Una vez más, los intentos por evitar que el satélite de la empresa Intelsat no se superponga con la señal del satélite AMC 11 son poco prometedores. Los ingenieros, en un intento por recuperar el mando del Galaxy 15 enviando 200.000 comandos, aún no han recibido respuesta alguna, informa Physorg.
Un hecho no menor teniendo en cuanta que la semana próxima el G-15 ingresara a la orbita de su satélite vecino, ocasionando consecuencias para los clientes de la empresa. Sin embargo, ambas compañías afirmaron que no habrá riesgo en el espacio de choques reales entre ambos satélites. “Tenemos a todos nuestros técnicos y especialistas en este caso”, dijo Yves Feltes, una portavoz de SES World Skies.
Para evitar que sus clientes se vean afectados ante tal incidente, la empresa Intelsat tiene pensado enviar toda la información del Galaxy 15 a otro satélite, el G-12. Paralelamente, Dianne VanBeber, una portavoz de la compañía, sostuvo que: “Las compañías de cable también deberían ajustar sus equipos a fín de colaborar minimizando cualquier interferencia”.
Intelsat, principal proveedor de servicios de telecomunicaciones por satélite, está pensando en la posibilidad de analizar las señales del satélite para predecir, de alguna manera, su trayectoria. Además, ingenieros están estudiando la manera de apagar la transmisión del G-15 para que no interfiera con la señal del AMC 11. En tanto, para no alarmar a la ciudadanía, investigadores confirmaron que no hay riesgo de que caiga a la Tierra.
Feltes propuso una opción para prevenir la interferencia con la televisión estadounidense. Utilizando el sistema de propulsión del AMC 11 se podría llegar a mover el G-15 a unos 100 kilómetros. Sin embargo, ambas empresas están trabajando para evitar los daños.
“Ellos han intentado numerosas cosas para recuperar el control del satélite, con resultados desfavorables (…). Se necesitará algún tipo de colaboración para que el impacto sea el más mínimo”, sostiene la portavoz de SES World Skies, quién se reserva el derecho de no mencionar a ninguno de los canales de televisión por cable y proveedores de servicios qué se verían afectados la próxima semana.
Un pobre satélite perdido en el espacio
La empresa comenzó a perder el contacto con su satélite el 8 de abril. Algunos investigadores aseguran que el problema se originó en uno de los sistemas del G-15 que se dañó por una tormenta solar. Sin embargo, y a pesar de que está a la deriva, continuó enviando señales de televisión, a diferencia de los satélites normales que dejan de funcionar cuando sus sistemas se averían.
Orbital Sciences Corporation, la compañía que estuvo a cargo de la construcción del satélite, cree que la tormenta solar ocurrió a mediados del mes de abril.»Es como si al satélite se le hubiera quemado el cerebro», sostiene Ian O»Neill, del centro Discovery Space
Encargado de proveer transmisión satelital a programas de televisión por cable en zonas de América del Norte y encargado de retransmitir coordenadas de posicionamiento (GPS) a aviones durante el vuelo, el G-15 esta varado en el espacio sobre el océano pacífico, al este de Hawai.
Conocido también como satélite zombí por estar vagando por el espacio sin rumbo alguno, operaba duplicando las señales de telecomunicaciones marcando un mismo territorio. Como todos los satélites de telecomunicaciones, el Galaxy 15 se encontraba en una órbita llamada geostacionaria, ubicada a unos 36.000 kilómetros de altura.
El satélite AMC 11 se encarga de transmitir, a todas las redes de cables de EE.UU., canales digitales de televisión en una orbita de 36.000 kilómetros por encima del ecuador. El Galaxy 15 trabaja bajo las mismas frecuencias. Feltes aseguró que las dos compañías, con sede en Luxemburgo, se están ocupando del problema de manera conjunta.
Los negocios son los negocios
A pesar de que los sistemas del satélite zombí ya no funcionan, continúa desplazándose por el espacio. Sobre la base de mediciones y cálculos realizados por investigadores e ingenieros se estima que su trayecto será hacia el oeste, lugar donde se encuentra el AMC 11.
Galaxy 15, que transporta 24 receptores y emisores, fue lanzado al espacio en el 2005, preparado para funcionar durante 15 años. Con un peso de dos toneladas, Van Beber aseguró que hoy en día constaría 250 millones de dólares lanzar y construir un satélite con las mismas características que el G-15.
Desde la compañía esperan que el zombí pierda su orientación, sus paneles solares dejen de funcionar y se le agoten las baterías hasta apagarse. Hecho que los investigadores esperan que ocurra a finales de julio
Sin embargo, pese al costo y a la incertidumbre que genera el problema, los directivos de Intelsat, paralelamente, pusieron en marcha un nuevo proyecto, en conjunto con la empresa Arianespace, para lanzar al espacio un nuevo satélite de telecomunicaciones que se estima será a finales de año.
El satélite, Intelsat-17, tendrá como objetivo brindar servicio de telecomunicaciones en lugares como Rusia, Oriente Medio, Europa y Asia. Además, tendrá una cobertura en ‘banda C’ para servicios de vídeo en las diversas partes del océano Índico. Según sus creadores se situará en una órbita geoestacionaria sobre el meridiano a unos 66 grados de longitud este.
«Con el Intelsat-17, Arianespace demuestra plenamente su capacidad para proponer a Intelsat un servicio a medida y soluciones que responden a sus necesidades de flexibilidad», confirmó el director general de Arianespace, Jean-Yves Le Gall.
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