Un grupo de neurocientíficos liderado por la Dra. Leonie Kausel, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha hallado evidencias concretas en un reciente estudio del impacto positivo del entrenamiento musical en el desarrollo del cerebro infantil. Según una nota de prensa publicada en Frontiers, los especialistas confirmaron una mayor actividad neuronal en regiones cerebrales ligadas al control de la atención, la memoria y la codificación auditiva.
De acuerdo a los científicos, el incremento en el rendimiento cognitivo en torno a estas funciones repercute en una mejor habilidad de lectura, mayor resiliencia y capacidad para afrontar problemas y desafíos, aumento en la creatividad y, como consecuencia de todo lo anterior, una mejor calidad de vida. Es importante destacar que los beneficios persisten en el tiempo, no se pierden al superar la infancia.
Para intentar confirmar su hipótesis, los especialistas evaluaron la atención y la memoria de trabajo de 40 niños chilenos con edades de entre 10 y 13 años. Se encontraban divididos en dos grupos: la mitad de ellos habían recibido como mínimo dos años de lecciones musicales, además de practicar regularmente con su instrumento y formar parte de un conjunto u orquesta. La segunda mitad de los participantes no había recibido ninguna formación musical específica, más allá de las clases de música en la escuela.
Evaluación de atención y memoria
La evaluación se realizó mediante una tarea bimodal, combinando elementos auditivos y visuales. En el marco de esta actividad, los investigadores monitorearon la actividad cerebral de los niños a través de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), buscando detectar pequeños cambios en el flujo sanguíneo dentro del cerebro.
Los resultados arrojaron interesantes datos. Por ejemplo, los niños con entrenamiento musical mostraron mayor actividad en áreas del cerebro como la circunvolución frontal inferior y la circunvolución supramarginal. Estos sectores de la región frontal del cerebro participan del llamado “bucle fonológico”, en el cual se integran la memoria, el procesamiento auditivo, las conexiones de la audición con las actividades motoras y algunos aspectos verbales.
También se apreció mayor dinamismo en la red de control frontoparietal, implicada en funciones ejecutivas, tareas orientadas al cumplimiento de objetivos y actividades que exigen una mayor exigencia cognitiva. Estos resultados amplían el dato referido al mejor rendimiento de los niños con entrenamiento musical en las pruebas de atención y memoria, ya que muestran en concreto las áreas del cerebro que se han estimulado a partir de los beneficios de la práctica musical.
Nuevos desafíos
De aquí en más, los neurocientíficos buscarán hallar las causas específicas de los mecanismos cerebrales descubiertos en la investigación, con el objetivo de encontrar nuevas pistas para mejorar la atención y la memoria en los niños. Incluso planean diseñar una intervención de formación musical en niños con trastornos del espectro autista.
Por último, los responsables del estudio expresaron que la educación musical infantil no solamente es positiva porque potencia las funciones cognitivas de los niños, sino también porque agrupa muchos otros beneficios en cuanto a habilidades sociales, incorporación de hábitos de trabajo y esfuerzo, creatividad, resolución de problemas y bienestar en general.
Referencia
Neural dynamics of improved bimodal attention and working memory in musically trained children. Leonie Kausel et al. Frontiers in Neuroscience (2020).DOI:https://doi.org/10.3389/fnins.2020.554731
Foto: Valéria Rodrigues Valéria. Pixabay.
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