Gracias al análisis del genoma humano, esa secuencia de nuestro ADN contenida en 23 pares de cromosomas, científicos de la Universidad de Basilea (Suiza) lograron hace un tiempo identificar moléculas y compuestos relacionados con la memoria humana.
Ahora, en un nuevo estudio farmacológico con uno de esos compuestos identificados han descubierto cómo reducir recuerdos negativos usando un medicamento. El hallazgo podría tener implicaciones para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático (TEPT), caracterizado por memorias traumáticas intrusivas, informa la Universidad de Basilea en un comunicado.
En la última década, el Proyecto Genoma Humano (PGH) ha propiciado una tasa sin precedentes de descubrimientos de genes vinculados a enfermedades humanas. Sin embargo, hasta ahora no ha quedado claro hasta qué punto estos conocimientos podrían usarse para identificar nuevos medicamentos, en especial en el campo de los trastornos neuropsiquiátricos.
Con una sola dosis
Los grupos de investigación de los profesores Andreas Papassotiropoulos y Dominique de Quervain, del departamento de psicología de dicha Universidad, llevaron a cabo un estudio colaborativo multinacional para analizar las bases genéticas de los recuerdos emocionalmente negativos que caracterizan a trastornos de ansiedad como el TEPT.
A partir del análisis de un conjunto de genes, los científicos lograron identificar 20 genes implicados en la rememoración de eventos traumáticos, y por tanto susceptibles de convertirse en la diana de medicamentos especializados.
En un ensayo de tipo “doble ciego”, en el que ni el paciente ni el investigador saben qué tipo de tratamiento se le da al paciente, controlado con placebo en voluntarios sanos, los investigadores examinaron un compuesto que interactúa con uno de los productos genéticos previamente identificados.
Sorprendentemente, ese compuesto fue un antihistamínico conocido. Esta sustancia normalmente se usa para reducir o eliminar los efectos de las alergias.
Los resultados fueron los siguientes: una sola dosis del medicamento propició una reducción significativa de la rememoración negativa de imágenes desagradables, vistas con anterioridad. Sin embargo, no afectó a la memoria de imágenes neutras o positivas.
Del genoma a la memoria
Con este estudio, los científicos han sido capaces de demostrar por vez primera que la información del genoma humano puede usarse para identificar sustancias que modulen la memoria. “El rápido desarrollo de innovadoras técnicas para el análisis genético ha hecho posible este método nuevo y prometedor”, explica Papassotiropoulos.
Los investigadores planean ahora nuevos estudios: “En un siguiente paso, trataremos de identificar y desarrollar medicamentos que fortalezcan la memoria”, señala por su parte de Quervain. Ambos esperan proporcionar nuevos resultados que ayuden a desarrollar medicamentos muy necesitados para el tratamiento de las enfermedades neuropsiquiátricas.
De momento, para trasladar sus hallazgos a la aplicación clínica, de Quervain y Papassotiropoulos han fundado este mismo año la compañía GeneGuide. La empresa está especializada en la investigación del genoma humano para el descubrimiento de nuevos medicamentos destinados a tratar este tipo de enfermedades.
Referencia bibliográfica:
Andreas Papassotiropoulos, Christiane Gerhards, Angela Heckc, Sandra Ackermann, Amanda Aerni, Nathalie Schicktanz, Bianca Auschra, Philippe Demougin, Eva Mumme, Thomas Elbert, Verena Ertl, Leo Gschwind, Edveena Hanser, Kim-Dung Huynh, Frank Jessen, Iris-Tatjana Kolassa, Annette Milnik, Paolo Paganetti, Klara Spalek, Christian Vogler, Andreas Muhs, Andrea Pfeifer, y Dominique J.-F. de Quervain. Human genome-guided identification of memory-modulating drugs. PNAS (2013). DOI: 10.1073/pnas.1314478110.
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