Más de 150 personas se dieron cita la semana pasada en el Cibernarium de Barcelona para asistir a la primera edición del IoTforum. Organizado por el centro tecnológico Barcelona Digital, este nuevo foro se ha creado como escaparate de un mercado emergente, el Internet of Things (IoT, internet de las cosas), o redes de objetos conectados, y para dar a conocer algunos de sus proyectos innovadores, tendencias y oportunidades de negocio.
Con el término «Internet de las cosas» se engloban todos los objetos que están equipados con Tecnologías de la Comunicación, pero no de manera convencional. Desde unas luces LED que pueden ser controladas a distancia por medio de aplicaciones, hasta coches, contadores o incluso básculas de baño inteligentes… la conectividad ha transformado todos los aspectos de nuestra vida, y está presente en todas partes, señala la nota de prensa del centro tecnológico público-privado Barcelona Digital.
Según se desprende de las conferencias, las personas pasaremos de tener dos dispositivos de media en 2012 a nueve en el 2020, con lo que habrá 70 mil millones de dispositivos conectados en el mundo, y el Internet de las Cosas pasará muy pronto de tendencia a realidad cotidiana. Otra de las conclusiones de las jornadas apunta a la necesidad de una estandarización que una a hardware y software, ya que su ausencia está frenando el crecimiento de las empresas del sector.
Proyectos españoles
En las diferentes sesiones del IoTforum se mostraron algunas de las start-ups españolas que ya están trabajando en este campo, dando a conocer sus proyectos y los retos que supone el Internet de las Cosas. Entre ellas, Lhings mostró una plataforma en la que el usuario puede introducir todos sus dispositivos conectados, gestionarlos y conectarlos entre ellos, creando sus propios servicios personalizados y automáticos (abrir la puerta del garaje al acercarse a casa, encender las luces a una hora determinada, etc). Por su parte, Carriots presentó su plataforma como servicio en la nube, para crear proyectos de internet de las cosas, conectando dispositivos, recopilando datos y creando aplicaciones.
También se pudieron ver proyectos de grandes empresas como Thinking Things de Telefónica Digital, así como proyectos europeos de I+D orientados al Internet de las Cosas. En concreto el proyecto Compose, un marketplace abierto de objetos conectados que permitirá a pymes e innovadores introducir nuevos servicios vinculados al IoT en breve período de tiempo y con una limitada inversión inicial; y el Beams, proyecto de eficiencia energética que tiene como campo real de pruebas el Camp Nou.
Finalmente, el conferenciante principal del IoT Forum, Martin Spindler, consultor y líder de opinión sobre IoT y Smart Energy, mostró qué implica el desarrollo de IoT ahora y en el futuro, para empresas, gobiernos y start-ups. Señaló que “el IoT debe servir para que la conectividad y los datos nos ayuden a tomar decisiones, nos ahorren tiempo y nos hagan la vida más fácil”.
De venta de productos a venta de servicios
«La cuestión es: ¿cómo podemos hacer que las lámparas LED WiFi de dos fabricantes diferentes puedan comunicarse entre sí y que éstas se sincronicen automáticamente con el televisor o el despertador? En el ámbito de la interoperabilidad queda mucho trabajo por delante, ya que cada fabricante sólo se centra en sus productos.”
Según Spindler, “el Internet de las cosas irá impactando poco a poco en la sociedad con productos y pequeñas innovaciones que irán evolucionando. Se avanzará en la fabricación de los sistemas integrados a los productos interoperables. Si esto se produce, será el gran cambio.”
En cuanto al futuro, Spindler ha apuntado a que habrá un cambio en el modelo de negocio en el sector, pasando “de la venta de productos a la prestación de servicios, en muchas áreas, como ya lo hemos visto en el ámbito del carsharing.”
En 2008, un grupo de expertos predijo que la gente podrían estar utilizando hasta un millar de dispositivos personales -desde sensores a navegación por satélite- en 2017.
Entre las posibilidades que se exploran está la de conectar los teléfonos de los usuarios con las máquinas de los gimnasios. Se agrega automáticamente la nueva información sobre el ejercicio diario de los usuarios, y puede ofrecer orientación para los nuevos objetivos. En última instancia, sería capaz de realizar un seguimiento de los signos vitales del usuario y, si es necesario, transmitir la información a un médico personal.
Acreditaciones y documentación automáticas para periodistas, así como redes sociales para relacionar a redactores con fotógrafos, son otras de las posibilidades del Internet de las cosas, y en concreto del proyecto Magnet.
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