La Tate Gallery de Londres ha convocado un concurso arquitectónico para crear un museo en órbita con el que pretende provocar el diálogo sobre las posibilidades de una nueva dimensión de la creatividad humana, llamada arte intergaláctico.
De la misma forma que el Net-Art, centrado en Internet, ha canalizado la última tendencia de la expresión artística, el arte orbital o intergaláctico se presenta como la siguiente generación de la creatividad humana.
La directora del proyecto se llama Susan Collins, una pintora inglesa a quien se debe la idea de crear a cientos de kilómetros de la Tierra el museo orbital. Susan Collins trabaja en un universo que mezcla imágenes digitales y animaciones, instalaciones interactivas y proyectos de Net-Art.
Para la directora de Tate in Space, la finalidad del museo orbital es analizar las ambiciones culturales de una institución, e incluso su producción cultural, más que centrarse en la creación de un nuevo arte espacial u orbital.
Descubrir nuevas posibilidades
El proyecto se centra por tanto en un examen de la historia de la cultura humana con la finalidad de descubrir las ambiciones artísticas latentes, capaces de desarrollarse sin la presión de la gravedad y en un entorno cósmico que parece el idóneo para explorar nuevas posibilidades para la creatividad humana.
Tal como explica Discovery, importantes gabinetes de arquitectos ya han formulado sus propuestas, que pueden contemplarse en la página de Internet abierta a estas ideas en la Tate Gallery.
La página de Internet incluye asimismo una vista de satélite de la Tierra en tiempo real, diversas fórmulas para la participación en el proyecto y una amplia explicación y presentación de la idea.
La idea no ha dejado de parecer delirante en algunos círculos, al mismo tiempo que provocadora e ingeniosa. La viuda de Carl Sagan considera incluso que esta iniciativa devuelve la pasión a la exploración del espacio, enfriada por la naturaleza comercial y militar en que ha desembocado la aventura espacial humana.
Satélites e Internet
El proyecto se desenvuelve de dos formas paralelas: una a través de un satélite adscrito a la idea, otra a través de la participación mediante Internet. Arquitectos, ingenieros, científicos espaciales, artistas, conservadores y agentes artísticos trabajan así en red para configurar lo que será el primer museo orbital de la historia humana.
En este momento, la página de Internet es el sitio donde confluyen la información del satélite adscrito al programa y las personas que participan en el proyecto, que está abierto al público, “de la Tierra y más allá”, para su conocimiento y formulación de propuestas.
La Galería pretende con esta experiencia recabar el máximo de ideas sobre los caminos que debería recorrer el museo orbital, particularmente en lo que se refiere a los artistas y las experiencias que podrían vivir en una situación de esta naturaleza.
Respecto a la creación artística, el museo pretende potenciar la investigación del espacio como contexto excepcional para la creatividad y desarrollo de trabajos artísticos. Asimismo, se plantea cómo exponer obras de arte en la ingravidez y otros interrogantes que rodean la creación artística en un contexto hasta ahora inexplorado de la imaginación humana.
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