de que la Luna se formara a partir de un trozo de la Tierra que se desprendió durante una colisión violenta a principios de la historia del Sistema Solar, nuestro satélite se dio vuelta y comenzó así una etapa clave de su desarrollo. Así lo ha comprobado […]
    Pablo Javier Piacente
  • Arte rupestre de hace 2.000 años podría representar música psicodélica 9 abril, 2024
    Aunque la música psicodélica moderna no nació hasta la década de 1960, las influencias psicodélicas se pueden encontrar en el arte rupestre de hace miles de años. Grabados precolombinos en piedra, de 2.000 años de antigüedad, reflejan figuras humanas bailando en estado de trance chamánico.
    Redacción T21
  • Descubren antiguas partículas de polvo espacial provenientes de otro sistema estelar 8 abril, 2024
    Los astrónomos han descubierto una rara partícula de polvo atrapada en un antiguo meteorito extraterrestre, que fue formado por una estrella distinta a nuestro Sol. El polvo se habría originado luego de una supernova: las partículas son como "cápsulas del tiempo celestes" y proporcionan una instantánea de la vida de su estrella madre.
    Pablo Javier Piacente
  • Un lejano mundo deja ver una increíble explosión de luz en sus cielos "metálicos" 8 abril, 2024
    Utilizando datos del Telescopio Espacial CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo centro de operaciones científicas se localiza en la Universidad de Ginebra, en Suiza, un equipo internacional de científicos logró detectar por primera vez un extraño fenómeno lumínico denominado “gloria” en un exoplaneta: el estallido de luz se apreció en WASP-76b, un mundo […]
    Pablo Javier Piacente
  • El ordenador cuántico desembarca en el mundo universitario 8 abril, 2024
    La última computadora cuántica System One de IBM se ha instalado en el Instituto Politécnico Rensselaer (RPI) en Nueva York. Es la primera máquina cuántica de IBM instalada en un campus universitario de Estados Unidos. Una revolución en el mundo académico que impulsa la formación de un ecosistema cuántico global.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Los cocodrilos imitan a las ballenas antes de aparearse 7 abril, 2024
    Los cocodrilos cortejan a las hembras lanzando un chorro de agua al aire, tal como hacen las ballenas cuando salen a la superficie. A ellas les encantan también los silbidos y las burbujas que les dedican sus parejas antes de aparearse. Se está elaborando un diccionario de cocodrilos.
    Redacción T21