Desde el próximo domingo 21 de agosto y hasta el día 29 de agosto, una expedición de científicos observará las auroras boreales desde el sur de Groenlandia, en concreto desde los alrededores del glaciar de Qaleraliq (longitud=46,6791W; latitud=60,9896N). La observación de las auroras boreales se transmitirá en directo cada uno de esos días por Internet a la misma hora, desde las 3.30 las 3.45, hora peninsular española, y de 23.30 a 23.45, hora local del día anterior en Groenlandia. La emisión será bilingüe en castellano e inglés.
La expedición científica se denomina Shelios 2011 y está coordinada por el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Miquel Serra. La retransmisión vía Internet es posible merced a la colaboración del profesor de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, Francisco Sánchez, responsable del grupo de investigación Ciclope.
La retransmisión forma parte del proyecto educativo de la FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología) ‘Astronomía Ciudadana’, cuyo principal objetivo es introducir la ‘Ciencia Ciudadana’ en los centros de enseñanza españoles a través de la Astronomía. Fomentar la cultura de la innovación con un proyecto basado en nuevas tecnologías, como Internet y los
telescopios robóticos, así como aumentar las vocaciones científicas entre la juventud, son las metas que se persiguen con esta iniciativa.
Las Auroras
El maravilloso espectáculo celeste de las auroras se produce cuando partículas muy energéticas originadas en el Sol (viento solar) alcanzan la atmósfera terrestre. La entrada de estas partículas está gobernada por el campo magnético terrestre y, por esta razón, sólo pueden penetrar por el polo Norte (Auroras Boreales) y el Sur (Auroras Australes).
Las auroras están formadas por inmensas cortinas luminosas, rápidamente cambiantes y de varias tonalidades. La emisión de luz se produce en baja atmósfera (entre 100 y 400 km) y se debe a los choques del viento solar (esencialmente electrones) con átomos de oxígeno (tonos vedosos) o moléculas de nitrógeno (tonos rojizos).
En el año 2000 se detectaron intensas auroras coincidiendo con un periodo de máxima actividad solar. El ciclo de actividad solar es de aproximadamente 11 años y, por tanto, a principios del año 2012, momento en que nuestro astro rey volverá a tener máxima actividad, las auroras volverán a mostrar una inusual belleza.
Nuevo periodo de máxima actividad solar
Según las últimas previsiones a finales de 2011 el Sol entrará en su 24º periodo de máxima actividad. La actividad solar se define a partir del número de manchas solares detectadas sobre la superficie del Sol. Al acercarnos al máximo el número de manchas solares va creciendo.
Una de las consecuencias de los máximos solares es que el Sol incrementa la emisión de partículas elementales muy energéticas (el viento solar) en lo que se conoce como tormentas solares.
Los principales efectos de los máximos solares en la Tierra son los siguientes:
1) Problemas de interferencias en las redes de comunicación (terrestres y satélites)
2) Posibles problemas en el suministro eléctrico debido a la llegada masiva de electrones a la superficie terrestre.
3) Posibles efectos en el clima terrestre.
4) Aumento de la frecuencia y luminosidad de las auroras polares.
Antecedentes de máximos solares
Es conocido que en el máximo solar ocurrido en el año 1989, y durante intensas tormentas solares, varias ciudades del norte de los Estados Unidos y Canadá tuvieron graves problemas en el suministro eléctrico. También varios satélites sufrieron anomalías temporales en el transcurso de las citadas tormentas. La relación entre la actividad solar y el clima terrestre es un tema a debate en los últimos años. Hay indicios que hacen pensar que durante los mínimos de actividad solar la Tierra sufre un enfriamiento.
Entre los años 1645 y 1715 se cree que existió un mínimo solar prolongado (el mínimo de Maunder) que provocó una pequeña edad de hielo en el planeta, con efectos constatados en el Norte de Europa.
Finalmente durante los máximos solares hay un aumento del viento solar y, por tanto, crece el flujo de partículas elementales que al llegar a la Tierra son dirigidas hacia los polos magnéticos provocando, al interaccionar con la atmósfera terrestre, las auroras boreales (hemisferio norte) y las auroras australes (hemisferio sur).
La mejor zona para la observación de las Auroras Boreales se localiza en un círculo alrededor del polo norte magnético (entre 60 y 70 grados de latitud norte). Debido a que el polo norte magnético se encuentra situado al noroeste de Groenlandia (no coincide con el polo norte geográfico), concretamente al noreste de Canadá en la isla de Ellef Ringnes, el sur de Groenlandia es una de las mejores plataformas de observación.
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