Durante los últimos cuatro años, investigadoras del MIT (Massachusetts Institute of Technology), la Universidad de Tufts (Boston) y la Universidad Estatal de Georgia (todas de EE.UU.) han llevado a cabo un estudio para determinar si tabletas cargadas con aplicaciones de alfabetización podrían mejorar la preparación para la lectura de los niños pequeños que viven en comunidades con dificultades económicas.
Esta semana, informa MIT News, han presentado los resultados de las tres primeras implementaciones de su sistema, a través de la ONG Curious Learning, creada al efecto. En los tres casos, el rendimiento de los participantes en pruebas estandarizadas de preparación para la lectura indica que el uso de la tableta es eficaz.
Los ensayos examinaron una amplia gama de entornos educativos. Uno se fijó en un par de aldeas rurales de Etiopía sin escuelas y sin cultura escrita; otro, en una escuela de un suburbio de Sudáfrica con una proporción de alumnos por maestro de 60 a 1; y el otro se realizó en una escuela rural de EE.UU. con estudiantes de bajos ingresos predominantemente.
Tanto en África como en EE.UU. los estudiantes mejoraron notablemente tras usar las tabletas. Según Cynthia Breazeal, profesora de MIT, y primera autora de la investigación, hay muchas aplicaciones destinadas a niños de ocho años, pero muy pocas para niños más pequeños. Según la teoría de Maryanne Wolf, directora del Centro de Investigación sobre la Lectura y el Lenguaje de Tufts, la capacidad de leer, a diferencia de la capacidad de procesar el lenguaje hablado, no está codificada en nuestros genes. En consecuencia, la formación temprana es esencial para el establecimiento de la maquinaria neurológica de la que depende la propia capacidad para la alfabetización.
El sistema de las investigadoras consiste en una tableta de bajo coste que utiliza el sistema operativo Android. Las investigadoras buscaron las aplicaciones de lectura y escritura disponibles para niños pequeños, e identificaron varios cientos con la calidad suficiente. Los investigadores también desarrollaron su propia interfaz para las tabletas, que otorga a los usuarios acceso sólo a las aplicaciones educativas aprobadas. Recibieron tabletas niños de edades comprendidas entre 4 y 11 años.
Las investigadoras no explicaron deliberadamente cómo funcionaban las aplicaciones, porque el objetivo es hacerlas llegar a 100 millones de niños, y sería imposible explicárselo a todos. Había protocolos preparados para el caso de que no supieran manejarlas, pero en Etiopía por ejemplo, los niños tardaron minutos.
Resultados
Los niños de Etiopía no habían tenido acceso antes al inglés hablado ni a ninguna lengua escrita. Tras un año usando las tabletas, se evaluó su comprensión de aproximadamente 20 palabras de inglés oral, tomadas al azar de aplicaciones cargadas en las tabletas. Más de la mitad de los estudiantes sabía al menos la mitad de las palabras, y todos los estudiantes sabían al menos cuatro.
Cuando se les presentaba una cadena de letras romanas en un orden aleatorio, el 90 por ciento podía identificar por lo menos 10 de ellas, y todos los niños podían suministrar los sonidos correspondientes a al menos dos de ellos. Además, el 35 por ciento de los niños podía reconocer por lo menos una palabra en inglés al verla. Estas cifras más o menos concuerdan con las de los niños que entran en un jardín de infancia en los EE.UU.
En Sudáfrica y EE.UU. los niños también mejoraban notablemente su conocimiento sobre las palabras y los sonidos del habla. Las investigadoras están realizando nuevos estudios en Uganda, Bangladesh, India y EE.UU. En total son 2.000 los niños que han usado las tabletas.
El equipo se centra ahora en determinar qué aplicaciones usan más los niños y cuáles correlacionan mejor con la alfabetización. También están buscando socios para poner en marcha programas piloto de mayor tamaño, con entre 5.000 y 10.000 niños.
Portátil
Otro estudio, de la Universidad Estatal de Michigan, ha demostrado que las escuelas que proporcionan a cada estudiante una computadora portátil, así como el apoyo adecuado para estudiantes y profesores, ven una mejora significativa en el rendimiento académico.
La investigadora Binbin Zheng y sus colegas analizaron años de estudios sobre programas de ordenadores portátiles, incluyendo investigación propia, y encontraron que estaban vinculados a mejores resultados en los exámenes de inglés, matemáticas, ciencias y escritura, junto con otros beneficios.
«En las últimas dos décadas, los programas de computadoras portátiles se han extendido ampliamente, pero también lo ha hecho el debate acerca de si son rentables y beneficiosos para los resultados educativos», dice Zheng, profesora de tecnología educativa, en la nota de prensa de la universidad. «Creo que esta tecnología, si se aplica correctamente, vale la pena el coste y el esfuerzo, ya que eleva los logros del estudiante, mejora el compromiso y el entusiasmo entre los estudiantes, mejora las relaciones entre profesores y estudiantes y promueve habilidades del siglo XXI, como el dominio de la tecnología y la resolución de problemas.»
Algunos estudiosos preveían que los ordenadores tendrían un efecto neutral sobre el aprendizaje, igual que la radio, el cine o la televisión. «Sólo con poner un ordenador portátil delante de cada estudiante no se les ayuda», dice Zheng. «La tecnología no debe aplicarse sólo por la tecnología».
Pero los programas en los que hay apoyo de y a los profesores, sí que pueden mejorar los resultados educativos. Además, mejoran la escritura de los estudiantes.
Referencias bibliográficas:
Cynthia Breazeal, Robin Morris, Stephanie Gottwald, Tinsley Galyean, Maryanne Wolf: Mobile Devices for Early Literacy Intervention and Research with Global Reach. Association for Computing Machinery’s Learning at Scale conference (2016).
B. Zheng, M. Warschauer, C.-H. Lin, C. Chang: Learning in One-to-One Laptop Environments: A Meta-Analysis and Research Synthesis. Review of Educational Research (2016). DOI: 10.3102/0034654316628645
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