Los individuos son genéticamente más similares a sus parejas que a individuos seleccionados al azar de la misma población, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Colorado en Boulder (EE.UU.).
Los científicos ya sabían que las personas tienden a casarse con otras personas que tienen características similares, incluyendo la religión, la edad, la raza, los ingresos, el tipo de cuerpo y la educación, entre otros.
En el nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los científicos demuestran que las personas también son más propensas a elegir compañeros que tengan un ADN similar. Aunque características tales como la raza, el tipo de cuerpo e incluso la educación tienen componentes genéticos, este es el primer estudio en examinar similitudes a lo largo de todo el genoma.
«Es bien sabido que las personas se casan con personas que son como ellas», recuerda en la nota de prensa de la Universidad de Colorado Benjamin Domingue, autor principal del artículo e investigador asociado en el Instituto de Ciencias del Comportamiento de la institución. «Pero quedaba la pregunta de si nos emparejamos al azar con respecto a la genética.»
Para el estudio, Domingue y sus colegas, entre ellos el profesor asociado Jason Boardman, utilizaron datos genómicos recogidos por el estudio Health and Retirement (Salud y Jubilación), promovido por el Instituto Nacional del Envejecimiento.
Los investigadores examinaron los genomas de 825 parejas estadounidenses de blancos no hispanos, y observaron específicamente los polimorfismos de un solo nucleótido, que son partes del ADN que se sabe que difieren comúnmente entre los seres humanos.
Los investigadores descubrieron que había menos diferencias en el ADN entre las personas casadas que entre dos individuos seleccionados al azar. En total, los investigadores estimaron la similitud genética entre los individuos analizando 1,7 millones de polimorfismos de un solo nucleótido en el genoma de cada persona.
ADN y estudios
Los investigadores compararon la magnitud de la similitud genética entre las personas casadas con la magnitud de un fenómeno mejor estudiado, el de las personas con estudios similares que se casan, conocido como emparejamiento selectivo educativo.
Observaron que la preferencia por un cónyuge genéticamente similar, conocida como emparejamiento selectivo genético, tiene alrededor de un tercio de la fuerza que el emparejamiento selectivo educativo.
Los hallazgos podrían tener implicaciones para los modelos estadísticos utilizados actualmente por los científicos para comprender las diferencias genéticas entre poblaciones humanas debido a que tales modelos a menudo asumen que el emparejamiento se produce al azar.
El estudio también constituye una base para futuras investigaciones que podrían explorar si se encuentran resultados similares entre las personas casadas de otras razas, si las personas también optan por amigos genéticamente similares, y si hay casos en los que la gente prefiere compañeros cuyo ADN sea más diferente en lugar de más similar.
¿Se van pareciendo con el tiempo?
El hallazgo de la Universidad de Colorado incide en la idea de que las parejas no se vuelven más similares con el tiempo, sino que ya lo eran antes de conocerse. Investigadores de la Universidad del Estado de Michigan publicaron hace cuatro años un artículo en el que analizaban parejas a lo largo del tiempo, examinando una serie de características de la personalidad, y descubrieron que en la mayoría de los casos, las parejas no se hicieron más parecidas con más años de matrimonio.
La única excepción a este patrón fue la agresión, es decir, que si una de las dos personas era agresiva, la otra tendía a responder de la misma forma, y cada vez más con el tiempo.
Sistema inmune
Podría ocurrir que se atraigan más las parejas con un ADN general parecido, pero también que este sea muy distinto en algunas regiones concretas. Un estudio de la Universidad de Paraná, en Brasil, observó hace unos años que las personas casadas presentan más posibilidades de tener diferencias genéticas en una región del ADN encargada de regir el sistema inmune, que dos personas al azar.
Según los científicos, este hecho tendría su origen en una estrategia evolutiva para garantizar una reproducción saludable, ya que la diversidad genética es una ventaja para la descendencia.
Referencia bibliográfica:
Benjamin W. Domingue, Jason Fletcher, Dalton Conley y Jason D. Boardman: Genetic and educational assortative mating among US adults. PNAS (2014). DOI: 10.1073/pnas.1321426111.
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