Una investigación de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido ha descubierto que es más difícil engañar a las aves con trucos de magia que a los seres humanos.
Desarrolló una serie de juegos de manos con una especie de ave, conocida como arrendajos euroasiáticos (Garrulus glandarius), que había sido entrenada previamente para encontrar sus gusanos preferidos en la mano de un científico.
Y comprobó que los seres humanos se equivocan más que las aves cuando tienen que indicar dónde se encuentra un objeto que ha pasado rápidamente de una mano a otra.
Los juegos de manos permiten, mediante una serie de habilidades, confundir a las personas respecto a dónde se encuentra un objeto después de pasarlo de una mano a otra.
La confusión se produce porque, mediante movimientos y gestos ficticios, pensamos que el objeto ha cambiado de mano, cuando realmente no lo ha hecho.
El engaño es posible gracias a nuestros puntos ciegos de atención: muchas veces no podemos ver las cosas tal y como son, sino como esperamos que sean. Es una limitación de nuestra percepción.
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Efectos mágicos
«Los efectos mágicos aprovechan nuestra capacidad para recordar lo que sucedió y nuestra capacidad para anticipar lo que sucederá a continuación», explican los autores de esta investigación en un artículo publicado en PNAS.
La capacidad humana de esperar algo sobre lo que está pasando es la clave del engaño. El truco de magia funciona porque viola esas expectativas, declara el investigador principal de esta investigación, Elias García-Pelegrin, a la revista Academic Times.
Sin embargo, las aves no tienen expectativas sobre los movimientos de las manos del prestidigitador, por lo que están más atentas a la realidad que a la ficción y son más difíciles de engañar.
Son como los niños, también más difíciles de confundir por los prestidigitadores adultos porque tienen menos desarrollada la expectativa. Los magos siempre se esmeran más en la desorientación del público cuando es infantil.
Aunque no es la primera, esta investigación ha puesto de manifiesto que los trucos de magia no solo sirven para entretenernos y sorprendernos, sino también para comprobar si las expectativas de otras especies son como las de los seres humanos.
Esa comprobación permite a los científicos comprender mejor cómo han evolucionado los procesos cognitivos clave, como la atención y la percepción, así como penetrar un poco más en los misterios de la mente humana.
Pájaros magos
El caso de los arrendajos euroasiáticos es especialmente interesante para la ciencia porque estos pájaros hacen también trucos de magia de forma natural: presumen de algo que no tienen, y esconden la comida en el fondo de la garganta para evitar que se la quiten.
Sus habilidades para el engaño son similares a las de un prestidigitador: manipulan la atención de otro pájaro para que no pueda saber dónde han escondido la comida.
Por este motivo, cuando un prestidigitador mueve las manos teniendo en una de ellas al gusano, estos pájaros no anticipan mentalmente (no pueden hacerlo) que su aperitivo ha cambiado de mano, como insinúa la habilidad del ilusionista. Por eso acierta y pica la mano donde sigue el gusano.
Esta diferencia de apreciación entre humanos y pájaros se comprobó durante la investigación en la que participaron no solo seis pájaros, sino también personas.
Con los pájaros experimentó con diferentes tipos de habilidades para confundirlos, y con las personas les mostraron dos videos distintos.
En uno de ellos se veía a los investigadores haciendo trucos a los pájaros. Los participantes, 80 personas de entre 16 y 60 años, competían con las aves para ver quiénes pillaban mejor los trucos.
En un segundo video, grabado con trucos similares realizados con monedas, otras 165 personas debían averiguar también en qué mano estaba finalmente la esquiva calderilla.
Diferencias notables e interesantes
Las diferencias apreciadas entre aves y humanos fueron notables. Los pájaros se confunden cuando los movimientos son muy rápidos, pero aciertan mucho más que los humanos cuando los movimientos son más clásicos.
Los resultados de esta investigación son prometedores para la neurociencia: el uso de marcos mágicos genera formas de investigar habilidades cognitivas complejas, como el viaje en el tiempo mental (es decir, recordar el pasado y anticipar el futuro), yendo más allá de la intersección entre la magia y la mente humana, escriben los mismos autores en un artículo anterior, publicado el año pasado en Science.
Los efectos mágicos pueden proporcionar una metodología perspicaz para investigar las deficiencias de percepción y atención en animales humanos y no humanos, y ofrecen también oportunidades únicas para resaltar las limitaciones cognitivas en diversas mentes animales, escriben los autores en PNAS.
Referencias
Exploring the perceptual inabilities of Eurasian jays (Garrulus glandarius) using magic effects. Elias Garcia-Pelegrin et al. PNAS June 15, 2021 118 (24) e2026106118. DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2026106118
An unexpected audience. Elias Garcia-Pelegrin et al. Science 18 Sep 2020: Vol. 369, Issue 6510, pp. 1424-1426. DOI:10.1126/science.abc6805
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