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Pequeñas industrias de fotosíntesis artificial estarán en el mercado dentro de dos años

Científicos británicos han podido observar por primera vez a nivel molecular las reacciones químicas que permiten a las plantas utilizar la energía solar para fabricar las proteínas y grasas necesarias para la vida, lo que en principio permitirá la fabricación de pequeñas industrias de fotosíntesis artificial capaces de obtener hidrógeno a partir del agua y de absorber CO2. Aunque la fabricación de sistemas de fotosíntesis artificial no es automática, ya que habrá que comprobar si los nuevos conocimientos permiten diseñar estas máquinas, se cree que en dos años será posible disponer de esta nueva fuente de energía. Por Raúl Morales.

Pequeñas industrias de fotosíntesis artificial estarán en el mercado dentro de dos años

Científicos del Imperial College de Londres han identificado en las plantas el sitio exacto donde se producen las reacciones de la fotosíntesis, el espacio de las plantas donde algunas moléculas que contienen manganeso, oxígeno y calcio, desencadenan la reacción química de la vida.

Los biólogos James Barber y So Iwata han establecido la cascada precisa de acontecimientos que desencadenan el proceso de la fotosíntesis. Es la primera vez que se puede analizar con esta precisión el viaje de los fotones desde su absorción por la clorofila hasta su utilización por las moléculas a base de manganeso para transformar las moléculas de agua en protones, electrones y oxígeno.

El descubrimiento, publicado en la revista Science, permite especular con aplicaciones casi inmediatas como la producción de plantas artificiales, una especie de pequeñas industrias de la fotosíntesis que podrían utilizar la energía solar para producir hidrógeno a partir del agua.

Si esto se consiguiera, el hidrógeno así obtenido podría en principio ser recuperado como combustible para las pilas de hidrógeno, consideradas como la alternativa energética del futuro.

Dentro de dos años

De esta forma, la idea de crear sistemas artificiales capaces de explotar la química de la fotosíntesis forma parte del escenario previsible de los próximos dos años, según la revista Prospect.

Esta posibilidad permite pensar en nuevas formas de obtener hidrógeno y otros combustibles de los motores eléctricos o térmicos a partir de la fotosíntesis artificial, así como en la posibilidad de absorber dióxido de carbono por un nuevo procedimiento tecnológico.

La fotosíntesis es el proceso que permite a las plantas utilizar la energía solar para fabricar las proteínas y grasas necesarias para la vida a partir del dióxido de carbono y del agua.

El haber descubierto los mecanismos naturales que provocan estos fenómenos a escala molecular constituye por ello la adquisición de una nueva capacidad tremendamente útil para atender diversas necesidades energéticas de nuestra sociedad, en un momento de gran incertidumbre respecto a las posibilidades de cubrir a medio plazo la demanda de energía de la población humana.

Sistemas metálicos

La construcción de pequeñas industrias de fotosíntesis no será sin embargo automática, ya que primero habrá que determinar si los detalles hasta ahora inéditos de estos procesos naturales son suficientes para el diseño de las máquinas capaces de reproducir la fotosíntesis.

Lo sí se da por cierto es que estos sistemas artificiales no serán iguales a las plantas, ya que se construirán con metales, lo que significa que el otro aspecto de la fotosíntesis, la belleza de las plantas interactuando con la vida, quedará relegado a favor de criterios más prácticos y prosaicos.

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