La tuberculosis (TB) es una infección bacteriana contagiosa que afecta principalmente a los pulmones. A pesar de los nueve millones de casos al año y cerca de dos millones de muertes, las herramientas para luchar contra ella son aún limitadas.
De hecho, aunque en la actualidad se están estudiando 12 vacunas preventivas, solo se utiliza en la práctica la vacuna BCG –incluida en el calendario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) –, que tiene más de 90 años y cuya protección en formas graves en niños menores de cuatro años está alrededor del 80%, y es inferior en adolescentes y adultos.
De entre todos los intentos, ayer se presentaron en Madrid, en la sede de la Secretaría de Estado de I+D+i, los primeros resultados del ensayo español basado en la cepa MTBVAC, que fue diseñada por Carlos Martín, responsable del grupo de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con el Instituto Pasteur de París.
Durante la presentación, Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i, mostró su satisfacción “por el hito científico que supone este proyecto para España, Europa y para el mundo”, según se hace eco la agencia SINC.
Por su parte, Martín explicó que esta cepa, en la que trabajan desde hace 15 años, “es la primera y única vacuna basada en micobacterias de origen humano”. Además, durante la rueda de prensa comentó cómo los estudios preclínicos ya mostraron una mayor eficacia contra la tuberculosis que el resto de las vacunas candidatas.
La empresa española Biofabri patrocina la fase I de los ensayos clínicos y será la responsable de la futura producción industrial para todo el mundo. “Queremos que se trate de una vacuna universal que pueda ser usada por toda la población. Estamos trabajando en un proceso que permita producir la vacuna a un precio asequible”, afirmó Eugenia Puente, responsable de la firma.
Siete meses para confirmar resultados
El ensayo clínico en fase I, dirigido por François Spertini, comenzó en enero de 2013 en el Hospital Universitario de Vaudois en Suiza y ha probado en 36 voluntarios sanos la seguridad y la inmunogenicidad de la vacuna.
La cepa analizada busca activar el sistema inmunitario para que sea capaz de reconocer al bacilo de la tuberculosis y proteja a largo plazo frente a la forma más común de la enfermedad, la respiratoria.
Spertini, responsable de la prueba clínica que terminó el pasado 6 de noviembre, ha comentado que “aunque aún no se puede hablar de eficacia, los resultados obtenidos hasta ahora apuntan a que la vacuna es a priori segura ya que no se han observado en los primeros vacunados ningún síntoma de la enfermedad”.
Según ha apuntado Jelle Thole, director de la Iniciativa Europea contra la tuberculosis (TBVI), “el problema de la TB es la aparición cada vez más frecuente de brotes extremadamente resistentes de la enfermedad. Por eso, tiene que haber mejores diagnósticos y tratamientos, pero sobre todo una nueva vacuna que sea eficaz”.
Sin embargo, “es necesario esperar al menos siete meses para confirmar estos datos, entonces ya se podrá afirmar totalmente la seguridad de la vacuna”, ha añadido Spertini. “Apenas estamos empezando a analizar los resultados, pero al menos hemos visto que no provoca la TB».
Martín ha concluido que “si los resultados siguen siendo positivos, se podrá seguir adelante con la vacuna, que no será una realidad hasta dentro de más de cinco años. El próximo paso será llevar la vacuna a países endémicos, como Sudáfrica, y a la población diana, los niños”.
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