Un equipo de científicos del McGowan Institute for Regenerative Medicine (MIRM) de la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, ha desarrollado una novedosa técnica que permite curar las quemaduras de segundo grado, en mucho menos tiempo del que hasta ahora se tardaba en sanarlas.
La técnica, que consiste en un spray que extiende células del propio paciente sobre la piel quemada, para ayudar a ésta a recuperarse en un tiempo récord, ha sido desarrollada por el profesor del MIRM Joerg C. Gerlach y sus colaboradores.
Pistola de células
Según publica la revista Physorg, el dispositivo, bautizado como “Skin-cell Gun” (Pistola de células de piel), comenzó a desarrollarse en 2008, pero ha sido probado con éxito recientemente, en más de una docena de pacientes.
Hasta ahora, las quemaduras en la piel se han tratado mediante trasplantes. La piel necesaria para la sustitución de piel quemada es tomada de áreas de piel no quemada procedentes de otras partes del cuerpo del paciente, o se hace crecer artificialmente, para después injertarla sobre las quemaduras.
Pero, con este sistema, el proceso de recuperación de los quemados lleva semanas e incluso meses, un tiempo en el que los pacientes tienden a coger infecciones por los daños sufridos en la piel, que es la primera línea de defensa del organismo contra los patógenos.
Por otro lado, desde hace décadas, los científicos han podido regenerar piel en laboratorio, pero estos procesos de regeneración requieren de entre dos y tres semanas de tiempo, y las láminas de piel producidas resultan frágiles.
Además, al ser injertadas, por debajo de estas láminas pueden surgir ampollas debido a las secreciones, lo que a su vez puede acabar dañando los injertos.
Sistema capilar artificial
El Skin-cell Gun parece una solución prometedora para estos obstáculos, porque acelera la recuperación de la piel de los pacientes.
El proceso seguido es el siguiente: en primer lugar se realiza una biopsia o extirpación parcial de tejidos de partes de la piel del quemado que no han resultado dañadas. A partir de esta muestra, se aíslan células madres sanas en una solución acuosa. Esta solución es la que se aplica con el spray en las quemaduras.
Una vez aplicado el espray, las quemaduras se cubren con un novedoso tipo de apósito, recientemente desarrollado, y definido en la web del MIRM como “sistema capilar artificial temporal”.
Este apósito cuenta con unos conductos que lo recorren de principio a fin. Una parte de ellos funciona como una arteria, mientras que otra parte funciona como una vena. A su vez, los conductos están conectados a un “sistema vascular artificial” que proporciona antibióticos, electrólitos, aminoácidos y glucosa a las quemaduras.
Gracias a este sistema, éstas se mantienen limpias y esterilizadas, al tiempo que se les proporciona nutrición a las células madre de piel aplicadas con el spray, para potenciar la regeneración de la piel nueva.
Curación en sólo unos días
Tras la aplicación de este tratamiento, las quemaduras sanan en cuestión de días, en lugar de en semanas. Según Gerlach, los pacientes que han sido tratados con este sistema, en el Berlin Burn Center, han recuperado su piel tras sufrir quemaduras en la oreja o la cara entera, en tan sólo unos días.
Por ahora, esta técnica puede usarse sólo con quemaduras de segundo grado (que son aquéllas que traspasan la primera capa de la piel, y dañan la segunda, la dermis), pero Gerlach espera que en el futuro el sistema avance para poder tratar con él también quemaduras de tercer grado (que son las que penetran por todo el espesor de la piel, destruyendo el tejido hasta producir necrosis).
En 2009, la compañía Avita Medical, con sede en el Reino Unido, lanzó al mercado un sistema similar al desarrollado por el MIRM: un kit (ReCell) para la aplicación de una solución de células de piel (células progenitoras de la piel y las melanocitas, encargadas del color) obtenidas por biopsia que, rociada sobre quemaduras de segundo grado, ayuda a que las células basales de la piel se regeneren.
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