Los orígenes de la impresora se remontan a la década de 1940 aproximadamente, coincidiendo con la creación del primer ordenador de la historia. Progresivamente fueron surgiendo diferentes sistemas de impresión y conexión a la red, reduciéndose además el tamaño de los dispositivos e incorporando nuevas funciones. Fue así como en 1998 se dio el salto a la multifunción, una herramienta versátil que permitía a empresas y particulares imprimir, fotocopiar, escanear y enviar faxes desde un mismo equipo.
La impresión 3D ha seguido el mismo camino, aunque a pasos agigantados. El auge de las impresoras favoreció la aparición de los escáneres, que permiten obtener modelos tridimensionales de objetos reales que después reproducir. Sin embargo, se trata todavía de equipos realmente costosos.
Con el objetivo de acercar esta tecnología a los consumidores, se creó el Grupo Blacksmith, especializado en la impresión 3D en el seno de la Nanyang Technological University (NTU) de Singapur, una universidad joven pero no por ello menos activa. “Siempre ha sido mi deseo que las impresoras 3D sean tan comunes como las impresoras de inyección de tinta y láser que ahora se puede encontrar en cualquier hogar u oficina», subraya el profesor Chua Chee Kai, una eminencia en el campo de la impresión 3D y padrino del proyecto.
De este propósito nace la primera impresora 3D compacta del mundo, que además permite escanear objetos. Según explica la NTU en un comunicado, el dispositivo se ha bautizado como Blacksmith Genesis, una multifunción fácil de usar y accesible para el consumidor medio. “La mayoría de las impresoras 3D que se venden actualmente no son fáciles de usar, ya que sus modelos y planos por lo general se tienen que diseñar desde cero en el equipo”, lamenta Fang Kok Boon, CEO del grupo y uno de los fundadores junto a Alex Pui Tze Sian.
Por el contrario, la nueva impresora llega exenta de este tipo de complicaciones, ya que los usuarios no estarán obligados a diseñar una obra original desde cero, fundamental para quienes carezcan de conocimientos de uso de un software de modelado. Mucho más fácil: el dispositivo escanea cualquier elemento físico, y a partir de ahí puede copiarlo de inmediato e imprimirlo, o bien utilizarlo como base para modelar otro objeto 3D personalizado.
Diseño innovador con varias primicias
El dispositivo de alta tecnología, que se presenta con una carcasa de aluminio negro, pesa seis kilos y cuenta con pantalla de dos pulgadas LCD, Wi-Fi, un lector de tarjetas SD integrado y conexión USB para la impresión instantánea.
Los investigadores han utilizado una innovadora plataforma giratoria para la impresión y escaneado, a diferencia de otros modelos 3D comercializados previamente. En este caso, la plataforma, pendiente de patente, permite una verdadera exploración de 360 grados, y puede imprimir artículos de hasta 6.650 cm3 (unos 6,5 litros), el doble del tamaño conseguido hasta ahora por otras impresoras 3D de tamaño similar.
Posee además una buena resolución de 50 micrómetros, lo que permite duplicar el detalle de las reproducciones en comparación con otras impresoras 3D compactas. Asimismo, la exploración de objetos con su cámara de 5 megapíxeles tarda sólo 6 minutos, dos veces más rápido que otros escáneres 3D disponibles.
El Grupo Blacksmith también es el primero en incorporar un sistema de control remoto y detección de errores automático gracias a su cámara integrada. Esto permite a los usuarios controlar la impresión en tiempo real desde cualquier lugar del mundo a través del smartphone, simplemente con una conexión a Internet.
Financiado con crowdfunding
La puesta en marcha del proyecto fue posible tras completar con éxito en agosto pasado una campaña de crowdfunding en Indiegogo, la mayor plataforma de recaudación de fondos a nivel mundial, con la que recaudaron más de 80.000 dólares. De esta forma han conseguido producir la primera remesa de impresoras, lista ya para su envío durante el mes de marzo entre los primeros usuarios que apoyaron la campaña.
Mark Reilly, un ciudadano de Iowa, en Estados Unidos, será el primer cliente en recibir su Blacksmith Genesis. «Creo que es genial poder copiar un objeto de dos pulgadas y escalarlo hasta cinco pulgadas o viceversa”, subraya Reilly, quien destaca además el “todo en uno” del dispositivo, eliminando así la necesidad de comprar varios artículos para poder imprimir, escanear y copiar.
Reilly alaba igualmente el tamaño del área de impresión, pues ocupa mucho menos espacio que otras impresoras 3D, así como el hecho de incorporar una cámara para controlar los trabajos de forma remota.
La siguiente fase será expandir la venta a nivel global. Para ello, el grupo acaba de lanzar la página web donde realizar las reservas al precio de 2.200 dólares, con una tarifa plana de 150 dólares para el envío a 70 países de todo el mundo.
«La impresión 3D es una innovación disruptiva que ha revolucionado el mundo de la fabricación y las industrias biomédicas», destaca el profesor Chua. «Aunque las impresoras 3D de bajo costo están disponibles, todavía son muy difíciles de programar y montar. Tener una impresora 3D asequible y de alta calidad, que además sea fácil de usar, es lo que falta en el mercado y es ahí donde se dirige el Grupo Blacksmith», agregó.
En ese sentido, alaba la capacidad de los creadores de Blacksmith Genesis para incorporar innovaciones del laboratorio a la industria y, en este caso además, directamente a los hogares de los consumidores.
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