Los eventos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes: los días soleados se convertirán en olas de calor y las lluvias prolongadas en inundaciones. Lo determina una simulación informática que analizó posibles evoluciones de la corriente en chorro debidas al calentamiento climático causado por la acción humana, especialmente en el Ártico.
Se conoce como corriente en chorro a los flujos de aire que circulan en altura a gran velocidad y alrededor del planeta. Cuando estos flujos de aire se alteran, se modifican también los fenómenos climáticos asociados a estos flujos de aire.
Se ha constatado que fenómenos climáticos extremos de los últimos 15 años, como las olas de calor de Estados Unidos, Europa Occidental y Rusia, o como las inundaciones europeas o de Pakistán, se agravaron coincidiendo con alteraciones en la corriente en chorro provocadas por la acción humana.
Estudios anteriores han establecido que la acción humana desencadenada tras la revolución industrial ha reducido ya la velocidad de la corriente en chorro en un 70%, lo que se asocia con los fenómenos climáticos extremos que se han hecho cada vez más frecuentes.
El calentamiento global derivado del factor antrópico ha provocado, entre otros cambios, una reducción de la diferencia de temperatura entre el aire tropical y el aire polar, componentes básicos de la corriente en chorro, propiciando los fenómenos climáticos extremos.
La nueva investigación, publicada en Science Advances, realizó proyecciones sobre lo que ocurrirá si prosigue calentándose el planeta y alterándose aún más la corriente en chorro. Y lo que arroja esta simulación informática es que aumentará un 50% la incidencia de fenómenos que ralentizan la corriente en chorro. Por este motivo, aumentarán también los fenómenos climáticos extremos.
“La gente probablemente experimentará eventos climáticos extremos y potencialmente peligrosos con mayor frecuencia”, explica al respecto el autor principal de esta investigación, Michael Mann, en un comunicado.
Dos factores clave
Según Stefan Rahmstorf, otro de los investigadores, “nuestro análisis muestra claramente que parece haber dos factores cruciales que determinan la frecuencia de estos eventos».
Uno de ellos es el hecho de que el Ártico se está calentando mucho más rápido que el resto del planeta, lo que provoca un aumento más pronunciado del estancamiento de la corriente en chorro. El otro factor crucial que también influye en el estancamiento de la corriente en chorro, según esta simulación, son los aerosoles y sus efectos en la contaminación del aire con partículas diminutas.
El fuerte calentamiento del Ártico reduce la diferencia de temperatura entre el Polo Norte y los subtrópicos, y es esta diferencia la que más afecta a la corriente en chorro, de ahí la relevancia del Ártico, señalan los investigadores.
Al mismo tiempo, la contaminación del aire bloquea una parte de la luz solar, por ejemplo, en regiones con una gran cantidad de centrales eléctricas de carbón sucias y, por lo tanto, produce un ligero enfriamiento local temporal. Esto también reduce la diferencia de temperatura con el Polo Norte.
Mejor menos contaminación
«Una de las implicaciones de nuestros hallazgos es que una reducción de la contaminación del aire en los países industrializados podría realmente restaurar parte de la diferencia de temperatura natural entre las latitudes medias y el Ártico, lo que a su vez ayudaría a prevenir el aumento futuro de los fenómenos climáticos extremos relacionados», señala Stefan Rahmstorf.
Otro factor que podría reducir el impacto previsible del estancamiento en la corriente en chorro es el cierre de las centrales eléctricas de carbón, cuyas emisiones impulsan el calentamiento global y del Ártico.
«Los modelos climáticos aún no están lo suficientemente avanzados como para predecir este tipo de episodios climáticos extremos para momentos o lugares específicos, porque los modelos aún son demasiado toscos», dice otro de los autores del estudio, Dim Coumou.
«Sin embargo, los modelos pueden reproducir patrones de cambio de temperatura a gran escala de manera realista», agrega otro investigador, Kai Kornhuber. «En combinación con investigaciones anteriores sobre el tema, vemos una tendencia bastante preocupante en nuestras simulaciones: los fenómenos extremos climáticos relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero están aumentando, y el estancamiento más frecuente de corrientes de aire en la atmósfera parece ser uno de los principales factores desencadenantes.»
Referencia
Projected changes in persistent extreme summer weather events: The role of quasi-resonant amplification. Michael E. Mann et al. Science Advances, vol. 4, no. 10, eaat3272.DOI:10.1126/sciadv.aat3272
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