Un nuevo tipo de neurona previamente desconocido ayuda a las personas a centrarse en sus mapas personales del mundo, según un nuevo estudio desarrollado en la Universidad de Columbia. Estas neuronas aportan un marco de referencia individual que hace posible la ubicación y el desplazamiento por nuevos espacios, sin que las distracciones del entorno nos confundan.
También estarían involucradas en el procesamiento de la información espacial de los recuerdos, cumpliendo un papel crucial en cuanto a la memoria. Los científicos las han bautizado como «neuronas espaciales egocéntricas», en referencia a que enfocan a cada individuo hacia sus marcos de referencia personales.
La ubicación en el espacio es una de las cuestiones más importantes para poder desenvolvernos en el mundo. Cuando intentamos llegar a algún lugar por primera vez o cuando sencillamente nos trasladamos por nuestra ciudad, un complejo mecanismo cerebral se pone en marcha para que lleguemos correctamente a destino. Al parecer, una variedad específica de neuronas posee una función central en dicho proceso.
Según una nota de prensa, los investigadores estadounidenses lograron determinar mediante experimentos y estudios basados en tecnologías de realidad virtual que la orientación espacial en tiempo real, como así también la ubicación de los recuerdos en espacios concretos, se encuentran fuertemente condicionados por sistemas neuronales que eran desconocidos hasta el momento. Así lo establecen en una investigación recientemente publicada en la revista Neuron.
Dos formas de ubicarnos
En principio, hay que tener en cuenta que la orientación espacial se lleva a cabo en dos dimensiones diferentes. Por un lado, existen marcos de referencia centrados en el mundo externo y en todo aquello que sucede por fuera de nuestra individualidad: son los llamados marcos «alocéntricos». Por otra parte, una serie de estrategias centradas en el yo y en marcos de referencia exclusivamente personal conforman los denominados marcos «egocéntricos».
El descubrimiento de los investigadores se relaciona con el segundo concepto: a través de herramientas de realidad virtual aplicadas a grupos de participantes, que además fueron monitoreados para obtener imágenes cerebrales que sustenten sus reacciones, los científicos comprobaron la activación de un tipo específico de neuronas cuando se trabaja con los marcos de referencia exclusivamente individual.
Todo indica que el cerebro necesita del doble juego exterior-interior para poder garantizar la ubicación espacial. En ocasiones, los mecanismos centrados en el entorno deben ser protagonistas para que podamos navegar por ciertos espacios. Pero en otros momentos, es preciso que nos centremos en marcos absolutamente personales y que nada nos distraiga de los mismos.
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Impacto en la memoria
Mientras anteriormente ya habían sido identificadas las neuronas especializadas en los marcos ambientales o alocéntricos, el nuevo estudio ha podido determinar que existen neuronas exclusivamente «egocéntricas»: gracias a ellas podemos construir marcos personalizados de la realidad y no perdernos con la información externa.
Además, los científicos comprobaron que la actividad de estas neuronas de tipo egocéntrico se concentra en la corteza parahipocampal, una región localizada en las profundidades del cerebro. El descubrimiento puede dar lugar a nuevos estudios relativos a la forma en que procesamos la información espacial, como así también al impacto que tienen estas experiencias en la memoria e incluso en las patologías que la afectan.
Referencia
A neural code for egocentric spatial maps in the human medial temporal lobe. Lukas Kunz et al. Neuron (2021).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2021.06.019
Foto: un conjunto de estrategias cerebrales se combinan para que la ubicación en el espacio sea eficiente: por un lado, un grupo de neuronas se concentran en la información del entorno, mientras otras (denominadas neuronas «egocéntricas») se especializan en marcos de referencia personal. Crédito: Gerd Altmann en Pixabay.
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