RedacciónT21 
La Comisión de la Banda Ancha para el desarrollo digital, en asociación con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), publicó el martes pasado sus primeros estudios de casos de país en los que se examina detenidamente el estado del desarrollo de la banda ancha en cuatro economías, y se examina la relación entre la banda ancha y los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
Según explica una nota de prensa de la Comisión, los estudios tratan de la ex República Yugoslava de Macedonia, Panamá, Filipinas y RumanÍa, y analizan los efectos de la conectividad de banda ancha en el crecimiento económico y el acceso a servicios básicos como la enseñanza y la salud. Se indican orientaciones y prácticas idóneas tomando como ejemplo éxitos y lecciones aprendidas.
Los análisis sobre Panamá y Filipinas exploran las consecuencias de la banda ancha en la economía y la creación de empleos. En ambos estudios se evalúa el desarrollo de ciberaplicaciones en los sectores de la enseñanza, la salud pública, la prensa y los servicios públicos, que pueden ayudar a estimular aún más la adopción de la banda ancha.
En Panamá, la banda ancha fija tiene un impacto económico considerable. El análisis de un modelo econométrico estructural para el periodo 2000-2010 indica que la banda ancha fija representó un 0,44% anual del PIB, y se estima que las consecuencias indirectas de la utilización de la banda ancha fija representan casi el 9,6% del crecimiento económico nacional total. La aceleración de la implantación de tecnologías ha provocado que desde 2005 el impacto casi se ha duplicado hasta alcanzar el 0,82% del PIB anual, y representar el 11,3% del crecimiento económico total desde entonces.
En el estudio de caso de Filipinas, el análisis efectuado durante el mismo periodo de 10 años indica que la adopción de la banda ancha móvil representó el 0,32% del PIB anual, es decir, el 6,9% del crecimiento total del PIB de esa economía durante dicho decenio. Desde 2005, este impacto también se ha duplicado prácticamente hasta alcanzar el 0,61% del PIB, y representar el 7,3% del crecimiento económico total.
Rumanía y Macedonia
Por otro lado, Rumanía y la ex República Yugoslava de Macedonia son buenos ejemplos de cómo la adopción de políticas propicias a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el establecimiento de marcos normativos eficaces y la concertación de asociaciones estratégicas público-privadas pueden ser esenciales para facilitar el acceso a la banda ancha, mejorar la asequibilidad y dinamizar la demanda.
Macedonia, un país con un fuerte compromiso con la conectividad como motor del crecimiento nacional, ya tiene una impresionante tasa de penetración de la banda ancha: el 32%. Las escuelas tienen acceso a Internet y se han instalado en todo el país puntos de acceso Wi-Fi públicos a Internet, incluso en zonas aisladas. Las escuelas ya disponen de un computador conectado a la web por cada 1,45 niños, y universitarios y académicos pueden acceder libremente a recursos de conocimientos e investigación por medio de la red académica MARnet.
Entretanto, su vecino RumanÍa es uno de los primeros países del mundo en cuanto a velocidad de banda ancha, y la asequibilidad tampoco está mal. El coste medio de un abono mensual a la banda ancha de línea fija representa menos de 5% del ingreso mensual medio, como corresponde a los objetivos globales establecidos por la Comisión de la Banda Ancha en octubre pasado. El acceso público se promueve mediante iniciativas tales como «Biblionet», lanzada en 2009, que ofrece un acceso gratuito en 795 bibliotecas públicas equipadas con 3.318 ordenadores en total.
Presentación en público
Los nuevos estudios de casos se presentaron en un evento paralelo especial durante el Foro de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información 2012, que tuvo lugar en Ginebra la semana pasada.
Hamadoun Touré, secretario general de la UIT, declaró después de la presentación que «ha llegado el momento de que nos aseguremos de que todos, vivan donde vivan y sean cuales sean sus circunstancias, tengan acceso a los beneficios de la banda ancha. No se trata simplemente de ofrecer conectividad por la conectividad en sí misma, o incluso de dar acceso a los indudables beneficios de las comunicaciones sociales. Se trata de encauzar las posibilidades de las tecnologías de banda ancha, especialmente las tecnologías móviles, para mejorar el mundo».
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