Los transexuales son personas que se sienten del sexo opuesto al que pertenecen, y con el que han nacido. Es decir, que encuentran que su identidad sexual no se corresponde con su anatomía sexual. Por tanto, podría decirse que una mujer transexual es aquella que nace con anatomía masculina, y un hombre transexual aquél que nace con anatomía femenina.
Dada esta circunstancia, en estos individuos se suele dar el deseo de modificar las características sexuales con las que han nacido, por lo que muchos de ellos pasan por un proceso de reasignación de sexo, que en ocasiones incluye una cirugía de reconstrucción genital.
Recientemente, expertos de la Universidad de California en San Diego han descubierto que estas operaciones quirúrgicas pueden ocasionar, en aquellos transexuales que han modificado su condición sexual de hombre a mujer mediante la extirpación del pene, el conocido como “síndrome del miembro fantasma”.
Pero, según publica la revista especializada Journal of Consciousness Studies, este síndrome aparece en menos ocasiones en transexuales que en hombres a los que se les ha extirpado el pene como consecuencia de una enfermedad.
Después de la operación
El síndrome del miembro fantasma consiste en la sensación de que un miembro que ha sido amputado sigue conectado al cuerpo y funcionando con el resto de éste. Suele darse en entre el 50% y el 80% de las personas que sufren una amputación, y en la mayoría de los casos produce sensaciones dolorosas. Se cree que este síntoma es debido a que el cerebro continúa recibiendo mensajes de los nervios que originalmente llevaban los impulsos desde el miembro perdido.
El descubrimiento de que el síndrome del miembro fantasma afecta en menor medida a los transexuales que a hombres que han perdido su pene por enfermedad, ha hecho pensar a un equipo de científicos de dicha universidad que en nuestro cerebro las imágenes sobre especificidad de género están predeterminadas desde antes del nacimiento.
Los investigadores Vilayanur Ramachandran, director del Center for Brain and Cognition, y Paul McGeoch descubrieron que un 60% de un grupo de hombres heterosexuales entrevistados, a los que se les había extirpado quirúrgicamente el pene como consecuencia del cáncer, señalaron tener la sensación de que seguían manteniendo sus genitales.
En contraposición, sólo el 30% de los transexuales encuestados, que habían sido sometidos a una operación quirúrgica para la reasignación sexual convirtiéndose en mujeres, informaron de esta misma sensación.
Imagen cerebral del género
Según señala Ramachandran, esta ausencia o presencia del síndrome del miembro fantasma podría deberse a que exista una imagen predeterminada de género específico en el cerebro de los transexuales que no se corresponda con el género externo. Ramachandran afirma asimismo que antes del nacimiento, el cerebro podría desarrollar una imagen del cuerpo que podría no corresponderse en todos los casos con la expresión fisiológica del individuo.
Quizá esto se deba a una disociación acaecida durante el desarrollo embriológico entre el sexo físico y el sexo cerebral de los transexuales, es decir, que el cerebro genere una imagen predeterminada del género de nuestro cuerpo, aunque éste se desarrolle en otra dirección.
Este hecho permitiría comprender mejor el mecanismo por el cual existe la transexualidad, que por tanto debería ser entendida no como una “anormalidad”, sino como una parte natural del espectro del comportamiento humano, afirman los científicos en el artículo sobre estos descubrimientos que han publicado en la revista Medical Hypotheses.
Esta hipótesis parece reforzada por los resultados de las encuestas que los científicos realizaron también a mujeres que habían sido sometidas a un proceso de reasignación de género, para convertirse en hombres. Un 60% de ellas afirmaron haber tenido la sensación de tener un pene “fantasma” desde su infancia más temprana.
Transexualidad cerebral
Esta teoría está basada en el conocimiento científico ya existente que señala que en gran parte nuestra forma de percibir nuestro cuerpo se deriva de un registro en el cerebro generado durante el desarrollo embrional.
La manera en que el cerebro humano “fabrica” la identidad sexual se comprende muy poco actualmente. Se han barajado causas psicológicas, como la existencia de «madres dominantes y la ausencia de la figura paterna», «padres que han deseado tener un hijo del otro sexo» o “alteración emocional», entre otras. Pero ninguna de estas teorías ha sido aplicada con éxito a la mayoría de las personas transexuales, y a veces ni tan siquiera a una minoría significativa.
Por eso cada vez se ha ido pensando más en las causas físicas de la transexualidad. Hace años, la revista especializada The Internacional Journal of Transgenderism publicó los resultados de un estudio realizado por varios expertos de la Universidad de Ámsterdam que evidenciaban que realmente existen similitudes estructurales y neuroquímicas entre el cerebro de las personas transexuales y el cerebro típico de las personas del sexo con el que los transexuales se sienten identificados.
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