Ana Sánchez y José Miguel Blanco, profesores del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad del País Vasco/EHU, junto con Arturo Jaime y César Domínguez, profesores del Departamento de Matemáticas y Computación de la Universidad de La Rioja, han desarrollado una experiencia entre ambas universidades incorporando la telecolaboración de forma sistemática.
El proyecto se ha desarrollado en el ámbito de dos asignaturas de bases de datos, uno de cada universidad, donde las similitudes y diferencias entre ambas producen equipos heterogéneos. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Computers & Education. La publicación muestra los resultados y conclusiones obtenidas fruto de una experiencia de dos años de colaboración.
«Nuestra propuesta -explica Ana Sánchez en la nota de prensa ha perseguido tres objetivos. El primero es la mejora del rendimiento académico de los participantes (aumento del porcentaje de presentados, de aprobados e incremento de las notas del examen final de ambas asignaturas). El segundo, la adquisición de competencias transversales (capacidad de trabajo en grupo y colaboración a distancia). El último, la realización de un estudio sobre las herramientas utilizadas por los estudiantes para la telecolaboración».
Cada equipo, formado por un estudiante de cada universidad, ha trabajado en las diferentes fases de un proyecto sencillo de creación de una base de datos, desde la concepción de unos requisitos hasta la realización de consultas. La distancia física existente entre los miembros de cada grupo (unos 150 km) fuerza a utilizar medios telemáticos para colaborar. Lo mismo sucede con los profesores participantes. Esto propicia el desarrollo de competencias transversales relacionadas con la telecolaboración.
Como telecolaboradores, participaron 36 estudiantes de cada universidad. Se utilizaron aulas virtuales Moodle desplegadas en un servidor que permitía el acceso a los profesores y alumnos de ambas universidades. En el estudio se utilizaron grupos de control de la Universidad de la Rioja que realizaba las tareas de forma presencial con compañeros de su propia universidad.
Resultados académicos positivos
La mejora del rendimiento académico de los participantes, que era el primer objetivo, se ha alcanzado de forma significativa. «Se constató que esta clase de colaboración exige más trabajo y reflexión» añade Sánchez. Probablemente también por esta razón, se comprobó que los colaboradores cara a cara están más satisfechos con el trabajo realizado.
«En cierta medida, es normal, porque como la telecolaboración requiere más esfuerzo, quien participaba en la telecolaboración a la vez estaba viendo que a los estudiantes de cara a cara les estaba costando menos tiempo realizar un trabajo similar» cuenta. «La pregunta sobre la satisfacción del trabajo realizado era independiente de la nota que obtenían, ya que los estudiantes no conocían la nota cuando se les preguntó por ello».
Los estudiantes han trabajado a distancia intercambiando conocimientos y realizando las tareas previstas. Por lo tanto, han puesto en práctica las competencias transversales propuestas como segundo objetivo.
A pesar de que les brindamos unas herramientas para la telecolaboración (un correo institucional y una plataforma institucional para que trabajaran unos con otros), hemos visto que el correo electrónico institucional y los foros regulados por las dos universidades fueron poco usados para la telecolaboración. «Los estudiantes prefieren utilizar sus herramientas habituales en el mundo de la web, como son el correo personal y la red social, Tuenti, en este caso» añade José Miguel Blanco.
Referencia bibliográfica:
Arturo Jaime, César Domínguez, Ana Sánchez, José Miguel Blanco. Interuniversity telecollaboration to improve academic results and identify preferred communications tools. Computers & Education (2013).
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