Hace una década, el filósofo británico Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, tuvo una idea: nuestro universo podría ser una simulación informática realizada por nuestros descendientes.
En un artículo aparecido en 2003 en la revista The Philosophical Quarterly, Bostrom argumentaba que, al menos, una de estas tres posibilidades debía ser verdadera: es probable que la especia humana se extinga antes de alcanzar un estadio “post humano”; es improbable que ninguna civilización post humana realice un número significativo de simulaciones de su propia historia evolutiva; y vivimos, casi con total certeza, en una simulación informática.
Brostom sostenía que “la creencia de que hay una posibilidad significativa de que algún día lleguemos a ser posthumanos que realicen simulaciones de sus ancestros es falsa, a no ser que actualmente estemos viviendo en una simulación”.
No se puede negar que la hipótesis de Bostrom parece descabellada e incluso incomprensible. Pero, a pesar de eso, un equipo de físicos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han ideado una prueba que podría demostrar si es o no cierta, publica la UW en un comunicado.
La prueba ideada por los físicos está basada en supercomputadoras. Las actualmente existentes utilizan una técnica llamada «retícula de cromodinámica cuántica» (Lattice QCD) capaz de simular diminutas partes del universo, del tamaño aproximado de un núcleo atómico.
Los científicos esperan que, con el paso del tiempo y a medida que aumente la potencia de los ordenadores, se puedan realizar simulaciones más potentes y a mayores escalas.
¿Podría comprobarse entonces la veracidad o la falsedad de la teoría de Bostrom? Para tratar de desentrañar este rompecabezas, hemos hablado con Martin Savage, uno de los autores de la investigación y de un artículo sobre esta aparecido en arxiv.
¿En qué se basa la idea de que el universo que nos rodea podría ser una simulación informática?
Durante los últimos años, hemos realizado simulaciones de partículas atómicas, con el fin de definir de manera más precisa las llamadas “fuerzas nucleares” [que son las que ensamblan a las partículas subatómicas].
En este contexto, uno de nuestros colaboradores trajo a colación el trabajo de Nick Bostrom, y comenzamos a preguntarnos cómo podría saberse si nuestro universo es o no una simulación.
A partir de nuestra experiencia con el impacto que tienen, sobre nuestras propias simulaciones, las limitaciones de los recursos que manejamos, que dejan una huella en los resultados obtenidos, extrapolamos (ese impacto) al propio universo.
Si pudieran superarse esas limitaciones, ¿cree usted que una simulación informática con futuros ordenadores superpotentes revelaría que, realmente, nuestro universo es artificial?
Yo creo que la respuesta es no. Si desarrollásemos un ordenador lo suficientemente potente lo que sí podríamos llegar hacer es una simulación de la historia de un universo igual que el nuestro.
¿Podría probarse –o refutarse- entonces la teoría de Bostrom?
Nunca puede probarse la veracidad de una teoría. Solo pueden hacerse predicciones experimentalmente verificadas, que por tanto indiquen que una teoría es coherente con la naturaleza. Así que se necesitaría elaborar un gran número de pruebas consistentes con ese escenario, que eliminasen (o determinasen) de manera efectiva otras explicaciones posibles.
¿Qué tienen que ver los rayos cósmicos con la probabilidad de que nuestro universo sea una construcción artificial?
Si el universo fuera realmente una simulación llevada a cabo con recursos finitos, eso dejaría una huella en el comportamiento de los rayos cósmicos de muy alta energía. Las desviaciones anticipadas por la relatividad podrían ser más apreciables a ese nivel energético. El hecho de no encontrar variaciones de este tipo sugeriría que no nos encontramos en una simulación o que, para detectarla, sería necesaria una mayor precisión en nuestras mediciones, por el tamaño minúsculo del entramado espacial.
Las simulaciones que hasta ahora se han realizado, ¿han dado ya alguna pista o alguna señal de que vivimos en una simulación informática?
No. Hasta el momento no ha aparecido ninguna evidencia que indique que estamos en una simulación.
En el artículo publicado por la Universidad de Washington sobre su trabajo, ustedes señalan que, si el universo fuera una simulación informática, este podría crear otros universos paralelos a sí mismo. ¿Tendría esto algo que ver con la teoría del multiverso?
Por supuesto que hay paralelismos. Uno se puede imaginar activando simulaciones de múltiples universos distintos desde el mismo ordenador, si este fuera lo suficientemente potente.
¿Tiene alguna relación la concepción del universo como simulación informática con la posible existencia de una inteligencia “externa” a la composición del universo o piensan ustedes en una capacidad de simulación que sea inherente al propio universo?
Yo concibo el escenario de la simulación en el contexto de científicos que, en el futuro, estén explorando de dónde venimos, a través de simulaciones de nuestro universo.
¿Cuáles serán los pasos siguientes en su investigación?
Todavía no hemos decidido que haremos a continuación. Con certeza, sería importante explorar con más detalle las limitaciones de los recursos con los que contamos.
Referencias bibliográficas:
Nick Bostrom. Are We Living in a Computer Simulation?. The Philosophical Quarterly (2003). DOI: 10.1111/1467-9213.00309.
Silas R. Beane, Zohreh Davoudi, Martin J. Savage. Constraints on the Universe as a Numerical Simulation. Arxiv (2012).
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