Científicos del Kimmel Cancer Center de la Universidad Johns Hopkins de EEUU han creado un modelo estadístico que mide la proporción de incidencia de cáncer debida a mutaciones genéticas arbitrarias que propician la proliferación celular nociva, a través de muchos tipos de tejido. Estas mutaciones genéticas azarosas se producirían cuando las células madre del organismo se dividen.
Según este modelo, dos terceras partes de las incidencias de cáncer en adultos pueden ser explicadas principalmente por dichas mutaciones arbitrarias, por tanto, por » mala suerte»; mientras el tercio restante tiene su origen en factores exógenos (del entorno) y genes heredados.
Bert Vogelstein, profesor de oncología de la Universidad de Johns Hopkins, afirma además que la longevidad sin cáncer en gente expuesta a agentes causantes de esta enfermedad, como el tabaco, sería debida justo a lo contrario: a la buena suerte, y no a una “buena genética” como suele pensarse.
Hasta ahora, se desconocía la contribución real de las mutaciones genéticas arbitrarias –en comparación con la contribución de la herencia genética o los factores ambientales-, asegura Vogelstein.
Una correlación del 65%
Para alcanzar estas conclusiones, los científicos trazaron el número de divisiones de células madre de 31 tejidos y comparó estas tasas con el riesgo de padecer cáncer de los ciudadanos americanos.
Determinaron así que la correlación entre el número total de divisiones de células madre y el riesgo de cáncer era de 0.804 puntos. Matemáticamente, cuanto más se acerque este valor a uno, más divisiones de células madre son correlacionadas con un mayor riesgo de cáncer.
En porcentajes, el dato supone que alrededor de un 65% del riesgo de cáncer está correlacionado con el número total de divisiones de células madre en un tejido determinado.
“Nuestro estudio muestra que, en general, un cambio en el número de divisiones de células madre en un tipo de tejido está altamente relacionado con un cambio en la incidencia de cáncer en ese mismo tejido”, explica Vogelstein en un comunicado de la John Hopkins.
Por ejemplo, el tejido del colon, que presenta cuatro veces más divisiones de células madre que el tejido del intestino delgado en humanos, tiene una mayor incidencia de la enfermedad que este último.
Reducir el riesgo
El modelo estadístico ha revelado asimismo que 22 cánceres están especialmente vinculados a la “mala suerte” o a las mutaciones aleatorias del ADN durante la división celular. Y que otros nueve parecen estar relacionados con una mezcla de esa mala suerte con factores ambientales o hereditarios.
Además, “descubrimos que los tipos de cáncer que tenían mayor riesgo de lo predicho por el número de divisiones de células madre fueron precisamente los esperables, como el cáncer de pulmón –vinculado al tabaco-; el cáncer de piel –relacionado con la exposición al sol-; y formas de cáncer asociadas a síndromes hereditarios”, señala Vogelstein.
“Este estudio demuestra que el tabaquismo u otros malos hábitos aumentan el riesgo del cáncer. Sin embargo, muchas formas de esta enfermedad se deben a la mala suerte de adquirir una mutación genética (…) La mejor manera de erradicar estos cánceres sería, por tanto, la detección precoz”, afirma el investigador.
En el presente estudio no se incluyeron ciertos tipos de cáncer como el de pecho o el de próstata por escasez de datos fiables sobre tasas de división de células madre en la literatura científica disponible.
Referencia bibliográfica:
C. Tomasetti, B. Vogelstein. Variation in cancer risk among tissues can be explained by the number of stem cell divisions. Science (2015). DOI: 10.1126/science.1260825.
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