Científicos de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, afirman que la forma en que varían las trayectorias de las señales de radio de cualquier red inalámbrica puede revelar el movimiento de las personas situadas en dicha red, y dentro de un espacio cerrado.
Joey Wilson y Neal Patwari han desarrollado una técnica, denominada “variance-based radio tomographic imaging” (VRTI) o “Tomografía de imágenes basadas en la varianza de ondas de radio”, con la que se podría “espiar” los movimientos de las personas que se encuentren en el interior de un edificio con red inalámbrica.
Según informa la revista Technology Review, la técnica ha sido ya probada con una red formada por 34 nodos, de estándar IEEE 802.15.4, que es normalmente utilizado para definir el nivel físico y el control de acceso a redes inalámbricas de área personal con tasas bajas de transmisión de datos. La técnica ha demostrado ser efectiva, aunque puede mejorar.
Variación y localización
La base de dicha técnica es la siguiente: la potencia de las señales de las redes inalámbricas es la suma de todas las trayectorias que las ondas de radio siguen para llegar hasta un receptor.
Los cambios en el volumen de espacio a través del que circulan las señales ocasionan una variación en la potencia de éstas. Estos cambios pueden ser producidos, por ejemplo, por el movimiento de las personas que se encuentren dentro de las trayectorias de dichas señales.
Por tanto, observando el volumen del espacio de muchas señales, que son recogidas por múltiples receptores, es posible construir una imagen de los movimientos que se estén produciendo dentro del ámbito de la red inalámbrica en funcionamiento.
La prueba realizada con la red de 34 nodos se hizo en una sala de 72 metros cuadrados, y permitió localizar objetos en movimiento a un metro de distancia. Los movimientos fueron determinados gracias a un modelo estadístico relacionado con la variación de las localizaciones espaciales.
Según explican los investigadores en un artículo más detallado, avances en los protocolos inalámbricos o en el diseño de antenas, entre otros, mejorarán en el futuro la capacidad de rastreo a través de las paredes con VRTI.
El equipo afirma que el sistema mejoraría también si se utiliza con redes GPS, Wi-Fi o redes celulares.
Diversas ventajas
Esta técnica supone varias ventajas. En primer lugar, su coste. Los nodos de este tipo de redes son en sí baratos, mientras que otros sistemas de espionaje a través de las paredes pueden llegar a costar hasta 100.000 euros. La segunda ventaja es la sencillez, que contrasta con la complejidad de otros sistemas usados para estos fines.
Localizar el movimiento en interiores desde el exterior de un edificio tendría un gran valor en situaciones de emergencia, explican los científicos.
El sistema permitiría, por ejemplo, que la policía, el ejército o los equipos de rescate localizaran a personas de manera segura, sin tener que entrar en espacios peligrosos.
En un escenario imaginario, podrían desplegarse sensores de radio en un edificio, lanzándolos al interior para que los nodos generasen una red y transmitiesen señales a una estación base, para la estimación de las posiciones y de los movimientos de las personas que se encuentren dentro de dicho edificio.
El único problema que supone que se puedan controlar los movimientos de las personas en el interior de los edificios utilizando sólo las tan extendidas redes inalámbricas sería el de la privacidad, advierte Technology Review.
También con radares
La posibilidad de ver a través de las paredes no se limita sólo a la ciencia ficción, como se constata con este descubrimiento.
Anteriormente, habíamos hablado en Tendencias21 de otro sistema capaz de registrar imágenes del interior de los edificios, sin penetrar en ellos.
En este caso, anunciamos la creación, por parte de científicos militares canadienses, británicos, europeos y estadounidenses de un radar de tecnología tridimensional con el que se podía distinguir a personas, contornos de muebles e incluso los planos interiores de los edificios a través de los muros.
Los investigadores señalaron que esta tecnología podría utilizarse a más de 60 metros de distancia del objetivo, y que serviría para localizar y seguir a enemigos escondidos, a personas secuestradas e incluso a gente que quede atrapada bajo una avalancha de nieve o bajo un edificio caído como consecuencia de un terremoto.
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