Las madres expuestas a la contaminación del aire por partículas finas (PM2.5 y PM10) que emiten, por ejemplo, los vehículos, la calefacción y las plantas generadoras de energía, son significativamente más propensas a tener hijos con un bajo peso al nacer (inferior a 2.500 gramos).
Así lo afirma un estudio internacional cuyos autores principales son Payam Dadvand y Mark Nieuwenhuijsen, investigadores del CREAL (Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental) de Barcelona.
El estudio, el más grande de su tipo jamás realizado en el mundo, analizó los datos recopilados de más de tres millones de nacimientos de 14 centros de nueve países de América del Norte, América del Sur, Europa, Asia y Australia. Los investigadores han concluido que en los lugares con mayor tasa de contaminación, mayor es la tasa de bebés con un bajo peso al nacer.
“El bajo peso al nacer está asociado con consecuencias graves para la salud, incluyendo un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad perinatal y problemas crónicos de salud en la edad adulta”, según señala Payam Dadvand, primer autor del artículo, en la nota de prensa de CREAL.
El estudio, dirigido por Tracey Woodruff, investigadora de la Universidad de California (EEUU), y Jennifer Parker, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (EE UU), señala que lo realmente significativo es que los niveles de contaminación del aire peligrosos coinciden con aquellos a los que suele prácticamente toda la población del mundo estar expuesta.
Límites legales
La contaminación de partículas de aire se mide en tamaño (micras) y peso (microgramos por metro cúbico). En los Estados Unidos, las regulaciones federales requieren que no se superen anualmente los 12,0 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de partículas de tamaño inferior a 2,5 micras.
En la Unión Europea el límite es de 25 microgramos por metro cúbico (µg/m3), y las agencias reguladoras están debatiendo sobre ello. «Este estudio llega en el momento adecuado para llevar el asunto a la atención de los políticos», remarca el Mark Nieuwenhuijsen.
De hecho, las partículas contaminantes del aire en Beijing, China, recientemente han sido superiores a 700 microgramos por metro cúbico. Por ello, Nieuwenhuijsen alerta que «desde la perspectiva de la salud mundial, los niveles de este tipo son, obviamente, totalmente insostenibles».
Este estudio ha sido financiado con fondos de la Agencia de Protección Ambiental y el Instituto Nacional de Ciencias del Medio Ambiente de los Estados Unidos, el Fondo Wellcome del Reino Unido, y el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
La publicación de este informe coincide con la celebración en 2013 del Año del Aire, organizado por la Comisión Europea.
Referencia bibliográfica:
Payam Dadvand, Jennifer Parker, Michelle L. Bell, Matteo Bonzini, Michael Brauer, Lyndsey A. Darrow, Ulrike Gehring, Svetlana V. Glinianaia, Nelson Gouveia, Eun-hee Ha, Jong Han Leem, Edith H. van den Hooven, Bin Jalaludin, Bill M. Jesdale, Johanna Lepeule, Rachel Morello-Frosch, Geoffrey G. Morgan, Angela Cecilia Pesatori, Frank H. Pierik, Tanja Pless-Mulloli, David Q. Rich, Sheela Sathyanarayana, Juhee Seo, Rémy Slama, Matthew Strickland, Lillian Tamburic, Daniel Wartenberg, Mark J Nieuwenhuijsen, Tracey J. Woodruff. Maternal Exposure to Particulate Air Pollution and Term Birth Weight; A Multi-Country Evaluation of Effect and Heterogeneity. Environmental Health Perspectives. DOI: http://dx.doi.org/10.1289/ehp.
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