Tendencias21

Los bebés tienden a nacer de madrugada

Datos sobre partos humanos no intervenidos correspondientes a finales del siglo XIX en Madrid demuestran que los nacimientos, al igual que en el resto de los primates, se producen con más frecuencia de madrugada en invierno y por la mañana en verano. Los autores de la investigación, de la Universidad Autónoma de Madrid, lo atribuyen a factores fisiológicos que se producen en ausencia de luz. La explicación evolutiva es que la nocturnidad otorga a la madre y a su cría la protección del grupo, sin la presión de la depredación y el riesgo de tener que desplazarse en esos momentos críticos.

Los bebés tienden a nacer de madrugada

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han estudiado el posible ciclo circadiano del parto humano a partir de datos de la Casa de Maternidad de Madrid, y tras comparar los partos registrados en esta institución del siglo XIX teniendo en cuenta periodos de mínima y máxima duración del día, han logrado confirmar que, sin intervencionismo obstétrico, el parto humano es, como el del resto de primates, predominantemente nocturno.

Carlos Varea, miembro del Departamento de Biología de la UAM, y Susana Fernández-Cerezo, estudiante de posgrado del mismo Departamento, han publicado el trabajo en American Journal of Human Biology. La reproducción humana, señalan los autores en la web UAM Gazette, conserva características primates ancestrales y ha incorporado nuevas adaptaciones en diferentes momentos de nuestra evolución. «En ella se expresan los grandes procesos de nuestra historia evolutiva —el bipedalismo, la gran cerebralización fetal, el esfuerzo energético materno, la prolongación y las nuevas etapas de nuestro ciclo vital—, al igual que la plasticidad de nuestra biología, que es modulada por factores ecológicos y socioculturales».

Entre las características ancestrales del grupo de primates al que pertenece Homo sapiens está, añaden, el de un patrón de actividad diurno y un parto nocturno, que otorga a la madre y a su cría la protección del grupo durante la noche, sin la presión de la depredación y el riesgo de tener que desplazarse en esos momentos críticos. Estos factores debieron de ser cada vez más transcendentales para los homininos y para nuestra propia especie, debido a las crecientes dificultades obstétricas derivadas del bipedalismo y la intensa cerebralización.

En un trabajo previo —en el que participó Cristina Bernis, profesora honoraria del Departamento—, los autores confirmaron que en la actualidad el patrón nocturno se limita a los partos vaginales no intervenidos, que son minoritarios.

En esta ocasión han analizado el patrón horario de 4.599 partos simples ocurridos entre 1887 y 1892 en la Casa de Maternidad de Madrid, una institución que fue creada en la segunda mitad del siglo XIX y que estuvo inicialmente asociada al Hospital de la Inclusa madrileño. En su época fue la única maternidad pública de la ciudad a la que podían acudir a dar a luz las mujeres sin que la mayoría de ellas tuviera intención de abandonar a sus nacidos.

En el documento Memoria de la Inclusa, Colegio de la Paz y Casa de Maternidad, editado por el Ayuntamiento de Madrid en 1876, los investigadores encontraron información sobre las características de las mujeres atendidas y su parto en la Casa de Maternidad, confirmando que la población estudiada era una muestra representativa de la sociedad española de la época.

La búsqueda de información sobre las características y resultado del embarazo en poblaciones sin medicalización obstétrica les permitió descubrir, en el Archivo Regional de Madrid, el denominado Libro de Nacimientos de la Casa de Maternidad. El interés de este documento radica en que incluye la hora del parto en una época de muy limitado intervencionismo obstétrico y aún sin efecto lumínico artificial.

La luminosidad

El parto humano es un complejo proceso cuyo desencadenamiento no está aún totalmente establecido, señalan los autores. Las evidencias sobre un ritmo circadiano del parto apoyan la consideración de que deben de existir estímulos o sincronizadores exteriores que intervienen en el mecanismo endógeno desencadenante del parto, entre ellos la luminosidad.

Teniendo en cuenta esta consideración, Varea y Fernández-Cerezo establecieron en su trabajo dos períodos de máxima y mínima luminosidad: los que se producen en torno a los solsticios de verano e invierno de los años analizados. Así, encontraron un claro patrón circadiano de nacimientos con predominio de partos durante la madrugada y primeras horas de la mañana, y un declive desde mediodía y hasta el inicio de la noche.

La distribución horaria en ambos solsticios conserva dicho patrón, pero muestra un claro desplazamiento de sus picos: en invierno hay una mayor concentración de partos durante la madrugada, mientras que en verano la máxima concentración se produce entre las 8 y las 12 de la mañana.

Los bebés tienden a nacer de madrugada

Este desplazamiento de las distribuciones en los solsticios de invierno (a la izquierda) y de verano (a la derecha) respecto de la distribución del conjunto de partos demuestra, justamente, el efecto de la luminosidad sobre el inicio del parto.

Sabemos que entre el solsticio de invierno y el solsticio de verano existe una diferencia promedio de dos horas en la salida del sol y de casi cuatro en la puesta. Esto en la figura se corresponde con el desplazamiento de los picos: en invierno, al anochecer antes, el inicio del parto se adelanta y la máxima concentración de nacimientos se produce aún de madrugada; en verano, al ser los días más largos, el inicio del parto se retrasa y los nacimientos se producen desde las primeras horas de la mañana hasta el mediodía.

Cambios estacionales y fisiología del parto

La mayoría de mecanismos fisiológicos que desencadenan o participan activamente en el parto acentúan su actuación por la noche y en ausencia de luminosidad. La actividad del útero está sincronizada con los ciclos de luz y oscuridad por la melatonina, que es secretada en ausencia de luz y contribuye a la acción de otras hormonas implicadas en el parto. Como consecuencia de ello, durante el parto las contracciones uterinas son más intensas durante la noche, un fenómeno bien conocido en la práctica obstétrica. Las células del miometrio humano tienen receptores de melatonina, cuya acción combinada con la oxitocina y la noradrenalina aumenta la contracción muscular que induce el parto.

Ya que la melatonina es secretada por la glándula pineal en ausencia de luz, en un complejo proceso de transducción de la información lumínica que pasa por el núcleo supraquiasmático, «resulta inevitable pensar en una inducción circadiana del parto durante la noche (o en ausencia de luminosidad) activada a nivel molecular».

Por lo tanto, cambios estacionales en la luminosidad podrían influir sobre la fisiología del parto en relación a la secreción de melatonina, como parecen indicar los resultados de este trabajo, gracias, subrayan los autores» al hallazgo inesperado de unos datos excepcionales: el registro de la hora del parto en un momento histórico en el que aún no existía suministro de luz eléctrica ni se habían generalizado las modernas prácticas obstétricas».

Desde entonces, en algo más de un siglo, la dinámica del parto ha cambiado radicalmente en nuestra sociedad y la hora a la que se inicia y concluye, así como su duración, son magníficos indicadores bioculturales del grado de intervencionismo obstétrico que afrontan las mujeres en las poblaciones humanas. «El estudio del cambio en este rasgo ancestral de nuestra especie», concluyen Varea y Fernández-Cerezo, «puede aportar consideraciones muy relevantes sobre las condiciones más idóneas en las que las mujeres gestantes deben afrontar el nacimiento de sus hijos e hijas».

Referencia bibliográfica:

Carlos Varea y Susana Fernández-Cerezo: Revisiting the daily human birth pattern: Time of delivery at casa de maternidad in Madrid (1887–1892). American Journal of Human Biology (2014). DOI: 10.1002/ajhb.22557

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Crean bebés digitales para mejorar la atención sanitaria infantil 27 junio, 2024
    Un equipo de investigadores desarrolló modelos informáticos que simulan los procesos metabólicos únicos de cada bebé: los “gemelos digitales” pueden ayudar a comprender mejor las enfermedades metabólicas raras y otros desafíos que enfrentan los bebés humanos durante los primeros 6 meses de vida, que son críticos para su crecimiento posterior.
    Pablo Javier Piacente
  • Los vientos espaciales son similares a los que soplan en la Tierra 27 junio, 2024
    Los científicos han descubierto corrientes en el espacio que reflejan de manera inquietante los vientos que giran cerca de la superficie de la Tierra, lo que sugiere fuerzas ocultas que los conectan. Este nuevo conocimiento podría proporcionarnos una mejor comprensión de los sistemas ambientales que circulan alrededor del globo y mejorar los pronósticos meteorológicos espaciales […]
    Pablo Javier Piacente
  • Los archivos geológicos anticipan nuestro futuro climático 27 junio, 2024
    Hace 56 millones de años, la erosión del suelo se cuadruplicó en el planeta debido a las fuertes lluvias y las inundaciones de los ríos provocadas por un calentamiento global muy similar al que conocemos hoy.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Ya es posible transmitir el tacto a través de Internet 26 junio, 2024
    Un nuevo estándar para la compresión y transmisión del sentido del tacto mediante Internet sienta las bases para la telecirugía, la teleconducción y nuevas experiencias de juego en línea, entre otras aplicaciones. El flamante estándar HCTI (Haptic Codecs for the Tactile Internet) es para el “tacto digital” lo que son JPEG, MP3 y MPEG para […]
    Pablo Javier Piacente
  • Las primeras muestras de la cara oculta de la Luna ya están en la Tierra 26 junio, 2024
    La cápsula de reingreso de la sonda Chang'e-6 de China, que transporta hasta dos kilogramos de materiales extraídos y perforados de la cuenca más antigua de la Luna ubicada en su lado oscuro, aterrizó este martes 25 de junio en la región de Mongolia Interior y fue rápidamente recuperada, según informó la Administración Nacional del […]
    Pablo Javier Piacente
  • La Tierra tendrá dos soles dentro de 1,3 millones de años y durante 60.000 años 26 junio, 2024
    Dentro de 1,3 millones de años, la Tierra tendrá una especie de segundo sol porque la estrella Gliese 710 se acercará a 1,1 años luz de la Tierra y la veríamos del mismo tamaño que Júpiter. Lo malo es que esa alteración cósmica puede provocar un episodio en nuestro planeta como el que acabó con […]
    Eduardo Martínez de la Fe
  • China descubre grafeno natural en la Luna 25 junio, 2024
    Investigadores chinos han descubierto recientemente grafeno natural de escasas capas por primera vez en la Luna, a partir de las muestras traídas a la Tierra por la sonda Chang'e 5. El hallazgo proporciona nuevos conocimientos sobre las actividades geológicas, la historia evolutiva y las características ambientales de la Luna.
    Pablo Javier Piacente
  • Los incendios forestales extremos se duplicaron en los últimos 20 años en todo el planeta 25 junio, 2024
    Una nueva investigación concluye que la frecuencia e intensidad de los incendios forestales extremos se ha más que duplicado en todo el mundo en las últimas dos décadas, debido al calentamiento global antropogénico y otros factores relacionados. Se trata de la primera ocasión en la cual los científicos pudieron trazar una tendencia global para los […]
    Pablo Javier Piacente
  • Detectado en el Mediterráneo el neutrino más energético del universo 25 junio, 2024
    El neutrino más potente jamás observado ha dejado su huella en las profundidades del Mediterráneo, aunque todavía se desconoce de qué rincón del universo procede. Los neutrinos cosmogénicos son los mensajeros de algunos de los eventos más cataclísmicos del cosmos.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • La IA identifica seis formas diferentes de depresión 24 junio, 2024
    Los científicos han identificado seis formas biológicamente distintas de depresión gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en estudios cerebrales. El hallazgo podría explicar por qué algunas personas no responden a los tratamientos tradicionales para la afección, como los antidepresivos y la terapia psicológica.
    Pablo Javier Piacente