El futuro de la tecnología está en manos de los más jóvenes. Ellos serán los que compren y decidan los productos que más les interesan el día de mañana. Pero los jóvenes ya tienen una opinión formada al respecto, publica la web Cellular news.
Una investigación internacional sobre consumo de telefonía móvil, realizada por la organización de investigación sobre consumo Intersperience a un millar de jóvenes ingleses de entre ocho y 18 años, ha revelado que este sector opina que los teléfonos móviles tendrán que ser capaces de conectarse con otros aparatos electrónicos y convertirse en mandos a distancia para todo, si pretenden satisfacer sus demandas en el futuro.
Dado que los adolescentes de hoy serán los consumidores del mañana, las compañías deberán trabajar hacia sus intereses para garantizar el futuro de la producción. Esta es la principal conclusión que se desprende de una encuesta que se ha centrado no sólo en cómo usa este colectivo las tecnologías, sino también en cómo les gustaría que éstas funcionasen en un futuro.
Los resultados son parte del proyecto de Intersperience Digital Future, centrado en el análisis de las formas de relación de los menores de 18 años con la tecnología y, particularmente, con las aplicaciones para Internet de estos móviles.
Nuevos usos, nuevas conexiones
El informe ha revelado que el 42% de los adolescentes quiere utilizar el móvil para controlar otros aparatos electrónicos en el futuro, un porcentaje que casi dobla la intención de los adultos, cercana al 24%.
Los más jóvenes también son propensos a nuevos usos y desarrollos de estos dispositivos, como puede ser el empleo de los smartphones para comprar cosas. En este sentido, un 33% de los encuestados señaló que consideraba el móvil como un instrumento apto para el pago, como si se tratara de una cartera móvil, un porcentaje considerablemente mayor que el reflejado por los adultos.
Los menores de 18, además, actualmente utilizan el móvil para muchas más funciones que los mayores, especialmente en el sector de los juegos, de las fotografías, de la música y de la realización de videos.
También los adolescentes y los jóvenes encuentran mucho más cómodo utilizar los móviles para almacenar información. Sus padres, según se refleja en el estudio, no tanto.
En el futuro, los jóvenes demandarán mayor interconexión entre los móviles y otros objetos electrónicos incluso aquéllos propios del hogar, como la televisión por cable. Los niños de entre ocho y 11 años tienen las máximas expectativas en los móviles del futuro, con un énfasis especial en la interconectividad en el entrenamiento mediante los juegos y las películas.
Conexión también en el hogar
Paul Hudson, uno de los responsables de Interesperience, afirma que para los menores de 18 el futuro es el móvil: “Tienen una poderosa visión sobre las capacidades de multifunción de estos dispositivos, que podrán conectarse y controlar otros servicios electrónicos que irán desde la iluminación de una casa a toda una serie de funciones que aún no se conocen”.
Hudson considera, además, que los menores creen que esta interconexión de los aparatos electrónicos se convertirá en una prioridad para los futuros adultos, de tal manera que es responsabilidad de las compañías de telefonía móvil incorporar nuevos servicios que unan su forma de vida con sus aspiraciones de convertirse, de una manera definitiva, en unos clientes conectados.
El estudio contempla por esta razón que las compañías y los proveedores en general deben acelerar los esfuerzos hacia este sector, con el fin de satisfacer a la futura generación de consumidores que se aproxima.
Interconexión: versatilidad y funcionalidad son las máximas a seguir, porque los móviles están reduciendo el uso de los ordenadores por parte de los más jóvenes, de tal manera, que en la mayoría de ellos elegiría un móvil y no un ordenador para descargar música, correos electrónico e incluso para realizar compras.
Por último, también es interesante reseñar una idea que destaca el estudio: cada vez son más los niños menores de ocho años que presionan a sus padres para que les compren un teléfono móvil. La mayor parte de los progenitores compran a su hijo un iPod Touch antes de caer en la tentación de regalarles un teléfono. En general, los padres consideran que hasta los 11 años no es una edad apropiada para hacerlo.
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