Los partidos de fútbol son enormemente impredecibles, lo que puede explicar por qué los espectadores a menudo están dispuestos a recurrir a la superstición para predecir quién será el ganador. Durante el Mundial de fútbol de 2010, muchos de nosotros confiamos en un pulpo para anticiparnos el resultado de cada partido. Pero con la Copa del mundo de 2018 a punto de comenzar, ¿hay formas más fiables de averiguar quién será coronado campeón?
Nuestro nuevo estudio, publicado en el European Journal of Sport Science, muestra que fijarse en la pasión con la que los jugadores de cada equipo cantan por su himno nacional previo al partido puede dar una pista sobre qué probabilidades tienen de ganar. Pero, ¿qué causa este efecto?
Puede parecer que la mayoría de los miembros del equipo sólo cantan su himno nacional por obligación. Sin embargo, teníamos la corazonada de que podría haber algo más. Para descubrirlo, vimos cómo los equipos de fútbol de la UEFA 2016 cantaron sus himnos nacionales antes de cada juego y qué impacto tuvo. Resultó que lo hicieron con distintos grados de entusiasmo.
Nuestras observaciones incluyeron pistas verbales y no verbales de pasión. Observamos si los jugadores cantaban y, en caso afirmativo, a qué intensidad (mayor intensidad indicando mayor pasión). Pero también examinamos la expresión facial y el lenguaje corporal de los jugadores, por ejemplo, qué tan unidos estaban los jugadores y si se abrazaban.
Descubrimos que el nivel de pasión mostrado por los jugadores predijo el éxito o el fracaso de su equipo en el partido posterior. En particular, los equipos de fútbol que colectivamente cantaban su himno nacional con mayor entusiasmo encajaban menos goles (pero no anotaban más goles). En la fase eliminatoria (pero no en los cuartos de final) cantar con más pasión condujo a una mayor probabilidad de victoria en ese juego.
Suiza y España fueron dos países que cantaron con bajos niveles de pasión. Ninguno de los dos llegó a cuartos de final. Por el contrario, Gales e Italia fueron dos de los países que cantaron con más pasión. Italia llegó a los cuartos de final y Gales llegó a las semifinales. Los ganadores, el equipo de Portugal, también anotaron mucha pasión a través de sus juegos.
El himno como factor de unión
Creemos que la interpretación del himno nacional por parte de un equipo de fútbol proporciona una idea del nivel de unión de ese equipo. El canto apasionado indica un sentido de unidad de equipo que dice profundamente «estamos listos para luchar, yendo más allá, para nuestro equipo» (y más ampliamente «para nuestra nación»).
Las entregas apasionadas pueden, por lo tanto, ser un catalizador del «nosotros», y resultar perjudicial para «ellos» (intimidar a la oposición). Los jugadores de rugby de Nueva Zelanda, que realizan un baile de postura conocido como «haka» antes de los juegos, pueden beneficiarse de un efecto similar.
El nivel de pasión que se muestra durante los himnos es profundo cuando las fichas están todavía caídas. Cuando el Mundial de 2018 progrese en las rondas eliminatorias en Rusia, las apuestas serán más altas y las consecuencias del éxito (o fracaso) se intensificarán. Es en este punto en el que los equipos dependen más de que sus miembros demuestren la voluntad de alinearse con los sentimientos del grupo.
Pasión y rendimiento
¿Pero es la pasión la que conduce a un mayor rendimiento en el fútbol o al revés? Podría ser que los jugadores cantan con más pasión cuando saben que tienen más posibilidades de ganar. Pero no vimos este patrón en los resultados: hubo una gran cantidad de entusiasmo por parte de los jugadores de los equipos considerados fuertes y débiles.
Usted puede estar pensando que, para ganar más partidos, los entrenadores internacionales deberían simplemente instruir a sus jugadores para que muestren más pasión durante los himnos nacionales en Mundial 2018. De hecho, en la última copa del mundo en Brasil 2014, se informó ampliamente que el entrenador de Inglaterra, Roy Hodgson, instruyó a sus jugadores a cantar el himno nacional.
Sin embargo, ésta puede no ser la mejor estrategia. El mensaje aquí es que lo que representan las selecciones apasionadas es crucial: la fuerza de la conexión y el entusiasmo por el grupo es lo que cuenta.
Si los jugadores están apasionados porque se identifican fuertemente con su nación y su equipo, es probable que aumente el esfuerzo y el rendimiento colectivo, pero si los jugadores sólo muestran pasión porque se les ha instruido hacerlo, entonces es poco probable que sea una receta para el éxito. No sólo tienes que cantar como lo quieres decir, realmente tienes que decirlo en serio.
Entonces, si usted y sus amigos están haciendo apuestas sobre quién ganará cualquier partido en Rusia este año, fíjese en cómo están los jugadores durante el canto de los himnos nacionales. Lo más probable es que sea mejor estrategia que preguntarle a un pulpo.
(*) Matthew Slater es profesor titular de Psicología del Deporte y del Ejercicio en la Universidad de Staffordshire (UK). Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Se reproduce con autorización.
Referencia
Singing it for “us”: Team passion displayed during national anthems is associated with subsequent success. Matthew J. Slater, S. Alexander Haslam & Niklas K. Steffens. European Journal of Sport Science, Volume 18, 2018 – Issue 4, Pages 541-549. DOI:https://doi.org/10.1080/17461391.2018.1431311
Este artículo se publica bajo los principios de la Carta Académica, una iniciativa de Tendencias21 destinada a facilitar las relaciones entre los científicos y la sociedad a través de la divulgación de sus resultados de investigación. Si reúnes los requisitos y estás interesado en participar, academia@tendencias21.net
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