Ben Shneiderman, uno de los investigadores más destacados e innovadores del mundo en el campo de la interacción hombre-ordenador, defiende en un artículo publicado en Science que es el momento de que la investigación científica, definida y practicada en los últimos cuatro siglos, deje paso a un nuevo método revolucionario de descubrimientos científicos: la Ciencia 2.0.
La Ciencia 2.0 combina la hipótesis basada en la investigación en el laboratorio con los métodos de investigación de la ciencia social para comprender y mejorar el uso de las redes humanas, que son posibles gracias la conectividad digital de hoy en día.
A través del este concepto, el potencial social de tales redes puede ser usado en un amplio abanico de posibilidades, desde la seguridad, pasando por los cuidados médicos o el medio ambiente.
Shneiderman señala en el artículo el efecto que la WWW y los teléfonos móviles han tenido a la hora de construir colaboraciones humanas o la hora de influir en la sociedad. “Ebay, Amazon, Netflix de hecho han rediseñado el mercado de los consumidores. La participación política basada en la web y el periodismo ciudadano están cambiando la sociedad civil”, comenta en un comunicado difundido por la Universidad de Maryland, donde lleva a cabo su labor docente.
Otros sitios, como MySpace o Facebook animan a crear redes sociales informales, pero para él lo más importante es que ese mismo concepto de comunicación basada en Internet y en los ordenadores (entretejidos con los seres humanos) podría pronto jugar papeles más serios a la hora, por ejemplo, de dar respuesta a una emergencia humanitaria.
“Es el momento de que los investigadores en los diferentes campos científicos lleven las redes sociales como estas a otra fase para que alcancen su potencial intelectual y proporcionen un beneficio social. Necesitamos comprender los principios que están interviniendo en estos sistemas”, comenta.
Fuera del laboratorio
La Ciencia 2.0 habla de estudiar el diseño y el cambio vertiginoso que los sistemas que conforman los seres humanos, los ordenadores y las redes informáticas están sufriendo. Estos estudios ya no pueden ser replicados en un laboratorio, según Shneiderman. Los científicos tradicionales han tratado de entender este fenómeno recogiendo únicamente datos, pero la investigación basada en la Ciencia 2.0 incluye el diseño de intervenciones que mejoren rápidamente campos como el comercio electrónico, las comunidades online o la respuesta ante una catástrofe.
En contraposición, hace cuatro siglos, Francis Bacon propuso una estrategia de investigación que ha dirigido la búsqueda científica desde entonces. A esto Shneiderman lo llama Ciencia 1.0 y para él es una forma reduccionista de controlar los experimentos, aunque es adecuada para explicar, por ejemplo, los fenómenos naturales.
“La Ciencia 1.0 todavía es vital, pero la Ciencia 2.0 desplaza las prioridades para combinar la informática con la sensibilidad de las ciencias sociales.
Proyectos concretos
Este concepto, sin embargo, no se queda sólo en eso, en un concepto. Shneiderman y otra serie de colegas de la Universidad de Maryland se encuentran ya “en la frontera” aplicando los métodos de la Ciencia 2.0 a las redes humanas basadas en la informática.
Por ejemplo, Jennifer Preece y otros investigadores están desarrollando un proyecto llamado 911.gov Community Response Grid, un sistema de respuesta ante emergencias que se basará en Internet y dispositivos de comunicación móvil para permitir a los ciudadanos recibir y enviar información significativa sobre problemas de seguridad de la comunidad.
Por su parte, Jennifer Golbeck está usando métodos de la Ciencia 2.0 para comprender cómo la gente llega a confiar en las redes de comunicación. Este es un buen ejemplo, ya que esto no se puede estudiar, ni mucho menos en el laboratorio. Sus resultados, dice Shneiderman, pueden aplicarse a muchos aspectos de las redes sociales, incluyendo la atención médica, la seguridad o las votaciones.
Finalmente, Philip Wu está estudiando (aplicando el mismo concepto) las motivaciones que tiene el ser humano a la hora de participar en las respuestas que las comunidades dan ante un situación de emergencia. Asimismo, está estudiando las necesidades de información y los comportamientos que se producen en tales casos.
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