Gran parte de la salud humana depende de lo bien que el cuerpo produce y utiliza la energía. Por razones que no están claras, la capacidad de las células para producir energía disminuye con la edad, lo que ha llevado a los científicos a sospechar que la constante pérdida de eficacia en la cadena de suministro de energía del cuerpo es un factor clave del proceso de envejecimiento.
Ahora, científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad San Luis en Washington (EEUU) han demostrado que dar a ratones sanos un suplemento de un compuesto natural llamado nicotinamida mononucleótido (NMN) puede compensar esta pérdida de producción de energía, y reducir así los signos típicos del envejecimiento, como el aumento gradual de peso, la pérdida de la sensibilidad a la insulina o el descenso de la actividad física.
En el estudio realizado con ratones, se demostró que el NMN hacía que ratones más viejos tuvieran un metabolismo y unos niveles de energía semejantes a los de ratones más jóvenes, afirma Shin-ichiro Imai, uno de los autores del estudio.
Los investigadores esperan que, dado que las células humanas se basan en este mismo proceso de producción de energía, el hallazgo se traduzca en un método para ayudar a que las personas permanezcan más saludables a medida que envejecen.
Imai y sus colaboradores ya están llevando a cabo un ensayo clínico para probar la seguridad del NMN en personas sanas. La primera fase del ensayo comenzó a principios de este año en la Escuela de Medicina de la Universidad de Keio, en Tokio.
Estudios previos
Con la edad, el cuerpo pierde su capacidad para generar un elemento clave de la producción de energía que es la nicotinamida adenina dinucleótido (NAD). En un trabajo previo, Imai y otros científicos demostraron que los niveles de NAD disminuyen en múltiples tejidos a medida que los ratones envejecen.
Investigaciones anteriores también habían demostrado que la NAD no es eficaz cuando se administra directamente a los ratones, por lo que los científicos buscaron la forma indirecta de aumentar sus niveles. Para ello, sólo tuvieron que buscar en un paso anterior de la cadena de producción de la NAD: el compuesto NMN.
Efectos medidos
Para determinar los efectos a largo plazo del suministro de NMN en el organismo, los científicos estudiaron a tres grupos de ratones sanos.
A partir de los cinco meses de edad, a una parte de estos se les se suministró una dosis alta de agua potable con NMN; a otro grupo una dosis baja de agua potable con NMN, y un tercer grupo sirvió como grupo de control. A estos animales no se les dio NMN alguno, para compararlos con los otros.
Las comparaciones fueron realizadas cada tres meses a partir del inicio del experimento, y hasta que los ratones alcanzaron los 17 meses de edad (los ratones de laboratorio suelen vivir unos dos años).
Los investigadores hallaron así diversos efectos beneficiosos derivados del suplemento de NMN en el músculo esquelético (mediante la mejora de la función de las mitocondrias que operan como centrales eléctricas celulares); la función del hígado, la densidad ósea, la función ocular (retina y producción de lágrimas mejoradas), la sensibilidad a la insulina, la función inmune, el peso corporal (incluso aumentando la cantidad de alimento que los ratones recibían) y los niveles de actividad física. Sin embargo, estos beneficios se observaron solo en los ratones más viejos.
Es decir, que cuando se dio NMN a ratones jóvenes, estos no se convirtieron en ratones jóvenes saludables, explican los científicos. La razón es que ratones jóvenes todavía producen mucho NMN por sí solos.
Implicaciones
“Sospechamos que el aumento de la inflamación propia del envejecimiento reduce la capacidad del cuerpo para hacer NMN y, por extensión, la NAD», señalan los científicos a raíz de los resultados obtenidos.
Por otro lado, el estudio demostró que el NMN se puede administrar con seguridad; que suministrado disuelto en agua potable aparece en el torrente sanguíneo en menos de tres minutos; y una vez que el NMN llega a la sangre se convierte rápidamente en NAD en múltiples tejidos.
Es importante destacar que el NMN está presente en una serie de alimentos de fácil acceso, como el brócoli, la col, los pepinos o los aguacates.
Referencias bibliográficas:
Kathryn F. Mills et al. Long-Term Administration of Nicotinamide Mononucleotide Mitigates Age-Associated Physiological Decline in Mice. Cell Metabolism. (2016). DOI: 10.1016/j.cmet.2016.09.013.
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