Basta mirar los datos proporcionados por el reciente informe Zeitgeist 2008, emitido por Google, para tener un indicador más de que las redes sociales están en pleno auge y constituyen uno de los principales espacios de comunicación que han emergido sobre nuestras redes: facebook, myspace y tuenti en el caso de nuestro país se encuentran entre los términos más solicitados al popular buscador.
Y puede ser sólo el comienzo, pues las previsiones de utilización de las redes sociales a través del móvil en los próximos años se calculan ya en cientos de millones de usuarios, según entre otros este estudio de Buongiorno, cuya red social blinko está específicamente diseñada para el móvil y aprovecha diversas ventajas de este dispositivo para el uso de la misma, algo similar a lo que acaba de hacer Telefónica con el lanzamiento de su red social Keteke.
Pero, a pesar de esta efervescencia, y de que redes sociales asentadas como Myspace y Facebook estiman para este año ingresos de 750 y 300 millones de dólares respectivamente, nadie parece tener claro en qué debe consistir un plan de negocio a corto plazo enfocado a ellas. En cuestión de redes sociales, todo es “potencial”, y una crisis económica cuya larga mano empieza a alcanzar también los espacios virtuales lo pone en evidencia.
Absorciones
El pasado octubre Hi5, la tercera red social en popularidad, anunció que recortaría entre un 10 y un 15% su personal, y el mes pasado hacían lo propio LinkedIn y Jive, en estos casos con anuncios de recortes de personal de un 10 y un 40% respectivamente, según informa un reciente artículo de TechnologyReview.
En otros casos, como el de las nuevas y promedoras redes sociales Pownce –que parecía poder llegar a competir seriamente con Twitter– y Values of n, éstas simplemente desaparecen. La primera tras ser absorbida por Six Apart, y la segunda comprada por Twiter. Esta última, por cierto, rechazó recientemente ser comprada por Facebook por 500 millones de dólares en acciones y algo de dinero en efectivo (al parecer la quinta parte de esa cifra). Casos anteriores fueron por ejemplo los cierres, durante el pasado agosto, del site de noticias sociales Thoof y el de música social Social.fm
Para algunos tienen pleno sentido las absorciones de compañías más pequeñas por parte de otras con mayor tráfico a las que pasarán a aportar los servicios y características más interesantes que tenían; así opina por ejemplo Charlene Li, fundador de la consultoría de medios sociales Altimeter Group.
Inquietudes
Pero todos estos movimientos no parece que vayan a aplacar la inquietud de los inversores, que ya antes de la crisis se preguntaban sobre el modo en que las firmas de medios sociales podrían hacer dinero. Y es que incluso Twitter, con toda su notoriedad, no tiene virtualmente ingresos, según el profesor de economía de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York Nicolas Economides, quien señala que con respecto a las redes sociales nadie sabe realmente por dónde van a ir las cosas. “Las compañías están intentando muchas aproximaciones diferentes, pero está todavía por ver la luz un modelo de negocio sólido. No hay fórmula para el éxito.”
Chris Alden, presidente y CEO de Six Apart, declaró que no hay suficiente capital en el mercado actual para sostener tantas redes sociales, y que se verá una mayor consolidación en uno o dos años. Según TechnologyReview, Alden no informó de qué aspectos de la tecnología de Pownce son interesantes para Six Apart, pero sí dijo que aunque una red social emergente esté basada en una buena idea “no es fácil convertir eso en una compañía brillante y auto-sostenible. Cuando los tiempos económicos son buenos tienes una pista más larga para conseguir que eso ocurra. Cuando los tiempos se vuelven más duros, esa pista se acorta de forma dramática”.
Alden también dijo que hemos de ver todavía muy abundante actividad en lo referente a hundimientos de unas compañías por otras, y que nadie debe confundir eso con una falta de interés en los medios sociales. Además cualquiera involucrado en el sector desecha la comparación de la situación actual con el estallido de la burbuja puntocom de hace unos años, y es cierto que, además de otras diferencias, no se han dado en este caso las excesivas inversiones de entonces. Pero el artículo no deja de señalar, en referencia a dicha comparación, que es difícil no hacerla.
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