Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) ha encontrado una relación a tres bandas entre el uso de antibióticos en los recién nacidos, cambios en las bacterias intestinales y enfermedades futuras.
Los desequilibrios en los microbios intestinales, llamados disbiosis, se han relacionado con enfermedades infecciosas, alergias y otros trastornos autoinmunes, e incluso con la obesidad, a posteriori en la vida.
El estudio, dirigido por el estudiante de posgrado en Informática Biomédica y Biología Computacional Pajau Vangay, también desarrolló un modelo predictivo con potencial importancia clínica para medir el desarrollo saludable de bacterias en el intestino de los niños pequeños. Los hallazgos fueron publicados ayer en la revista Cell Host & Microbe.
Los antibióticos son, con mucho, los medicamentos recetados más comunes dados a los niños. Representan aproximadamente una cuarta parte de todos los medicamentos recetados a los niños, y un tercio de estas prescripciones se consideran innecesarias. Otros estudios han demostrado los profundos efectos a corto y largo plazo de los antibióticos sobre la diversidad y la composición de las bacterias de nuestro cuerpo, llamadas microbioma o microbiota.
«Las enfermedades relacionadas con el metabolismo y el sistema inmunitario están aumentando drásticamente, y en muchos casos no sabemos por qué», dice el autor principal del estudio Dan Knights, profesor y biólogo computacional de la Universidad de Minnesota, en la nota de prensa de ésta.
«Estudios anteriores mostraron vínculos entre el uso de antibióticos y el desequilibrio de las bacterias del intestino, y otros mostraron vínculos entre el desequilibrio las bacterias y las enfermedades de adultos. Durante el año pasado sintetizamos cientos de estudios y encontramos evidencia de una fuerte correlación entre el uso de antibióticos, cambios en las bacterias intestinales y la enfermedad en la edad adulta».
Alergias y obesidad
Knights y sus colegas desarrollaron un marco para trazar cómo los antibióticos pueden estar actuando en el intestino para causar enfermedades en el futuro.
En el caso de las alergias, por ejemplo, el uso de antibióticos puede erradicar las bacterias intestinales clave que ayudan a las células inmunes a madurar.
Estas células habrían sido esenciales para mantener el sistema inmunitario a raya cuando se enfrentan a los alérgenos. Incluso si estas bacterias regresan, el sistema inmune sigue estando alterado.
En cuanto a la obesidad, los cambios inducidos por antibióticos en la microbiota intestinal provocaron un aumento de los niveles de ácidos grasos de cadena corta que afectan al metabolismo.
El estudio también examinó el desarrollo de bacterias en el intestino. Los investigadores demostraron que la edad de un niño podía predecirse con un margen de error de 1,3 meses basándose en la madurez de sus bacterias intestinales.
Este hallazgo podría conducir a una prueba clínica y a intervenciones en niños cuyo microbioma está retrasado a nivel de desarrollo debido a los antibióticos u otros factores.
«Creemos que estos hallazgos ayudan a desarrollar una hoja de ruta para futuras investigaciones y determinar las consecuencias para la salud del uso de antibióticos y las recomendaciones para su prescripción», dice Knights.
Otros estudios
Los efectos de los antibióticos en la microbiota están muy estudiados, y algunos en concreto se refieren a los niños. Por ejemplo, éste de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), realizado con ratones y con los antibióticos vancomicina y estreptomicina. En este caso, sólo el segundo provocaba mayor probabilidad de tener una enfermedad, la neumonitis por hipersensibilidad (inflamación de los pulmones debida a la inhalación de una sustancia extraña, generalmente ciertos tipos de polvo, hongos o mohos).
Otro estudio, realizado en Irlanda, muestra que la diversidad de la flora intestinal sigue disminuida ocho semanas después de terminar un tratamiento con antibióticos de corta duración en bebés con menos de 48 horas de vida, pese a que el número total de bacterias sí se había recuperado.
Y una tercera investigación, de Suecia, muestra que los antibióticos tienen efectos sobre la flora intestinal que duran hasta dos años después de dejar de tomarlos.
Referencia bibliográfica:
Pajau Vangay, Tonya Ward, Jeffrey S. Gerber, Dan Knights: Antibiotics, Pediatric Dysbiosis, and Disease. Cell Host & Microbe (2015). DOI: 10.1016/j.chom.2015.04.006.
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