Un equipo de investigadores sardos y escoceses ha demostrado gracias a un nuevo estudio que los niños bilingües superan en rendimiento a sus compañeros monolingües en cuanto a habilidades de resolución de problemas y pensamiento creativo.
Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Strathclyde (Escocia, Reino Unido) y la Universidad de Cagliari (Cerdeña, Italia), han presentado en la revista International Journal of Bilingualism sus conclusiones, tras estudiar a alumnos bilingües y monolingües de escuelas primarias ubicadas en regiones donde se hablan lenguas minoritarias.
En Escocia, analizaron a un grupo de niños que hablaban inglés, la mitad de los cuales hablaba también gaélico escocés.
En la isla italiana de Cerdeña, analizaron a un grupo de niños que hablaban italiano, la mitad de los cuales hablaba también sardo. Se observó que los niños bilingües de las dos regiones rendían considerablemente mejor en las tareas que se les pusieron.
En concreto, el estudio se realizó en Dorgali (Cerdeña) y Stornoway (Escocia). Para ello se escogió una escuela de cada población que contase con cantidad suficiente de niños bilingües (que hablasen italiano y sardo e inglés y gaélico escocés) y monolingües (que hablasen sólo italiano o sólo inglés).
Los niños, de unos nueve años de edad, realizaron ejercicios en inglés o italiano consistentes en reproducir patrones de piezas de colores, repetir oralmente una serie de números, dar definiciones claras de vocablos y solucionar mentalmente una serie de problemas aritméticos.
El biligüismo con lenguas minoritarias también es beneficioso
“Hoy en día, el bilingüismo se considera mayoritariamente una característica beneficiosa para los niños, pero aún pervive la visión de que puede confundirles y ser perjudicial”, señala el autor principal del estudio, el Dr. Fraser Lauchlan de la Universidad de Strathclyde.
“Nuestro estudio ha sacado a relucir que puede otorgar beneficios demostrables, no sólo para el lenguaje, sino también para la aritmética, la resolución de problemas y la capacidad de pensar con creatividad”, añade Lauchlan.
Si bien existe un corpus de investigaciones anteriores que postulan la idea de que, para beneficiarse de las ventajas del bilingüismo, el hablante debe dominar al mismo nivel los dos idiomas, lo cierto es que pocos estudios han tenido en cuenta las ventajas cognitivas del bilingüismo cuando la segunda lengua es una de las llamadas minoritarias, como pueden ser el catalán, el vasco, el gaélico escocés o el sardo.
La mayoría de los estudios tratan sobre hablantes de pares de idiomas con un gran reconocimiento internacional, como el francés, el inglés, el español, el italiano, el ruso o el portugués.
Cerdeña y Escocia fueron escogidas por ser una región autónoma y un país, respectivamente, donde existe una lengua minoritaria hablada por una proporción cada vez menor de la población local.
Asimismo, los gobiernos de ambos territorios ha introducido en los últimos tiempos legislación dedicada a promover y ayudar a conservar estos idiomas: la Ley regional de Cerdeña, que consagra “La promoción y el desarrollo de la cultura y la lengua sardas”, y la Ley sobre la lengua gaélica (Escocia) de 2005, que asentó el principio de que los idiomas inglés y gaélico deben gozar del mismo respeto.
Además potencia la atención selectiva
En referencia a los descubrimientos realizados mediante el estudio, el Dr. Fraser Lauchlan señala: “Asimismo evaluamos el vocabulario de los escolares, centrándonos menos en la cantidad de palabras conocidas y más en su comprensión de éstas. En este aspecto también hallamos una diferencia sustancial en el grado de detalle y profusión de las descripciones realizadas por los alumnos bilingües. Además, apreciamos que estos poseían una aptitud especial para la atención selectiva, es decir, la capacidad de identificar y centrarse en la información importante y dejar a un lado lo que no lo es, lo cual podría deberse a los cambios de código que conlleva el pensar en dos lenguas distintas”.
Curiosamente, el estudio sacó a relucir que los niños hablantes de gaélico escocés también rendían mejor que los hablantes de sardo. Esta diferencia guardaba relación con la agilidad mental necesaria para pasar de un idioma a otro, que podría promover el desarrollo de habilidades útiles en otros tipos de pensamiento.
Este hecho podría deberse asimismo a las ventajas de las que gozan los niños hablantes de gaélico escocés con respecto a los hablantes de sardo, puesto que el idioma de los primeros se enseña formalmente y cuenta con una extensa tradición literaria.
El sardo, en cambio, no se enseña de manera generalizada en las escuelas y su tradición es fundamentalmente oral, por lo que en la actualidad no existe una forma estandarizada de este idioma.
Referencia bibiliográfica:
Lauchlan, F. et al. Bilingualism in Sardinia and Scotland: Exploring the cognitive benefits of speaking a «minority» language, International Journal of Bilingualism, 2012. doi:10.1177/1367006911429622.
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