La fama es una de las múltiples facetas del ser humano y de los procesos que vive una sociedad, que han sido transformados por la inmediatez con la que la tecnología ha vestido a los medios de comunicación y por las herramientas que dominan hoy Internet.
El camino hacia la fama no era el mismo para un artista hace treinta años que lo que es hoy en día; en ese momento quien soñara con darse a conocer ante el mundo y con tener una audiencia que cantara sus canciones debía, además de contar con un gran talento, pasar por mucho antes de lograr que alguien lo oyera y decidiera darle la oportunidad de grabar o publicar algo para, si contaba con suerte, llegar a aparecer ante audiencias a través de los medios de comunicación e irse ganando sus fans paso a paso.
A propósito de la muerte de uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, el rey del pop, Michael Jackson, y del espectáculo mediático que significó este hecho seguido por millones de personas en vivo a través de la televisión y de internet, el periodista David Segal reflexionó en un artículo en The New York Times sobre los cambios de la fama, concluyendo que el mundo jamás volverá a crear una figura como Jackson.
Al mencionar las imágenes de quienes observaron todo lo que siguió a la muerte del rey del pop, Segal se pregunta: “¿Cuándo volverá a suceder esto? ¿Cuándo volverá otra figura de la cultura pop a significar tanto para tantos de manera que la gente se sientan motivada a reunirse, bailar y abrazarse?”.
Marcas intocables
La decaída de las casas disqueras, por ejemplo, es una de las mayores muestras del drástico cambio que han sufrido las ventas y la forma de producir de los cantantes, debido a que ahora las personas quieren comprar canciones particulares en iTunes o en distintos sitios de internet, si no es que las descargan ilegal y gratuitamente con la ayuda de diversos programas que funcionan en la red.
Según explica Segal, el tributo que le hizo el mundo a Michael Jackson se debió, sin lugar a dudas, a su talento único en muchos aspectos, pero también a un tiempo determinado en la historia; “El nivel de fama que el señor Jackson alcanzó es casi imposible para los héroes de la cultura pop de hoy, y muy probablemente nunca será posible otra vez”.
Y es que el rey del pop ha vendido unos 100 millones de copias de su álbum de 1982 “Thriller” en todo el mundo, lo cual es una cifra que para quienes están en el negocio de la música actualmente podría sonar absurda.
Segal lo describe así: “Es una de esas marcas que nadie tocará porque las tiendas de discos se están desvaneciendo y, con ellas, los álbumes de mega hits se están desvaneciendo también”.
Artistas de una nueva era
Hay que decirlo, ser artista hoy es algo mucho más cercano de lo que lo era hace unas décadas, debido a las enormes posibilidades de auto difusión que ofrece internet a través de redes sociales como MySpace, Facebook y Twitter, de páginas web como YouTube y, en general, de herramientas multimediáticas e interactivas que permiten a cualquiera que tenga acceso a la red publicar sus videos, textos, imágenes, etc.
Además, hoy en día un artista no necesita enormes y costosos estudios de grabación ni tampoco expertos que estén a su disposición para grabar, sino que un simple computador portátil equipado con programas especiales proporciona enormes posibilidades para desarrollar el trabajo artístico.
Podría decirse entonces que la sociedad de la información y la tecnología han democratizado el mundo artístico dejando atrás los poderosos ídolos que movían enormes masas y que se contaban en los dedos de una mano debido al duro camino que habían tenido que recorrer para llegar a la fama, y a las excepcionales habilidades artísticas con que debían contar para desatar emociones como las que producía y produce la imagen Michael Jackson.
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