La pedofilia se ha convertido en una pandemia que encuentra en Internet su mejor cobijo. Los expertos calculan que, actualmente, hay más de 15 millones de imágenes de víctimas de pornografía infantil circulando por la Red. Y aunque parte de ese material haya sido localizado y eliminado, es difícil de detectar entre los miles de archivos confiscados a los sospechosos de cometer este delito.
Con el comportamiento propio de un coleccionista, el pedófilo suele tener un importante acopio de material gráfico en su ordenador, bien camuflado incluso, de ahí que los investigadores requieran de mucho tiempo y esfuerzo para encontrar las imágenes ilegales que buscan. Precisamente para reducir sobremanera este proceso se ha creado en el seno del Instituto Fraunhofer de Alemania una herramienta bautizada como desCRY.
El equipo liderado por el doctor Bertram Nickolay, del departamento de Sistemas de Producción y Tecnología de Diseño IPK, ha conseguido desarrollar un sistema capaz de analizar de forma automatizada una serie de imágenes y secuencias de vídeo, y detectar entre ellas contenido pornográfico. La investigación cuenta con el respaldo de la Oficina Estatal de Investigación Criminal de Berlín, interesada en desarrollar un programa acorde con sus necesidades.
En un comunicado publicado por el propio Instituto Fraunhofer, el doctor Nickolay explica que “con el novedoso programa de reconocimiento de patrones, desCRY rebusca a través de fotografías y videos digitales en busca de contenidos ilegales, no importa lo bien escondidos que éstos puedan estar”. Justamente de esa astucia deriva el nombre que los científicos han dado al software, desCRY, un vocablo inglés poco utilizado que significa vislumbrar o divisar.
La base del programa
Esta novedosa aplicación se fundamenta en una serie de algoritmos para el reconocimiento de patrones inteligentes, que analizan automáticamente mientras clasifican imágenes y secuencias de vídeo. “Tecnologías como el reconocimiento facial y del tono de piel se combinan con el análisis del contexto y de la escena para identificar actividades sospechosas”, señala el director del proyecto, Raúl Vicente García.
El resultado es una herramienta capaz de detectar material pornográfico entre inocentes instantáneas tomadas en la playa o en una excursión con la familia, o en plena secuencia de acción de una película de Hollywood.
Los algoritmos usan valores que describen propiedades como el color, la textura y los contornos, con el fin de analizar si una imagen representa abuso infantil.
De esta forma, desCRY es capaz de clasificar un máximo de diez imágenes por segundo en un ordenador estándar, por lo que el tiempo de investigación se reduce drásticamente. El software capta y analiza todos los archivos disponibles en el equipo, tanto los almacenados en el mismo como los adjuntados a través de correo electrónico.
Pero la velocidad no es la única ventaja de este sistema. Los archivos se pueden filtrar según su tamaño y su tipo, e incluso se puede interpretar contenido basado en los datos de clasificación, lo que facilita al investigador tanto el análisis como el orden del material requisado por persona, objeto o lugar, por ejemplo.
El resultado de la búsqueda se muestra en un visualizador de imágenes en el que se pueden incluir cientos de fotografías a modo de pequeños iconos, para facilitar su identificación. Las imágenes sospechosas aparecen marcadas con un símbolo o dispuestas en la parte superior de la lista de resultados, para diferenciarlas del resto. El investigador podrá así ampliar el archivo con un solo clic de ratón, mientras con el segundo confirmará su ilegalidad.
Aplicación piloto
Para poner a prueba esta novedosa herramienta, detectives del departamento de Investigación Criminal de Berlín están llevando a cabo pruebas de campo realistas, pero no se descarta que desCRY se convierta en una herramienta imprescindible para los encargados de erradicar la difusión de pornografía infantil en Alemania desde este mismo mes de octubre.
Y de ahí a su difusión a nivel mundial sólo hay un paso, pues son ya varias las autoridades penales de distintos países que se han interesado por el sistema. En su extensión cobrará un papel fundamental la compañía alemana de software de gestión empresarial SAP, que se ha comprometido a actuar como socio de integración y comercialización del sofware.
De momento, la multinacional fundada en Walldorf, ya ha puesto en contacto al Instituto Fraunhofer con otros usuarios piloto del sistema a nivel internacional. El propio doctor Nickolay augura un futuro prometedor a su trabajo, al destacar que “los expertos en investigaciones criminales encuentran en nuestra metodología para la identificación de la pornografía infantil un enfoque particularmente innovador y prometedor a nivel internacional”.
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