El Pew Internet & American Life Project, uno de los proyectos de investigación del Pew Research Center de Estados Unidos que ha sido destinado al estudio del impacto de las telecomunicaciones en la sociedad norteamericana, ha publicado recientemente un estudio sobre la evolución de la relación entre los adolescentes y los móviles en los últimos cinco años.
En el informe se explica que, aunque anteriormente los adolescentes habían ido por detrás de los adultos en la posesión de teléfonos móviles propios, los datos recopilados mediante encuestas realizadas en años sucesivos han demostrado que esta situación está cambiando.
Casi como los adultos
La primera encuesta fue llevada a cabo por el Pew Internet en 2004. Entonces, poseía teléfono móvil un 45% de los adolescentes de entre 12 y 17 años encuestados. Desde entonces, el uso del móvil ha aumentado constantemente entre las personas de esas edades, hasta alcanzar el 63% en 2006 y el 71% de adolescentes con móvil a principios de 2008.
Las cifras de dueños adolescentes de móviles se acercaban ya entonces mucho a las de los adultos: el 77% de éstos (y el 88% de los progenitores) tenían un teléfono u otro dispositivo móvil al inicio del año pasado.
La propiedad de teléfonos móviles entre adultos ha aumentado desde ese momento un 85%, según una encuesta más reciente realizada dentro del mismo proyecto en abril de este mismo año.
Los datos sobre el aumento de la propiedad por parte de los adolescentes aún no han sido actualizados, pero el Pew Internet está realizando ahora una nueva encuesta con adolescentes y sus padres cuyas cifras hará públicas a principios de 2010.
¿Quién tiene un teléfono móvil?
Según la encuesta, entre los adolescentes, la edad es la variable más importante en la propiedad de un teléfono móvil. Los adolescentes mayores tienden mucho más a tenerlo que los más jóvenes. Este incremento en la posesión se produce a partir de los 14 años.
En 2008, de los niños de entre 12 y 13 años sólo el 52% tenía móviles, en comparación con el 72% de los adolescentes de 14 años y el 84% de los adolescentes de 17 (más de ocho de cada diez).
Además de la edad, otras características personales determinan la posesión o no de móvil en los adolescentes. El sexo, la raza o la etnia no condicionan las diferencias, pero, por ejemplo sí lo hace el estatus socio-económico (los hijos de familias no adineradas tienden menos a tener móvil).
Modo de uso
Para todos los adolescentes encuestados, el teléfono fijo sigue siendo el medio más extendido de comunicarse con sus amigos. El 88% de ellos –independientemente de que tuvieran o no un teléfono móvil- señaló que utilizaba este medio al menos ocasionalmente.
En comparación, el 67% de todos los adolescentes afirmó que hablaba con sus amigos por el móvil, y el 58% señaló que nunca había enviado un mensaje de texto a través del teléfono.
En el grupo de los jóvenes que sí tenían móviles (el 71% de la población adolescente en la encuesta de 2008), se constató que el 94% de ellos utilizaban sus teléfonos móviles para llamar a sus amigos, y que el 76% enviaba mensajes de texto.
En la vida cotidiana, la comunicación a través del teléfono móvil resulta dominante para este grupo, dado que dos de cada cinco adolescentes afirmó mandar mensajes de texto a diario. En cuanto a las llamadas de voz de los jóvenes que poseían móviles, el 51% de ellos afirmó hablar con sus amigos a través de ellos cada día.
La competencia para tan alto nivel de uso de los teléfonos viene, como era de esperar, de las webs de redes sociales, a través de las que el 26% de los adolescentes mandan e-mails, mensajes instantáneos o mensajes de grupo.
Una situación muy común
Los datos recopilados en este estudio proceden de diversas fuentes: la Teens, Gaming and Civics Survey y la Parent and Teen Survey on Gaming and Civic Engagement, informa el Pew Internet & American Life Project.
Las entrevistas fueron realizadas en inglés por la Princeton Data Source, a un total de 700 personas. Se calcula que los resultados estadísticos obtenidos tienen un margen de error del ±3.2%.
A pesar de esto, dan cuenta de una realidad que ya había sido constatada anteriormente. Así, por ejemplo, un estudio realizado al respecto en 2008 con 2.000 adolescentes norteamericanos por la CTIA (la Asociación Internacional de la Industria de Telecomunicaciones Celulares) reveló que los jóvenes son un segmento fundamental de la población de usuarios de telefonía móvil.
Nielsen, por su parte, publicó el año pasado otro informe en el que se revelaba que los niños de Estados Unidos tienen su primer teléfono móvil entre los 10 y los 11 años. El estudio señaló, por otro lado, que el 77% de los adolescentes tiene su propio teléfono, el 11% lo pide con frecuencia a sus padres, y es sólo un 10% el que no tiene acceso a un terminal.
Esta situación no es única de Estados Unidos. En España, por ejemplo, un reciente estudio realizado en la Universidad Autónoma de Madrid, con 1.328 adolescentes de la comunidad madrileña, reveló que el promedio de edad del primer teléfono móvil es de 12 años, y que el uso intensivo de este aparato se produce en más del 40% de las personas encuestadas. El estudio fue publicado por la revista especializada CyberPsychology & Behavior.
Dada la situación, es comprensible que la industria se apresure a sacar al mercado productos específicos para jóvenes. El último del que hemos sabido: el Sony Ericsson S312, un móvil de la conocida como serie S, a la que pertenecen aquellos terminales con bajas prestaciones y bajo precio, destinados al consumo adolescente o de personas que sólo necesiten el móvil para llamar.
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