Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y de la Universidad Stanford (California, EE.UU.) han descubierto que, basándose en una cantidad suficiente de Me gusta de Facebook, los ordenadores pueden juzgar los rasgos de la personalidad de un usuario mejor que sus amigos, familiares e incluso su pareja.
Usando un nuevo algoritmo, los investigadores han calculado el número medio de Me gusta que la inteligencia artificial (IA) necesita para sacar conclusiones sobre la personalidad de alguien con mayor precisión que su pareja o sus padres.
En un estudio publicado esta semana en la revista PNAS, se compara la capacidad de los ordenadores y de la gente para hacer juicios precisos acerca de nuestras personalidades. A partir de un número suficiente de Me gusta, sólo el cónyuge rivaliza con el ordenador en analizar con exactitud los rasgos psicológicos generales.
Los investigadores describen el hallazgo como una «demostración contundente» de la capacidad de los ordenadores para descubrir los rasgos psicológicos de un individuo a través del análisis de datos, mostrando que las máquinas pueden conocernos mejor de lo que creíamos hasta ahora: un «importante hito» en el camino hacia interacciones persona-ordenador más sociales.
«En el futuro, las computadoras podrían ser capaces de inferir los rasgos psicológicos y reaccionar en consecuencia, lo que llevaría a la aparición de máquinas con inteligencia emocional y con habilidades sociales», explica en la nota de prensa de la Universidad de Cambridge la autora principal Wu Youyou, del Centre de Psicometría de la misma. «En este contexto, las interacciones hombre-máquina representadas en las películas de ciencia ficción parecen estar a nuestro alcance.»
Los investigadores dicen que estos resultados podrían provocar preocupación sobre la privacidad a medida que la tecnología se desarrolle, y que ellos apoyan que los usuarios tengan un control total sobre su huella digital.
Los datos
En el estudio, un ordenador pudo predecir con mayor exactitud la personalidad de un sujeto que un compañero de trabajo analizando solamenta diez Me gusta; mejor que un amigo o un compañero de piso con 70, mejor que un miembro de la familia (padres, hermanos) con 150, y que un cónyuge, con 300.
Teniendo en cuenta que un usuario promedio de Facebook ha pulsado cerca de 227 Me gusta (número que crece de manera constante), los investigadores creen que este tipo de IA tiene potencial para conocernos mejor que nuestros compañeros más cercanos -salvo quizás nuestra pareja-.
Estos resultados se basan en un trabajo anterior de la Universidad de Cambridge, publicado en marzo de 2013, que demostraba que a través de los Me gusta de Facebook se puede predecir una gran variedad de características psicológicas y demográficas con una precisión asombrosa.
En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron una muestra de 86.220 voluntarios, usuarios de Facebook, que completaron un cuestionario de personalidad de 100 ítems a través de la aplicación myPersonality, y que también facilitaron el acceso a sus gustos.
Estos resultados proporcionaron puntuaciones de personalidad de lo que se conoce en la práctica psicológica como los cinco grandes rasgos: la apertura, la escrupulosidad, la extraversión, la agradabilidad y el neuroticismo (OCEAN, por sus iniciales en inglés). A través de ellas, los investigadores pudieron establecer relaciones entre los Me gusta y ciertos rasgos particulares; por ejemplo, que te guste Salvador Dalí o la meditación implica un alto grado de apertura. Que te guste el videojuego Minecraft implica una tendencia a la timidez, sonreír señala a una persona colaborativa, y ser fan de Usain Bolt es de personas tranquilas.
Amigos y familiares
A los usuarios de myPersonality se les dio entonces la opción de invitar a amigos y familiares a que juzgaran los rasgos psicológicos del usuario a través de una versión más corta del test de personalidad, con 10 ítems.
Los investigadores fueron capaces de obtener una muestra de 17.622 participantes juzgados por un amigo o miembro de la familia, y una muestra de 14.410 juzgados por dos de ellos.
Michal Kosinski, coautor e investigador de Stanford, dice que las máquinas tienen un par de ventajas clave que hacen posibles estos resultados: la capacidad de retener y acceder a grandes cantidades de información, y la capacidad de analizar con técnicas algorítmicas de Big Data.
«Los seres humanos tienden a dar demasiada importancia a uno o dos ejemplos, o caer en formas no racionales de pensamiento», señala. No obstante, los autores reconocen que la detección de algunos rasgos podría ser mejor dejarla en manos de las capacidades humanas.
Los autores del estudio creen las evaluaciones de personalidad automatizadas, precisas y baratas, podrían mejorar la toma de decisiones sociales y personales, desde las contrataciones laborales hasta en los romances.
Youyou señala: «Los productos y servicios podrían ajustar su comportamiento para adaptarse mejor a los caracteres de sus usuarios y a sus cambios de humor».
Sexo y raza
Los investigadores dicen que este tipo de minería de datos y sus inferencias tienen similitudes con las técnicas utilizadas por algunos proveedores de servicios digitales, y que, para muchas personas, un futuro en el que las máquinas lean nuestros hábitos como un libro abierto a escala masiva puede parecer distópico.
Es una preocupación compartida por los investigadores. «Esperamos que los consumidores, los desarrolladores de tecnología, y los responsables políticos se enfrenten a esos desafíos apoyando leyes y tecnologías de protección de la privacidad, y dando a los usuarios un control total sobre sus huellas digitales», añade Kosinski.
El estudio realizado en 2013 por el mismo equipo conseguía deducir, a partir de los Me gusta de Facebook, características como el sexo, la raza, la ideología política o incluso si los padres del usuario se separaron cuando era pequeño.
Los investigadores de Cambridge, en colaboración con Microsoft Research Cambridge, analizaron un conjunto de datos de más de 58.000 usuarios de Facebook de Estados Unidos, que se ofrecieron voluntariamente.
El modelo estadístico diseñado por ellos demostró tener un 88% de precisión para determinar la sexualidad masculina, el 95% de precisión para distinguir a un afro-americano (negro) de un caucásico (blanco) y el 85% de precisión para diferenciar un votante republicano de un demócrata. Los cristianos y los musulmanes fueron clasificados correctamente en el 82% de los casos, y también se consiguió una notable precisión en la determinación del estado civil y el abuso de sustancias -entre el 65 y el 73%.
Pero pocos usuarios hicieron clic en Me gusta revelando explícitamente estos atributos. Por ejemplo, menos del 5% de los usuarios hicieron click en Me gusta obvios. Las predicciones se basaron en los Me gusta más populares pero menos informativos, como las preferencias en música y programas de televisión.
Incluso datos personales aparentemente opacos, como si los padres del usuario se separaron antes de que el usuario llegara a los 21 años, se predicen con una exactitud del 60%, lo suficiente para hacer que la información sea «valiosa para los anunciantes», sugerían los investigadores.
Algunos Me gusta estaban fuertemente relacionados, aunque aparentemente de forma incongruente o al azar, con características personales: Por ejemplo, que te gusten las patatas fritas «rizadas» se relaciona con tener un alto coeficiente intelectual; o haberle dado a Me gusta en «Esa araña está más asustada que tú» con ser no fumador.
Cambios en Facebook
Un estudio más modesto, realizado con datos de 2011 en la Universidad de Kansas (EE.UU.) con sólo 100 usuarios, corrobora esta capacidad de los Me gusta para revelar datos de la personalidad. En este caso, eran personas que no conocían a los usuarios los que trataban de deducir la personalidad de éstos a partir de su actividad en Facebook.
Las personas agradables tienden a publicar menos cosas en Facebook; las personas abiertas responden poco a los posts de otras personas pero publican opiniones sobre política a menudo; y las personas meticulosas suelen mostrar más a menudo su acuerdo con los posts de otras personas. Las extrovertidas son aquellas que tienen muchos amigos, publican estatus positivos, y usan muchas letras, en plan «nooooo» o «eeeeeyyy».
Sin embargo, cambios recientes en esta red social podrían dificultar esta clase de deducciones. Ahora, la actividad de los usuarios es menos visible que antes, y las publicaciones que se leen en el feed principal dependen de un algoritmo y no son automáticas, como antes. El algoritmo puede alterar la frecuencia con la que nos aparecen los posts de otras personas, por lo que una persona que nos parecía agradable puede que ya no nos lo parezca tanto: No porque publique más, sino porque nos aparecen posts de menos gente, y por tanto la frecuencia relativa de ese núcleo cercano es mayor.
Además, ahora la selección de gustos no es activa, sino pasiva, es decir, a partir de una lista propuesta por Facebook, por lo que revela menos sobre nuestros gustos reales.
Referencia bibliográfica:
Wu Youyou, Michal Kosinski, and David Stillwell. Computer-based personality judgments are more accurate than those made by humans. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1418680112
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