Hasta llegar a cursos superiores, como ciclos formativos o la universidad, la proporción de chicas en los centros educativos es mayor que la de chicos.
Su éxito inicial, sin embargo, no se mantiene a la hora de elegir la formación académica que les proporcionará un desarrollo profesional en el futuro. Éstas son algunas de las conclusiones del informe Ofsted, publicado por la Oficina de Normas de Educación, Servicios para Niños y Habilidades del Reino Unido.
Este informe pone de manifiesto que en los colegios mixtos aún queda mucho camino por recorrer para alentar por igual a los escolares a la hora de decidir su futuro educativo y profesional. Las niñas eligen ser maestras, cursar estudios relacionados con la historia y las ciencias sociales o trabajar de cara al público, mientras que los niños, en cambio, se inclinan más por trabajos relacionados con la ciencia, la ingeniería y la tecnología.
Tendencia a lo tradicional
El informe explica los resultados de un estudio en el que se analizaron las diferentes opciones de cursos y carreras que pueden realizar las niñas y las jóvenes en las distintas etapas de su educación y formación. Para llevar a cabo este análisis, un equipo de inspectores encuestó a alumnas de diferentes tipos de centros educativos en dos fases, entre junio de 2009 y diciembre de 2010.
La primera de estas fases, que concluyó a finales de marzo de 2010, se llevó a cabo en 12 colegios mixtos; con 13 alumnas de una escuela sólo para niñas; y en dos escuelas secundarias donde únicamente estudian chicas. Los inspectores también visitaron 10 centros de educación complementaria, seleccionados por haber dirigido las áreas de disposición específica para las niñas y mujeres jóvenes.
Cada grupo analizado estuvo formado por ocho niñas y mujeres jóvenes de cada etapa clave. Durante las visitas, los inspectores mantuvieron conversaciones con 276 niñas. Los debates se centraron en las experiencias de aprendizaje, la calidad de la educación sexual y las relaciones, las carreras de orientación, el apoyo y las influencias en la elección de cursos y carreras, los desafíos a los estereotipos de género, la remuneración económica y el bienestar social, entre otros puntos.
La segunda fase del estudio, llevada a cabo en diciembre de 2010, fue diseñada para complementar los resultados obtenidos mediante el seguimiento directo de alumnas en 11 escuelas de secundaria para niñas, y también en 16 escuelas primarias. Estas visitas fueron mucho más cortas y consistieron en breves encuentros donde se fomentaron las discusiones con grupos de alumnas de todas las edades.
Ideas preconcebidas
Como resultado, los inspectores encontraron que, desde los primeros cursos, muchas de las niñas ya tienen una idea precoz de lo que les gustaría hacer después de salir de la escuela, orientada en la mayoría de los casos hacia la educación, el sector de la belleza o los trabajos sociales.
Esta actitud, casualmente presente en niñas de todas las edades, estaba fuertemente influenciada por la familia y el círculo de amistades, según el informe.
En la escuela secundaria, las alumnas encuestadas también argumentaron que estudiarían lo que más les gustase, independientemente de la tradición familiar. En este sentido, casi todas las niñas y las jóvenes que participaron en la encuesta estaban abiertas a cursar una carrera que desafiara los estereotipos de género, siempre que la carrera les interesara lo suficiente.
No obstante, según el informe Ofsted, durante su etapa como estudiantes las niñas eligen cursos tales como la danza, el arte, textiles, y salud y asistencia social. Además, señala el informe, la intención inicial de las chicas no siempre se cumple en la práctica. En su mayor parte, la elección de estudios realizada por las niñas y mujeres jóvenes de las escuelas y colegios visitados acaba respondiendo a estereotipos, y refleja el panorama nacional de la adopción de los cursos formativos.
Así, de las 12 escuelas mixtas encuestadas en la primera fase, 11 de ellas reconocieron no hacer lo suficiente para promover la confianza, la unidad y la ambición de las niñas y mujeres jóvenes a asumir riesgos en los estereotipos profesionales.
En cambio, en una escuela sólo de chicas, el resultado fue diferente. Según las encuestadas, la confianza y las actitudes competitivas son más fáciles de promover en la ausencia de los niños.
Principales carencias detectadas
Otro de los puntos que refleja este informe es que los programas de orientación profesional y el aprendizaje relacionado con el trabajo, y el suministro de información, asesoramiento y orientación en las escuelas visitadas, no se centra suficientemente en el conocimiento, la comprensión y las habilidades que las niñas y mujeres jóvenes necesitan tener para hacer frente a situaciones, como la interrupción de su formación, su trayectoria profesional o el cuidado de los hijos.
Esto se demuestra en hechos como que, desde temprana edad, las niñas encuestadas han tenido tradicionalmente estereotipados puntos de vista acerca de los trabajos de hombres y mujeres. Esta convicción la mantuvieron a lo largo de su escolaridad, a pesar de recibir información acerca de la igualdad de oportunidades y de conocer sus derechos para acceder a cualquier tipo de carrera.
Pero no siempre ha sido así. Para algunas chicas, las ambiciones a la hora de estudiar y también a nivel laboral han cambiado a través de la observación directa de un profesional en el trabajo, a través de actividades de tutoría, y a través de encuentros y entrevistas personales con un profesional que las orientó en este sentido.
“Es alentador que la mayoría de las niñas estén abiertas a la posibilidad de seguir una carrera haciendo frente a los estereotipos. Lo preocupante es que con demasiada frecuencia en la práctica, los cursos y calificaciones no les dan estas oportunidades“, señala Christine Gilbert, inspectora jefe de Osfted, en declaraciones recogidas por The Guardian.
Las actitudes más positivas se encontraron en las escuelas de un solo sexo, donde la mayoría de las chicas dijeron que definitivamente consideraría hacer trabajos tradicionalmente hechos por los hombres. En estas escuelas, las niñas no ven que ninguna carrera les esté vetada, siempre que se trabaje duro y se consigan los títulos pertinentes.
Sin embargo, esta confianza no va acompañada por ningún cambio notable, en lo que a los estereotipos se refiere porque estas mismas chicas afirmaron, en su mayoría, que no tenían previsto seguir ese camino para ellas mismas, reza el informe.
Escasa orientación al alumnado
Muchas de las alumnas de entre 11 y 14 años aún no tienen claro qué quieren estudiar. La educación vocacional en estas edades es “generalmente débil”, según recoge el informe. A todo ello, hay que sumarle la poca información sobre los salarios iniciales y las perspectivas de promoción, datos que dificultan la toma de decisiones por parte del alumnado.
Brian Lightman, secretario general de la Asociación de Escuela y Colegio de Líderes, afirma también en The Guardian que «los contratantes deben desempeñar un papel clave en la lucha contra los estereotipos de género en el lugar de trabajo, alentando a las niñas a asumir prácticas en campos dominados por los hombres y proporcionar modelos femeninos”.
En esta línea, Lightman insiste en que «las empresas deben hacer más para apoyar a las escuelas y universidades, mientras que las escuelas deben desarrollar más oportunidades para que las mujeres jóvenes conozcan a profesionales que trabajan en puestos no estereotipados, y aprendan así más acerca de lo que implica el trabajo a través de prácticas diversas.»
Estudios por sexo en España
En España, la tendencia de género en materia de educación superior es similar a la registrada en Reino Unido. Según una nota de prensa publicada por el Instituto Nacional de Estadística el pasado mes de diciembre, el número de alumnos universitarios en España sigue aumentando, notándose un alza del 6,3% en el presente curso académico, con respecto al curso académico anterior.
Por modalidades, el 50% del alumnado optó por la modalidad de Ciencias y Tecnología y el 46,9% por la de Humanidades y Ciencias Sociales. La modalidad con menos peso fue Artes, con un 3,1%.
En cuanto a las preferencias por sexo, el 53,1% de las mujeres eligió la opción de Humanidades y Ciencias Sociales, mientras que un 43,2% optó por Ciencias y Tecnología. En el caso de los varones, el 59,0% se presentó por la modalidad de Ciencias y Tecnología, mientras que un 38,8% eligió Humanidades y Ciencias Sociales.
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