Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, concluye que las tortugas de las islas Galápagos evolucionaron para contar con copias adicionales de genes, llamadas duplicaciones, que las protegen contra los estragos del envejecimiento, incluyendo enfermedades como el cáncer. Esta característica no se aprecia en otras especies de tortugas, y les permite vivir más de 100 años.
Según las pruebas de laboratorio desarrolladas en células de tortugas gigantes de Galápagos, los animales han desarrollado un sistema natural de defensa de origen evolutivo. De acuerdo a una nota de prensa, la efectividad del mecanismo genético contra los efectos del envejecimiento se sustentaría en la forma en la cual las células de estas tortugas reaccionan frente al estrés.
El «secreto» para vivir más y mejor que resguardan estas tortugas podría convertirse en la llave para que el ser humano incremente su longevidad, luego de crear nuevas terapias inspiradas en la evolución conseguida por esta especie. Los reptiles, también conocidos con el nombre de tortuga gigante de Floreana, o por su denominación científica, Chelonoidis niger complex, conforman un grupo de especies que habitan únicamente en las islas oceánicas de Galápagos.
La evolución de las tortugas de las Galápagos
La esperanza de vida en el medio silvestre ronda los 100 años, pero en cautiverio se ubica en un mínimo de 170 años. Sin embargo, algunos ejemplares alcanzan los 300 o incluso los 400 años de edad. Determinadas variedades dentro de las diferentes especies que las conforman son consideradas como las tortugas terrestres vivientes más grandes del mundo, superando los 450 kilogramos de peso y alcanzando longitudes de más de 2 metros.
¿Por qué estas tortugas viven tanto tiempo y no son alcanzadas por algunas de las enfermedades típicas del envejecimiento, no solo en el ser humano y otros mamíferos sino en la mayoría de las otras especies? En función de las conclusiones de los científicos en el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Genome Biology and Evolution, las tortugas gigantes de las Islas Galápagos han logrado superar múltiples barreras marcadas por sus características y su tamaño.
Los biólogos saben que las especies que desarrollan pesos y tamaños por encima del promedio y que viven más tiempo presentan mayores riesgos de presentar una acumulación tóxica de daños genéticos y celulares, que se intensifican con el paso de las generaciones y vienen de la mano con tener más células y alcanzar una mayor longevidad.
Sin embargo, algunas especies han superado estas barreras y han evolucionado con tamaños corporales notablemente grandes y una esperanza de vida prolongada, incluso dentro de una estrecha ventana de tiempo evolutivo. Ese parece ser el caso de las tortugas gigantes de las Galápagos, y la clave estaría en sus células y en sus genes.
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Células que se «suicidan» a tiempo
En concreto, los experimentos realizados muestran que las células de estas tortugas son especialmente sensibles a ciertos tipos de estrés relacionados con las proteínas dañadas. Al exponerse a estas presiones, las células se «suicidan». Al autodestruirse mucho más fácilmente que otras células a través de un proceso llamado apoptosis, evitan la formación de tumores y son capaces de evadir el cáncer, según los científicos estadounidenses.
Mientras otras especies con un tamaño similar presentan las tasas de cáncer más elevadas, debido a que una mayor extensión supone más células y por lo tanto mayores posibilidades de desarrollar mutaciones cancerosas, las tortugas gigantes de las Galápagos «pasan por alto» el cáncer y viven mejor por más tiempo, gracias a esta funcionalidad de sus células, que se transmite genéticamente y marca la evolución de la especie.
Para concluir, los especialistas remarcaron que aunque no sea posible tratar a humanos con genes de tortuga de Galápagos, sí se puede «imitar» la forma en que ciertas especies han desarrollado protecciones o defensas relativas a los procesos de envejecimiento. En consecuencia, en un futuro se podrán traducir estos descubrimientos para avanzar en terapias o fármacos que beneficien a la salud humana.
Referencia
Concurrent evolution of anti-aging gene duplications and cellular phenotypes in long-lived turtles. Scott Glaberman, Stephanie E Bulls, Juan Manuel Vazquez, Ylenia Chiari and Vincent J Lynch. Genome Biology and Evolution (2021). DOI:https://doi.org/10.1093/gbe/evab244
Foto: tortugas de Galápagos en su hábitat natural. Crédito: Ylenia Chiari.
Buen artículo, muchas gracias. Tengo una pregunta. En el caso del por qué no desarrollan problemas de cáncer, ¿Se les puede asociar también la posible existencia de hiper tumores? Hay una supuesta teoría basada en la hipótesis de Peto que dice que los animales grandes suelen desarrollar diferentes células cancerígenas independientes que compiten entre sí e impiden recíprocamente el crecimiento.