Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han desarrollado un nuevo tipo de nanopíldoras para tratar la colitis ulcerosa y la psoriasis desde el interior de las células. Estos nanocompuestos “tienen gran afinidad con las células de mamíferos, son capaces de penetrar en su interior y, una vez allí, liberar la proteína terapéutica”, explica a SINC Antonio Villaverde, líder del hallazgo.
Parte de la originalidad de este estudio es que las nanopíldoras se han desarrollado a partir de agregados insolubles de proteína, también llamados cuerpos de inclusión. “Este producto se genera en el 90% de los procesos industriales”, aclara Villaverde. El científico se asombra de que la industria biotecnológica y farmacéutica haya tratado este elemento como un desecho durante los últimos 30 años.
La tecnología ha sido patentada y licenciada a la empresa Janus Developments, con sede en el Parque Científico de Barcelona, que ha comprobado la tolerancia a su administración in vivo. “Mediante un acuerdo temporal hemos adquirido los derechos para el desarrollo y la explotación comercial de la patente”, aclara a SINC Ana Kosoy, miembro de la compañía.
“Se había asumido que los agregados insolubles de proteína no eran funcionales sin siquiera comprobarlo”, señala Villaverde. En su laboratorio se demostró ya en 2005 que las proteínas agregadas e insolubles sí tenían actividad biológica, aunque con una intensidad variable respecto a las formas solubles.
En 2009 llevaron a cabo experimentos que demostraban la gran afinidad de estos agregados por las células de mamífero en cultivo y los científicos patentaron las nanopíldoras que, según ellos, “funcionan como un comprimido terapéutico pero a escala nanométrica”.
Un año después, Janus Developments se interesó por el proyecto y se llegó a un acuerdo de licencia entre la empresa, la UAB y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
Del laboratorio a la empresa
“El papel de Janus Developments en este y otros proyectos es el de transformar la ciencia básica en potenciales usos comerciales”, cuenta Kosoy. De momento, la compañía se ha encargado de subvencionar al equipo de Villaverde y otros científicos para hacer más experimentos y ensayos de tolerabilidad en ratones, que, según afirma la empresaria, “han sido un éxito”.
El proceso de patente con uso terapéutico suele llevar un mínimo de tres o cuatro años. “Es largo y complicado”, según Kosoy. La empresa ya ha superado la primera etapa en la que han tratado de buscar todos los posibles usos terapéuticos e indicaciones de los cuerpos de inclusión.
De momento las aplicaciones que se contemplan son para el tratamiento de la colitis ulcerosa y la psoriasis, pero “la gran ventaja de esta tecnología es que cualquier proteína recombinante que uno elija es potencialmente producible en forma de cuerpo de inclusión”, cuenta Villaverde.
Kosoy afirma que están desarrollando productos antiinflamatorios de uso tópico, pero en realidad las nanopíldoras “tienen un potencial infinito”.
Referencia bibliográfica:
Vázquez, E., Corchero, J. L., Burgueño, J. F., Seras-Franzoso, J., Kosoy, A., Bosser, R., Mendoza, R., Martínez-Láinez, J. M., Rinas, U., Fernández, E., Ruiz-Avila, L., García-Fruitós, E. and Villaverde, A. Functional Inclusion Bodies Produced in Bacteria as Naturally Occurring Nanopills for Advanced Cell Therapies. Adv. Mater. DOI: 10.1002/adma.201104330.
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