Coincidiendo con el décimo aniversario de Facebook, investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) analizan la forma en que las redes sociales están cambiando nuestra forma de vivir… y de morir. Paul Coulton y Selina Ellis Gray investigan las formas en que está cambiando el duelo en occidente debido a la creciente cantidad de datos de carácter personal que dejamos en la Red.
Selina Ellis Gray explica en la nota de prensa de la universidad: «Nuestras muertes vienen seguidas ahora por la lenta descomposición de un cuerpo enorme de datos, que incluyen grandes cantidades creadas por el uso normal de las redes sociales».
Como parte de su doctorado interdisciplinario, que está financiado por el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas británico, Gray se está preguntando qué es lo que sucede con todos nuestros tuits, actualizaciones de estado y selfies (autofotos) después de que nos hayamos ido, y cómo podemos empezar a preparar la situación.
Hasta el auge de las redes sociales la visión mayoritaria era que el duelo público estaba en retirada en occidente, debido a que las tradiciones sociales y religiosas ya no tenían una influencia tan uniforme sobre la forma en que nos despedimos.
Pero en la época de Facebook actual ha surgido una nueva forma de luto. La investigación en curso de Gray explora blogs sobre diversos duelos, páginas conmemorativas en Facebook, tributos en Instagram, santuarios en Twitter, álbumes de recortes digitales y grupos de apoyo para los deudos, todas ellas respuestas diversas y muy personales a la pérdida. Esto plantea nuevos problemas a los que se quedan para manejar toda la información.
Coulton añade: «En la actual era digital, cuando morimos a menudo dejamos atrás un legado digital. Los familiares ya no sólo tienen que decidir qué hacer con libros, juegos de té , jarrones y cajas de herramientas , sino que también tienen que pensar en los restos sociales online, tales como fotos digitales, vídeos, actualizaciones de estado y mensajes de correo electrónico.
«Si bien estos recordatorios fantasmales online están permitiendo nuevos tipos de prácticas de duelo, están en consecuencia presentando una serie de retos para el papel tradicional de la custodia, ya que estos restos de vida digital no se pueden colocar dentro de las habitaciones o en los estantes de la misma forma que una joya o un mechón de pelo. Estos restos se pueden rastrear, están visibles y abiertos a la reinterpretación de tal forma que los muertos pueden regresar a rondar a los vivos sin que se lo hayan pedido, de maneras inesperadas.» Sucesos
El umbral entre la vida y la muerte se ha convertido en un evento mucho más público con las últimas actualizaciones de estado y los últimos tuits de las víctimas de sucesos como la masacre de Colorado convirtiéndose en noticias globales.
Gray ha documentado cómo estos espacios en la Red se han convertido en lugares muy visitados. Algunos de ellos reciben más de 10 millones de visitas y visitantes diarios que consideran estos lugares como una manera de enfocar positivamente su pérdida.
La investigadora espera que su investigación en curso en esta área emergente tendrá un impacto en el diseño futuro de la tecnología y también en los servicios de apoyo.
Además de su tesis, Gray tiene una serie de publicaciones previstas en 2014 y hará una presentación en el primer simposio Investigación sobre la Muerte Online que se celebrará en abril, con otros expertos en el tema.
Otra investigación, en este caso de la Universidad de Baylor (Texas, EE.UU.), hizo una lista de las nuevas formas de honrar a los muertos en el siglo XXI. Desde pegatinas en el coche, a camisetas o tatuajes hechos de tinta o incluso de las cenizas del finado, pasando por los citados tributos online.
Se trata, según el artículo, de crear nuevas maneras de conmemorar a los seres queridos en una sociedad secularizada. En realidad, añaden los investigadores, no son tan distintos de formas tradicionales, como llevar un mechón de pelo del ser fallecido, o una foto en el broche o en la cadena del reloj.
En el caso de internet, hay hasta lápidas virtuales, es decir, lápidas reales que permiten escanear un código con el smartphone, que abre una web sobre la persona enterrada (también se pueden visitar directamente online).
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