Un avión Cessna 337, equipado con tecnología LIDAR (acrónimo de Laser Imaging Detection and Ranging), ha conseguido recopilar una cantidad de información sobre una antigua ciudad maya equivalente a 25 años de recogida de datos arqueológicos por vías tradicionales.
Este logro se ha alcanzado, además, en tan sólo cuatro días de vuelos sobre las espesas selvas de Belice.
La tecnología LIDAR, de detección y medición a través de la luz, ya se había utilizado en diversos campos, como la geología, la sismología o la física de la atmósfera, pero hasta ahora no se había reconocido su enorme utilidad arqueológica.
Atravesando la vegetación
El matrimonio de científicos compuesto por Arlen y Diane Chase, de la Universidad of Central Florida (UCF), ha estado trabajando el último cuarto de siglo en los restos arqueológicos de una antigua ciudad maya llamada Caracol, en el marco del bautizado como Proyecto arqueológico Caracol.
En abril de 2009, los investigadores empezaron a dirigir un proyecto financiado por la NASA, en el que se aplicó la tecnología LIDAR para buscar restos arqueológicos. Los resultados han sido tan espectaculares como sorprendentes, incluso para los propios científicos.
Con dicha tecnología, se consiguió penetrar en la espesa vegetación que cubría la zona y producir imágenes del antiguo asentamiento maya de Caracol, así como de las modificaciones del entorno realizadas por sus habitantes en el siglo V de nuestra era, informa la UCF en un comunicado.
De este modo, los científicos lograron detectar una gran cantidad de estructuras hasta ahora desconocidas: 11 calzadas, miles de bancales y muchas cavernas ocultas, algo que ni ellos mismos podían imaginarse (en los últimos 25 años, el matrimonio Chase y sus colaboradores habían conseguido realizar el mapa de unos 23 kilómetros cuadrados de esta antigua ciudad, gracias a un esfuerzo enorme).
Con los datos obtenidos se ha podido establecer, además, que Caracol tenía una extensión de más de 177 kilómetros cuadrados, lo que corrobora estimaciones previas hechas por los Chase. Se calcula que en esta superficie habrían vivido por lo menos 115.000 personas en el año 650 d.C.
Superación de limitaciones
Hasta ahora, los arqueólogos especializados en la civilización maya se habían visto limitados para explorar localizaciones extensas y, por tanto, para comprender la verdadera naturaleza de las modificaciones del entorno que esta civilización desarrolló en el levantamiento de sus ciudades.
Esta dificultad se debía a que la mayoría de los restos arqueológicos existentes se encuentran ocultos bajo la espesa vegetación selvosa y a que el terreno en que están es abrupto y montañoso.
La tecnología LIDAR ha acabado con estos obstáculos. Según Arlen Chase, en las imágenes tomadas con ella, no sólo aparecen la topografía y las características de las edificaciones, sino también la integración de los grupos residenciales, la arquitectura monumental, las calzadas e incluso los bancales. Todo ello demuestra que en Caracol existía un sistema completo de comunicación, transporte y subsistencia.
Futuras aplicaciones
La aplicación LIDAR, desarrollada para fines arqueológicos, fue ideada por John Weishampel, profesor de biología de la UCF que anteriormente había utilizado el láser para estudiar bosques y otras formas de vegetación.
Ésta sería, por tanto, la primera vez que se usa LIDAR para rastrear ruinas arqueológicas ocultas bajo selvas tropicales.
Según Chase, dicha técnica aerotransportada mejorará enormemente la comprensión de los patrones de asentamiento de los maya y su uso del entorno en que vivían, y dejará obsoletos los métodos hasta ahora utilizados para hacer planos de las ciudades maya antiguas.
Los datos recogidos permitieron crear una imagen tridimensional de Caracol entera, que podría ayudar a entender cómo los maya llegaron a levantar un imperio tan vasto y, también, lo que pudo causar su desaparición casi total.
Por otra parte, esta imagen en 3D servirá para entender cómo era la vegetación entonces en la zona y cómo los maya influyeron en ella en su propio beneficio: los datos revelan que Caracol era una ciudad sostenible, afirma Diane Chase.
En última instancia, la información obtenida ayudará a los científicos a entender las interacciones entre los humanos y sus entornos naturales en el pasado, con una posible aplicación de dichos conocimientos en la actualidad.
La civilización maya habitó una vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México actual y, en América Central, en los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador. Su historia duró aproximadamente 3.000 años, en los que se generaron unas 44 lenguas mayas diferentes.
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