Científicos de la UBC (Universidad de British Columbia, EEUU) han creado un polvo autopropulsado integrado dentro de una partícula que permite detener el sangrado, mediante el suministro de coagulantes en dirección contraria al flujo de sangre en una hemorragia grave. Resulta un enorme avance en el campo de la atención traumatológica.
“Las hemorragias son la principal causa de muerte en los jóvenes y en mujeres que paren. La incidencia de hemorragia posparto puede ser tan alta en entornos de bajos recursos como de una de cada 50 nacimientos, por lo que resulta un problema extremo”, explica Christian Kastrup, profesor asistente en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y los Laboratorios Michael Smith de la UBC, en una nota de prensa de dicha Universidad.
Actualmente, los métodos para detener hemorragias graves no son muy eficaces, cuando la pérdida de sangre se origina en el interior del cuerpo (hemorragia interna), especialmente en lugares de difícil acceso por la cirugía convencional, como el útero, los senos o el abdomen.
«Durante años se han desarrollado cientos de agentes para coagular la sangre, pero el problema reside en la dificultad de llevar este coagulante en casos de hemorragia grave, especialmente cuando el flujo sanguíneo va a contra corriente, lo que obstaculiza poder llegar a los vasos con fugas. Por primera vez, hemos conseguido hacerlo a través de una partícula que se autopropulsa y lanza polvo coagulante en el lugar exacto», explica Kastrup.
Kastrup ha trabajado con un grupo de investigadores, ingenieros bioquímicos y médicos de emergencia, para desarrollar estas micropartículas de carbonato de calcio que generan gas y que se pueden aplicar en forma de polvo para detener el sangrado crítico.
¿Cómo funcionan?
El modo de funcionamiento de las partículas es el siguiente: liberan dióxido de carbono, de manera similar a como lo hacen los comprimidos antiácidos, para impulsarse hacia el origen de la hemorragia.
El carbonato forma micropartículas porosas capaces de unirse con un agente de coagulación conocido como ácido tranexámico, y de transportar este a través de la sangre para llegar a las heridas y alcanzar los tejidos dañados.
Tras estudiar y modelar el movimiento de las partículas in vitro, los investigadores confirmaron su funcionamiento con dos modelos animales. Incluso en un escenario que imitaba un evento catastrófico -como una herida de bala en una arteria femoral – las partículas demostraron ser altamente eficientes deteniendo la hemorragia.
Aún es necesario un estudio más riguroso que incluya muchas más pruebas y mayor desarrollo de la partícula creada, antes de que pueda llegar al mercado. Se prevé su uso futuro en una amplia gama de aplicaciones, desde operaciones de senos hasta el tratamiento de heridas de combate.
Frenar la muerte de las madres
Pero, sobre todo, “estamos centrando la investigación es la hemorragia postparto: durante el parto hay un desgarro de vasos sanguíneos en el útero. Este desgarro es inapreciable a simple vista, pero si no se trata puede generar numerosos problemas. Podremos introducir la partícula en la zona uterina y ella se encargará de impulsar el polvo coagulante que viaje por el vaso dañado, para facilitar su cicatrización».
Este punto es fundamental, pues la hemorragia posparto (HPP) o pérdida de sangre de 500 ml o más en el término de 24 horas después del parto es la causa principal de mortalidad materna en países de ingresos bajos y la causa primaria de casi un cuarto de todas las defunciones maternas en todo el mundo.
En 2013, según cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud) aproximadamente 289.000 mujeres murieron de complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. En la mayoría de los casos, hay intervenciones médicas bien conocidas que podrían evitar esas muertes. El principal obstáculo es la falta de acceso de las embarazadas a una atención de calidad antes, durante y después del parto.
Referencia bibliográfica:
J. R. Baylis, J. H. Yeon, M. H. Thomson, A. Kazerooni, X. Wang, A. E. St. John, E. B. Lim, D. Chien, A. Lee, J. Q. Zhang, J. M. Piret, L. S. Machan, T. F. Burke, N. J. White, C. J. Kastrup. Self-propelled particles that transport cargo through flowing blood and halt hemorrhage. Science Advances (2015).
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