Todo parece indicar que las redes LTE, junto con las WiMax, son el futuro de la telefonía móvil. Un futuro que no es demasiado lejano y que permitirá ampliar, una vez más, nuestras posibilidades de conectividad y de aplicabilidad de nuestros dispositivos móviles. De hecho, la compañía Frost & Sullivan en uno de sus últimos informes afirma que en el año 2013 el número de personas suscritas a las redes LTE llegará a los 22,4 millones.
Este dato implicará un montante económico global de 9.685,4 millones de euros en la zona occidental de Europa. Por ello, son muchas las compañías que están implementando y preparando esta tecnología para despegar.
La cuestión está ahora en ampliar el ancho de banda, llegando a los 2,6 GHz e incrementar en un 10%-12% el número de estaciones existentes. De hecho, si un operador móvil tiene intención de desarrollar la red LTE, sería conveniente implementar las diversas estaciones base llegando a una capacidad mínima de red de retorno (backhaul) de 200-300 Mbps.
Preparando las redes LTE
Las posibilidades de la telefonía móvil siguen imparables. Tras las redes 3G que mejoraron notablemente la conectividad de los móviles, llegan ahora las nuevas redes de banda ancha. Una de ellas, la LTE tiene un gran potencial, ya que gracias a ella es posible alcanzar velocidades de descarga superiores a 200 megabits por segundo.
En una prueba realizada por Telefónica en Madrid el 6 de abril del 2009 las velocidades rondaron los 140 megabits por segundo. Esto implica un incremento en la velocidad de unas diez veces superior a la de la tecnología HSDPA. De hecho, tal y como informó la propia compañía a la agencia Europa Press, comparativamente esta tecnología podría hacer que una descarga que antes tardaba más de 34 horas, a través de la tecnología GPRS, dure tan sólo 54 segundos gracias a la LTE. Por otro lado empresas como Motorola también han realizado pruebas con esta misma tecnología con la intención de tener todo dispuesto para la fecha en la que se considera que será posible comenzar a comercializar esta tecnología.
Michael Kennedy, colaborador de la revista digital Telecommunications Online afirma que, luego de sus conversaciones con los proveedores en la feria CTIA en Las Vegas, hasta el 2011 no habrá un despliegue comercial a gran escala. Este calendario de despliegue, sigue diciendo Kennedy, parece deberse al uso del subsistema multimedia IP (IMS), una arquitectura modular que posibilita el desarrollo a través de sistemas de proveedores múltiple y el uso de TCP/IP por parte de las redes LTE.
Posibilidades futuras
Las LTE pueden ser empleadas por las telecos para incrementar sus ingresos gracias a la posibilidad (una vez implantada estas redes) de ampliar la cobertura de los servicios. De hecho, y como hemos dicho, LTE ofrece mejoras notables en las telecomunicaciones. Esto hace que sea posible ofrecer, afirma Michael Kennedy, nuevos servicio a los clientes, tales como vídeo de alta definición.
Gracias a las redes LTE, además, puede ser más sencillo crear nuevos modelos de negocio donde los ingresos se generen a partir de fuentes tales como la publicidad, la entrega de contenidos y los servicios financieros. Además, uno de los directivos de Frost & Sullivan, Luke Thomas ha afirmado que las nuevas redes permitirían a las empresas generar nuevas estrategias de preciso, siempre y cuando garanticen la transparencia.
Además, y tal y como hemos informado anteriormente en esta revista, actualmente se están desarrollando proyectos, como el Rocket, que busca proporcionar comunicaciones inalámbricas del orden de 1 Gbps. Además, también se está intentando desarrollados terminales pequeños y baratos que permitan situarlos en diversas zonas de las ciudades ampliando sustancialmente las redes.
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